Cinco meses del Gobierno de Sánchez e Iglesias: Cinco grandes escándalos y ninguna dimisión

El Congreso de los Diputados elegía el pasado 7 de enero a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Lo hacía en segunda votación y con una mayoría simple muy ajustada: 167 votos a favor, 165 en contra, y 18 abstenciones, muy lejos de los 176 apoyos que marcan la mayoría absoluta, lo que ya hacía presagiar que iba a ser una legislatura muy complicada para el socialista.

De hecho, Sánchez necesitó los votos de hasta ocho formaciones parlamentarias: PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, NC, Teruel Existe y BNG. Mientras, votaron en contra el PP, Vox, Cs, JxCat, UPN, CUP, PRC, Foro y CC.

Aunque quien le dio el gobierno del país, con sus abstenciones fueron los independentistas de ERC y EH Bildu. Quien no han dejado desde entonces de sacar tajada política de la necesidad que el Ejecutivo tiene de sus apoyos no sólo para mantenerse en el poder, sino para sacar adelante cualquier iniciativa.

Pero si hay algo que ha marcado estos seis meses de gobierno de la coalición PSOE-Podemos, eso son los escándalos que se han ido sucediendo uno detrás de otros, con tan preocupante asiduidad que un escándalo ha tapado al anterior.

1.- EL CASO ‘LOLA DELGADO’: LA MINISTRA SALPICADA POR VILLAREJO

El primero de ellos saltó el 13 de enero, apenas cinco días después de la elección de Sánchez, cuando este anunciado que propondría a Dolores Delgado como nueva Fiscal General del Estado, tras confirmarle que no continuaría al frente del Ministerio de Justicia, al que había llegado en junio de 2018. Una decisión que no gustó por la clara imparcialidad para desarrollar su cargo de Delgado.

Ésta, además, venía ya marcada, especialmente por la difusión, dos meses después de tomar posesión, de unas polémicas grabaciones de una conversación que tuvo lugar en 2009 en el restaurante Rianxo de Madrid, entre el comisario jubilado José Manuel Villarejo, en prisión provisional desde hace dos años, y Delgado, que acudió al encuentro acompañando al ex juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón para celebrar la medalla al mérito que habían concedido al ex policía.

2.- EL ‘DELCYGATE’ Y LOS MENTIRAS DEL MINISTRO ÁBALOS

Aún con los ecos de este controvertido y discutible nombramiento, claramente imparcial, el foco mediático cambiaba de protagonista. Ahora el centro de todas las miradas era el ministro de Transportes, José Luís Ábalos, quien, el día 20 de enero, se reunión de manera clandestina con la vicepresidente de la dictadura venezolana, Delcy Rodríguez, una reunión de la que se tuvo conocimiento días después de producirse, puesto que se intentó ocultar, sobre todo porque la número dos de Maduro tiene prohibido pisar suelo europeo por las violaciones de derechos humanos en su país, Venezuela.

Luego llegaron, primero, las evasivas y, después, las mentiras de Ábalos y el propio Gobierno de Sánchez en un intento desesperado por eludir cualquier tipo de responsabilidad, ante la gravedad de los hechos, aunque finalmente, y ante las cada vez mayores evidencias, tuvo que confirmar el encuentro.

Por medio, el requerimiento de un juez a AENA, tras la denuncia del PP, para la entrega de los vídeos de seguridad del aeropuerto de Barajas en los que se recogen los movimientos de Rodríguez y Ábalos; así como la negativa, el 26 de enero, de Sánchez a recibir en Moncloa a Guaidó, presidente encargado de Venezuela, como ya habían hecho días antes otros líderes europeos como el inglés Boris Johnson o el francés Emmanuel Macron, al que además se refirió como “líder de la oposición”.

3.- SOMBRAS EN LAS COMPRAS DE MATERIAL SANITARIO POR EL COVID-19

El fuego del ‘Delcygate’ fue apagado con el estallido de la crisis sanitaria del coronavirus, sobre la que nos podríamos extender páginas y páginas sobre las sombras que ha generado la gestión del Gobierno de Sánchez e Iglesias y que ha provocado la muerte, oficialmente, de más de 27.000 españoles, aunque otras fuentes hablan de que se podían rondar los 40.000 fallecidos.

Desde las mascarillas y los test defectuosos, hasta los líos con las empresas adjudicatarias de los millonarios contratos para la adquisición de material sanitario para luchar contra la pandemia, unas por estar salpicadas por investigaciones de estafa y otras por perteneces a afines e incluso militantes del PSOE.

4.- LA PURGA EN LA GUARDIA CIVIL DEL MINISTRO MARLASKA

El 25 de mayo todo quedó eclipsado tras conocerse la decisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska de cesar al coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos, como Jefe de la Comandancia de Madrid y por las nuevas mentiras con las que intentaron justificar dicho cese.

Según Marlaska fue por “pérdida de confianza”, aunque pocas horas después se conoció que Pérez de los Cobos estaba al frente de una unidad de Policía Judicial que investigaba todo lo referente a las manifestaciones del 8-M, las cuales se autorización por parte del Gobierno de Sánchez e Iglesias, a pesar de que ya entonces se tenía constancia de la gravedad del coronavirus.

Durante las dos semanas siguientes, tanto el Gobierno como Marlaska han desmentido que el motivo fuese la negativa del coronel de informarle sobre el contenido de dicha investigación, algo que no le estaría permitido por ley. Sin embargo, ayer mismo se hacía público un documento firmado por la Directora General de la Guardia Civil, María Gámez, donde se reconocía que, efectivamente, el cese se debió a la negativa de Pérez de los Cobos a informar del contenido de dicha investigación sobre el 8-M pues, de hacerlo, estaría incumpliendo la ley.

5.- LA MINISTRA MONTERO Y SU “TÍA, CREO QUE AL CORONAVIRUS”

Justo un día antes de conocer este documento que deja completamente en evidencia las mentiras del ministro Marlaska, incluso en sede parlamentaria, donde llegó a negar cualquier tipo de injerencia suya o de su ministerio, saltaba otro escándalo.

En esta ocasión con la ministra de Igualdad, Irene Montero, pareja del vicepresidente Pablo Iglesias, quien en un vídeo de la ETB, publicado por ABC, reconoce en los instantes previos al inicio de la grabación de una entrevista el 9 de marzo, que en el Gobierno tenían ya constancia de la gravedad del coronavirus el 8 de marzo y que la bajada en la participación de personas “es debido al coronavirus, pero no lo voy a decir”.

Con este panorama, el primer Gobierno de coalición de la historia democrática de España, el de PSOE y Podemos, encabezado por Sánchez e Iglesias, y que el próximo domingo alcanzará los cinco meses en el poder, acumula ya cinco grandes escándalos a sus espaldas. Sin embargo, ninguno de ellos está aclarado, nadie asume ningún tipo de responsabilidades y no ha habido ni una sola dimisión.

Y eso que no hemos entrado a tratar las concesiones que Sánchez e Iglesias están dando a los nacionalistas del PNV y a los independentistas de ERC y EH Bildu, a cambio de sus votos para poder sacar adelante las prórrogas para mantener el estado de alarma; o los constantes cambios de discurso y bandazos políticos que llevan dados. Darían para otra noticia, sin duda.

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