Trapero, entre dos aguas

El juicio al que fuera Mayor de los Mossos marca la segunda parte del procés en un juicio no tan mediático, pero importante

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Patricia Rosety, jefa de Tribunales de COPE

Publicado el - Actualizado

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Es la segunda parte del Procés. El juicio de Trapero, o para ser exactos, el juicio a la cúpula de los Mossos d'Esquadra, no despierta tanta expectación como el del Supremo, no es tan mediático. Pero es importante. Si en el Supremo estábamos acreditados periodistas de unos ciento cincuenta medios de comunicación, en este caso el número de medios ronda los cuarenta.

El mediático es José Luis Trapero, el que fuera Mayor de los Mossos, y él lo sabe. Se siente mediático.Y lo utiliza. Conoce bien el sumario y tiene el guión aprendido. Y quien también se lo sabe, como nadie, es el Fiscal, Miguel Ángel Carballo, teniente fiscal de la Audiencia Nacional, a quien no le sirven muchas respuestas de Trapero. Insiste, con un interrogatorio intenso, minucioso y pormenorizado. Pregunta y repregunta. Tres días casi de duelo dialéctico entre acusado y fiscal, en el que la presidenta del tribunal, Concepción Espejel, interviene para cortar. A los periodistas nos gusta ese duelo dialéctico.

Trapero, al igual que sus compañeros de banquillo, quiere convencer de que éste es un juicio contra los Mossos, y la Fiscalía le insiste en que es un juicio contra los que están sentandos en el banquillo. Exclusivamente. En sus respuestas, balones fuera. Responsabiliza a algunos subordinados, y que lo expliquen cuando vengan a declarar. Admite errores de planificación, y que no tenía efectivos suficientes, pero aprovecha y responsabiliza al plan de coordinación policial, el dispositivo del Coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos. En un principio, dijo, había que apagar fuegos por el clima social que se vivía en Cataluña. Por eso, dijo, los Mossos actuaron con prudencia.

Una de las preguntas más esperadas era sobre el plan para detener a Puigdemont que contó en el Supremo el pasado mes de marzo, cuando compareció como testigo. El fiscal Carballo no estaba conforme con sus respuestas y le preguntaba y repreguntaba que donde estaba ese plan, que si lo habían ofrecido a las autoridades judiciales. Pero Trapero respondió que creía que no se iba a producir la declaración de independencia.

A quien sí le contó el plan fue a su abogada, Olga Tubau. Trapero estaba más relajado y tranquilo que ante el fiscal Carballo. Y dijo que él mismo se había ofrecido para detener a Puigdemont. “Era lo más razonable” , dijo porque era el responsable de los Mossos. Pero los comisarios Ferrán López y Joan Carles Molinero le dijeron que no. Que eso lo harían ellos. Que se quedase en la sede policial para gestionarlo.

Ahora se arrepiente de no haber dado a conocer las discrepancias con Puigdemont. Los altos cargos de los Mossos pensaban en celebrar una rueda de prensa o hacer un comunicado. Pero, ni lo uno ni lo otro. Además, dijo, siente tristeza porque creen que le juzgan por haber hecho su trabajo lo mejor que ha sabido. Y reconoció que dijo que la Fiscalía y la Guardia Civil le crearon la imputación con diez vídeos. Cuando terminó el interrogatorio de Trapero, la atención decayó. Pero llamó la atención que su superior, el ex director general de los Mossos, Pere Soler, también en el banquillo, no sabía nada de ningún plan. No se le ocurrió preguntar.

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