Federalismo Cultural: ¿Es legítima la descentralización del arte en España?

España es un país en el que constantemente hablamos de una riqueza cultural que a buen seguro se envidia en muchos lugares dentro de nuestro continente y, por supuesto, en el resto del mundo. La variedad es tal, que podemos distinguir desde piezas únicas del arte rupestre y de las generaciones de la época romana, hasta admirar obras artísticas tan excepcionales como Las Meninas o el mismísimo Guernica.

Debido a esto, y a que cada región esconde un valor patrimonial incalculable, durante décadas se ha mantenido en un tono comedido, raramente exacerbado, una corriente apropiadora que podría resumirse en la siguiente duda: ¿Por qué esta pieza no está en el punto donde se hizo? Durante años y años, esa gran duda ha permanecido en la cabeza de muchos, pero no ha sido un motivo de discrepancia con lo establecido.

En la Calle Serrano 13 de Madrid, se ubica el Museo Arqueológico Nacional. Se fundó en el año 1867 y ocupa el edificio de la Biblioteca Nacional de España. Actualmente, es el hogar de las piezas de arte más exclusivo que ofrece nuestro país; en su interior se encuentran objetos de una relevancia más que excelsa dentro de la historia de España. La Dama de Elche lo la Lex Flavia Malacitana son dos ejemplos de las obras más exclusivas que podemos hallar ahí. Sin embargo, ¿por qué hablamos de ello hoy?

El Ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, hizo mención a un aspecto que denominó "federalismo cultural". Esta corriente consiste en el traslado de las obras de los museos nacionales a sus lugares de origen, el retorno del arte a los emplazamientos en los que se pintó esos cuadros o se realizaron y localizaron muchas otras. Descentralizar el arte se ha convertido en una postura defendida por el Ministro, y que igualmente está generando mucho interés en las comunidades autónomas.

Dimisión de la Directora de Bellas Artes

las palabras del titular de la cartera de Cultura han traído consecuencias. Principalmente por parte de la Dirección de Bellas Artes, Dolores Jiménez-Blanco que ha dimitido de su puesto. Este hecho ha añadido más leña a un fuego que poco a poco se está reavivando. El principal temor que ha surgido es que esto cause el desmembramiento de los museos nacionales, incluido el Museo del Prado, donde el temor por la situación está aumentando.

De momento el Ejecutivo prefiere guardar silencio, para no contradecir ni a su Ministro de Cultura ni a la Constitución Española, que en su artículo 149 habla precisamente de "competencias contra el expolio". La Carta Magna tiene posición favorable ante la centralización del arte; del mismo modo que el Consejo Internacional de Museos pide la "despolitización de los bienes culturales" y que "la unidad en las colecciones es importante".

En los últimos días, los regresos de la Dama de Elche, la Lex Malacitana y los Toros de Costix a sus ciudades se han reclamado con cierta insistencia, algo que contradice los principios del centralismo, pero que de alguna manera también legitima el derecho a pedir lo que representa a ese territorio.

El debate es intenso y variado de opiniones. Saber qué decisión se tomará resulta complicado a estas alturas, sin embargo, habrá que dejar pasar el tiempo para ver si finalmente se devuelven las obras a su lugar de origen, si se conservan, o si se puede llegar a un punto medio en el que puedan trasladarse esas obras. Decida lo que se decida, no se dejará a todo el mundo contento.