Sánchez intenta inflar su paseo con Biden para justificar la estrategia fallida de Moncloa
El equipo del presidente del Gobierno quiso vender por todo lo alto desde la pasada semana que estábamos ante el primer gran encuentro entre Sánchez y Biden
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Pocos segundos, un toque en la espalda y a paso acelerado. Así ha sido el esperado encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden y Pedro Sánchez. La escena ha dado la vuelta al mundo, pero sobre todo ha sido muy analizada en nuestro país, después de que desde la pasada semana se vendiese a bombo y platillo la supuesta reunión entre ambos líderes.
La estrategia gubernamental, dirigida por Iván Redondo, quiso destacar que el primer encuentro entre Sánchez y el nuevo presidente de los Estados Unidos, tras su nombramiento el pasado mes de enero, sería una oportunidad perfecta para tratar diversos temas de claro calado diplomático.
Pero este encuentro, del que no se quisieron filtrar detalles por parte Moncloa porque nos los había, se ha quedado en un simple saludo y cruce de palabras entre Biden y Sánchez durante 30 segundos, después de que ambos posasen para la foto de familia.
Atendiendo a las imágenes se puede apreciar que la informalidad reinaba en el encuentro, ya que el pequeño paseo se aceleraba con el paso de los segundos, incluso el equipo de protocolo de la cumbre mostraba su prisa porque Biden llegase lo antes posible a su siguiente compromiso, no permitiendo a Sánchez poder despachar con el máximo líder estadounidense más de la cuenta.
A pesar de que la escena ha dado la vuelta al mundo, Moncloa tiene en parte lo que quería: la foto de Biden dando una palmadita en la espalda a Sánchez, aunque solo se cruzasen una mirada de no más de tres segundos.
Con la foto encima de la mesa, ya el gabinete de Sánchez se ha encargado de hacer el resto, para vender a través del discurso del presidente que hemos asistido al primer encuentro bilateral de España con la Administración Biden.
Sánchez decora su conversación con Biden
"No tengo un cronómetro, pero ha sido un poco más de esos segundos que dice, hemos tenido un breve paseo porque nos lo pedían los servicios de la OTAN", justificaba Sánchez ante las preguntas de los periodistas para luego resumir, durante un tiempo mayor que su reunión con Biden, el contenido de la conversación.
"Mire si me ha dado tiempo que hemos hablado de reforzar lazos militares. porque tenemos un acuerdo bilateral de Defensa que data de 1988. La posición del Gobierno es actualizar ese acuerdo. Seguidamente hemos conversado de Latinoamérica, pues acabo de regresar de una gira, primero en Argentina y luego en Centroamérica. Le he trasladado mi preocupación por la situación migratoria y la pandemia. Y finalmente le he felicitado por la agenda progresista y esa vuelta de Estados Unidos a los grandes consensos bilaterales de París".
Moncloa vendió por todo lo alto algo que Biden no tenía programado
Con este discurso, Sánchez ha tildado de provechoso este primer encuentro con Biden. Pero los datos dejan claro que desde el primer momento Moncloa ha querido inflar la cita con varios movimientos que no estaban, en ningún sentido, dentro de la agenda del presidente estadounidense en Bruselas.
Por un lado, desde el momento que se anunció el encuentro no se ha dado más detalles sobre cómo sería el 'apretón de manos'. A primera hora de la mañana de este lunes, la delegación española seguía pendiente de coordinar agendas con la delegación americana, lo que ya daba un gran aroma de informalidad al encuentro. Es importante señalar que Moncloa comenzó vendiendo la reunión como un "encuentro" para después matizar sus palabras y señalar que sería un "breve encuentro"
También, la agenda de Joe Biden dejaba entrever que Sánchez no estaba entre sus principales planes, ya que la Casa Blanca si recogía dos reuniones bilaterales de verdad para esta jornada. La primera al mediodía, con los primeros ministros o presidentes de Estonia, Letonia y Lituania.
