Rufián se enfurruña por la decisión de Colau y los usuarios le recuerdan las "trampas" de ERC
El diputado de ERC no asume que su partido podría perder la alcaldía de Barcelona
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Está bastante claro que en el seno de ERC no ha gustado la decisión de Ada Colau de presentarse a la alcaldía de Barcelona. Los republicanos ya se veían por fin, después de tantos años de amagar y no dar, sentados en un gran sillón y pudiendo por fin liderar el manejo de presupuestos públicos.
Pero parece que, de momento, Ernest Maragall se quedará sin poder estar al frente de un Ayuntamiento de Barcelona en el que comenzó a trabajar durante el franquismo, y en el que fue tantos años protagonista secundario del largo mandato de su hermano Pasqual durante los años en que ambos compartían partido y mitines con el entonces presidente Felipe González.
Toda una vida de Ernest acercándose al sillón, aliándose con quien hubiera que aliarse, y en el último momento, parece que Colau se lo puede arrebatar, quizás de manera definitiva. Y además impidiendo que ERC afronte las próximas elecciones catalanas, su verdadero objetivo, haciendo campaña encubierta contra Torra desde el lado contrario de la Plaça Sant Jaume.
La decisión de Ada Colau de presentarse a la investidura ha sido apoyada por las bases del partido, algo que normalmente la izquierda suele esgrimir como garantía de democracia (aunque ERC ya se saltó sus propias primarias para colocar a dedo a Maragall), pero a Rufián no le ha gustado lo que los militantes de Barcelona de Comú han decidido para su partido.
Algunos tuiteros le han recordado a Rufián que ellos hicieron presidente a un ultraderechista xenófobo como Quim Torra sin necesidad de consultar a ninguna base.
Pero los usuarios no solo le han recordado a Rufián sus pactos constantes con la derecha convergente, sino que también le han recordado cómo un partido "tan limpio" como presume siempre Rufián, tenía miles de bots a su servicio para atacar a los políticos de otras formaciones, entre otras, la propia Colau.