El declive político de Illa: de ser ministro clave en Moncloa a desaparecer tras su aventura en Cataluña

El político catalán ha pasado en los últimos meses de tener un papel trascendental en Madrid a ver desde la distancia cómo el independentismo negocia el futuro de Cataluña

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Javi García

Publicado el - Actualizado

7 min lectura

El futuro político de Salvador Illa en Cataluña está más en el aire que nunca, debido a su poca presencia durante las últimas semanas en las principales negociaciones que tienen como fin la creación de un nuevo gobierno en Cataluña. En este sentido, el candidato del PSC se ha visto ensombrecido por el posible pacto entre ERC y la CUP, con el posible beneplácito de JxCat.

Salvador Illa llegaba a Cataluña con la intención de liderar al constitucionalismo frente a la gestión desbocada que el independentismo había hecho durante los últimos años en Cataluña. Con una estrategia muy bien marcada desde Moncloa y con el apoyo de toda la cúpula de Moncloa. El político socialista tenían muy buenas sensaciones, debido a la importante crisis de identidad en la que se encuentran sumergidas otras formaciones constitucionalistas como Ciudadanos o el propio Partido Popular.

Pero a pesar de ser la fuerza más votada, la presencia del que fuese titular de Sanidad a nivel nacional en uno de los momentos más complicados no ha conseguido echar raíces en Cataluña, e incluso todos los agentes y colectivos que vieron en él un soplo de aire fresco para el constitucionalismo catalán están perdiendo las esperanzas. La situación política que está atravesando Salvador Illa es conocida como "el síndrome de Madrid", que ya sufrieron otros políticos como Josep Piqué, cuando decidió dejar el ministro de Exteriores en la etapa de Aznar para liderar el PPC.

Su victoria, apenas sin margen respecto a ERC, le dejó casi fuera de cualquier negociación desde la misma noche del 14 de febrero, ya la posible suma de partidos como ERC, CUP y JxCat reforzaba al 'pacto anti Illa' firmado días antes. Ahora, en medio de las negociaciones para impedir un regreso a las urnas el próximo mes de julio, Salvador Illa sigue buscando cualquier oportunidad para presionar a ERC, aunque parece que el partido de Junqueras no está por la labor de dar el protagonista al PSC que quiere Illa.

El candidato del PSC ya no ocupa titulares, ni portadas y ha pasado a un plano secundario en la crónica política de nuestro país, que en los últimos días ha recuperado su nombre para destacar las críticas que él mismo ha realizado contra Isabel Díaz Ayuso en un acto junto a Ángel Gabilondo, que por unos minutos ha recordado las viejas rencillas que Gobierno y Comunidad de Madrid mantuvieron durante su mandato a costa de la gestión sanitaria.

A pesar de su experiencia y de haber sido uno de los principales hombres de confianza de Pedro Sánchez durante la gestión de la crisis epidemiológico, el papel de Illa está más cuestionado que nunca y parece que su relevancia política depende, únicamente, de una posible repetición electoral en Cataluña si ERC no llega a un acuerdo con JxCat para que autorice su pacto con la CUP.

De ministro a candidato: su salida de Madrid

Salvador Illa ha vivido en los últimos meses una auténtica montaña rusa en cuanto a su presencia en la vida política. Hace justo doce meses, el político socialista se instalaba en Madrid para ser el hombre de confianza junto a Pedro Sánchez en la gestión de la pandemia. El político catalán, que pocos meses antes había sido nombrado ministro de Sanidad, se enfrentaba a una crisis sanitaria sin precedentes en los últimos siglos y con la necesidad de mostrarse firme en sus decisiones y acciones, algo durante el paso de los meses se ha cuestionado en más de una ocasión.

El papel de Salvador Illa en el día a día de nuestro país iba aumentando a medida que la palabra 'coronavirus' tenía más presencia en nuestro país. Sus ruedas de prensa eran fundamentales para conocer la postura del Gobierno en un momento clave para nuestro país y con toda la población encerrada en sus casas. Sus discursos eran analizados con lupa y en muchas ocasiones ocupó portadas y titulares debido a la trascendencia que tenía su mensaje, ya que junto a Fernando Simón eran la cara visible de la gestión sanitaria.

