Cuatro voces, 16 años después del 11M
Milagros, Carolina, Olga y Silviau recuerdan en COPE cómo les marcó la tragedia en aquella mañana de jueves
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Este jueves se cumplen 16 años de los atentados del 11-M, que dejó 191 muertos y centenares de heridos. Aunque ha pasado ya mucho tiempo desde aquella triste mañana de marzo, las cicatrices en la memoria de las víctimas siguen muy marcadas. COPE ha podido hablar con cuatro de ellas.
Milagros es viuda de Vicente. Llevaban dos años casados cuando los atentados les separaron para siempre. Tenían 32 y 37 años. Él iba a trabajar, murió en el acto en uno de los trenes de la calle Téllez. Milagros lo define como una persona 'alegre, jovial, trabajadora, que amaba Madrid'. No tenía carnet de conducir y por eso siempre iba en tren. 'Te aferras a que esto no va contigo y que esto es un sueño. Tienes que seguir con tu vida pero recuerdas todo como si fuese ayer. Es rabia e impotencia'. Ha salido adelante gracias a ayuda psicóloga. Hoy ha rehecho su vida, se ha trasladado a vivir a Guadalajara y se ha vuelto a casar. 'Es una parte de mi vida que tendré para siempre'.
COPE también ha hablado con Carolina. 43 años, casada y madre de tres hijos. Con 27 años perdió a su padre, Francisco Javier (54 años) y a su hermano, Jorge (22) en el tren de Santa Eugenia. Vivían en Alcalá de Henares y su padre acompañaba ese día a su hermano para ir tomándole la lección. Una de las bombas iba al lado de donde estaban. 'La vida te cambia para bien y para mal. Lo que nos sigue para adelante es su memoria. Es una mochila de piedras que llevas. Desgraciadamente el mundo aunque tu quisieras no se para'. Su hijo mayor se llama Jorge en recuerdo de su hermano.
Silviau fue herido en el 11M. Rumano, tenía 30 años y llevaba dos trabajando en España sin papeles. La explosión le pilló en la estación de El Pozo. Dos años después de los atentados pudo regularizar su situación. Se quedó con secuelas psíquicas: tristeza, ansiedad, depresión... 'Me mandaban de vez en cuando a enfrentarme a la ansiedad. Un día me acompañó mi hija de tres años y me preguntó: papi ¿por qué estamos nosotros aquí? Yo le dije que aquí había pasado un atentado. No sabes cómo explicarle a un niño las cosas. Le dije que aquí había muerto mucha gente. Y ella me dijo ¿y tú te has muerto aquí papá? Volví la mirada al otro lado porque me entraban ganas de llorar'.
Y el de Olga, herida también en el 11M. Tenía 19 años y resultó herida en los trenes. Además de las secuelas psicológicas 16 años después tiene la visión mermada y lleva audífonos. 'Justo giré la cabeza, me quité un auricular y ahí hubo una explosión muy muy fuerte, horrorosa. Rápidamente entró como un calor fuerte, desagradable y a la vez con fuerza. Como si golpearan'.