Conseguir la foto con Biden, el principal objetivo
Cualquier líder gubernamental quiere conseguir una fotografía con el presidente de los Estados Unidos, ya que es una manera de atraer la atención mundial durante varias horas e incluso días, y eso Moncloa lo sabe y por ello desde hace varios días se quería dar mucha importancia a este encuentro, incluso TVE ha abierto sus primeras ediciones informativas de este lunes con el encuentro.
Pero es imposible poder calificar este encuentro como un intercambio bilateral entre las dos administraciones, simplemente se trata de una paseo informal en el que Joe Biden y la propia organización de la cumbre de la OTAN tenía la cabeza en otra cosa.
Ahora, Moncloa quiere justificar el modelo de encuentro al que hemos asistido entre Sánchez y Biden, vendiéndolo de provechoso a pesar de su carácter de máxima informalidad."Desde Moncloa siempre se ha hablado de encuentro, nunca se ha empleado la palabra reunión ni la idea de encuentro bilateral, que tiene otras implicaciones diplomáticas. Era para saludarse, conocerse y dar una imagen de sintonía que pudiera verse reflejada gráficamente, como así ha sido. En definitiva una jornada muy provechosa y positiva", explicaban fuentes gubernamentales en unas declaraciones recogidas por 'El Mundo'.
Ahora, el panorama futuro en las relaciones entre España y Estados Unidos se mirará con lupa, debido a diferentes asuntos de importante calado diplomático: como la crisis con Marruecos o la organización en Madrid de la Cumbre de la OTAN para el año 2022.
La distancia entre España y Estados Unidos
Enrique Cocero, consultor político y experto en política estadounidense, ha analizado para COPE.es algunas de las principales conclusiones que se pueden sacar de este pequeño paseo entre Biden y Sánchez: "El paseo de 29 segundos en la cumbre de la OTAN no es más que un hecho anecdótico, una representación, del estado de las relaciones internacionales entre España y Estados Unidos".
En este sentido ha señalado que esta instantánea es simplemente un símbolo de la dejadez de España en sus relaciones con el Eje Atlántico: "Nuestro país ha dejado descuidadas durante ya demasiado tiempo las relaciones sobre el eje atlántico, siendo estas totalmente subsidiarias de las de la UE y. esto es un problema porque, si uno se descarta como interlocutor, la otra parte tiene aún más claro con quién tratar".
En cuanto a la preparación del encuentro por parte de Moncloa, Cocero ha explicado que la pasividad que ha demostrado la administración estadounidense ante este encuentro es porque en la actualidad no existen muchos intereses comunes entre Washington y Madrid: "Cuando la Moncloa ha definido el paseo como "un primer contacto" parece olvidar, querer olvidar o querer hacer olvidar, que las relaciones internacionales requieren de agenda e intereses comunes y hoy es complicado ver dónde están los segundos como para encontrar un hueco en la primera".
"España es el segundo país que menos aporta a la OTAN y que EE. UU. el que más, algo que ya le apretaba el zapato a Donald Trump y que no dudo que haga lo propio con Joe Biden. Puede que el actual Presidente americano sea más conciliador, pero sus posiciones aún no se han mostrado menos estrictas, hasta el punto que estaba dispuesto a aplicar nuevos aranceles si no se ponía fin a la tasa Google", ha explicado el consultor político.
"Por último se ha querido referir a la celebración de la próxima Cumbre de la OTAN en Madrid, algo que puede salir muy caro a España si el principal objetivo del Gobierno es querer proyectar la imagen de Pedro Sánchez a nivel internacional: "Si se produce una cumbre de la OTAN en España, nuestro Gobierno ya puede ir contando con el tirón de orejas por parte de la organización y de varios países miembros. Que cuente con ello incluso si se organiza para, entre otros motivos, posicionar al Presidente del Gobierno al menos protocolariamente al mismo nivel que los responsables de la defensa del eje occidental".