Hombre fuerte en el Consejo de Ministros, Salvador Illa se ha visto salpicado por diversas polémicas, que, de forma directa o indirecta, han marcado la agenda de estos meses de pandemia. Algunas de las más importantes están relacionadas con la no existencia del famoso comité de expertos, la compra de material sanitario defectuoso, la cuestionada cifra real de fallecidos por coronavirus en nuestro país o su falta de interlocución con comités y organizaciones del ámbito sanitario durante la fase más aguda de la pandemia.

Con este currículum a sus espaldas, en los despachos estratégicos de Moncloa y de la calle Ferraz era conscientes de que la figura de Salvador Illa estaba desgastada, y que era la oportunidad de un cambio. En este sentido, las elecciones en Cataluña fue la oportunidad elegida por Iván Redondo y Sánchez para sacar a Illa del Consejo de Ministros.

Los rumores comenzaron a sonar y desde las filas socialistas se negó por la tangente la opción de que Illa se presentase a las elecciones en Cataluña. Una estrategia más, ya que semanas después Illa anunciaba su decisión de ser cabeza de lista del PSC en la cita electoral del 14-F.

Pedro Sánchez se rendía en elogios a Salvador Illa tras conocerse su marcha a Cataluña. Defendiendo que durante su gestión al frente de Sanidad "no ha caído en provocaciones" y que ofrece a Cataluña "una mirada fresca" para acabar con la gestión independentista. "Nos hace mejores como sociedad", fue la frase con la que Sánchez le presentó como candidato del PSC.

El veto independentista a Illa

Ya en un clima de campaña, las piezas del tablero se comenzaron a mover y se produjo el intercambio de cromos entre Madrid y Barcelona. Miquel Iceta, secretario general del PSC, llegaba a Madrid para recibir la cartera de Política Territorial y Carolina Darias se convierte en la nueva ministra de Sanidad.

Las cuentas de Iván Redondo, Pedro Sánchez y Salvador Illa son positivas y creen que el asalto a las elecciones catalanas que se puede producir con éxito. En este contexto, los partidos independentistas se organizan y comienzan una estrategia unitaria contra el candidato del PSC, uniéndose en el conocido 'pacto anti Illa' que marca la recta final de la campaña. Por su parte, el político socialista se muestra tranquilo y acusa a los firmantes de representar "la foto de Colón en versión independentista".

Illa seguía tranquilo y consideraba que era posible liderar un Gobierno alternativo al independentismo si se consigue un buen resultado el 14 de febrero. La cita electoral llega y Salvador Illa consigue convertir al PSC en la fuerza más votada, repitiendo la gesta que en su día hizo Ciudadanos. A pesar de ello, ERC consigue el mismo número de diputados, lo que supone el comienzo de una importante batalla política que todavía no ha terminado.

Sus presiones a ERC desde la sombra

A partir del 15 de febrero, la presencia de Salvador Illa en la política catalana ha ido a menos, y el posible acuerdo entre ERC y la CUP, con la presencia de JxCat en una tercera posición dubitativa no está ayudando para nada. Este contexto hace pensar que el 'pacto anti Illa' que se firmó a pocos días del encuentro con las urnas ha tomado forma y que el papel de Illa en Cataluña, si al final no se produce una repetición electoral y los independentistas forman gobierno, Salvador Illa está llamado a tener un papel muy secundario en el Parlamento de Cataluña.

Este martes se retoman las negociaciones y político socialista es consciente de que el tiempo se va terminando. Ahora, Salvador Illa ha centrado sus esfuerzos en presionar a ERC para que reconozca que su acuerdo con la CUP ha fracasado, a pesar de que JxCat está dispuesto a guardar silencio a cambio de un gobierno independentista en minoría. Por ello, Illa sigue sacando la calculadora para defender que en el Parlamento hay una mayoría de izquierdas, con PSC, ERC y los 'comuns' y que si el partido de Junqueras no quiere sentarse con él es por "falta de voluntad". "ERC está insistiendo en una vía muerta que solo lleva al fracaso y a la parálisis gubernamental", defendió Illa en una de sus últimas declaraciones.

A pesar de ser un elemento aislado en las negociaciones para formar gobierno, el interés de las fuerzas independentistas por seguir desacreditando a Salvador Illa es notable. Así se pudo ver en la sesión de investidura de Pere Aragonés, donde en más de una ocasión tanto JxCat como ERC utilizaron el atril del Parlamento para cargar con dureza contra Salvador Illa.

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