El Gobierno, expectante e inquieto por un regreso de Don Juan Carlos que escapa a su control

La órbita socialista se sitúa en espera de sacar conclusiones de la visita del Emérito

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El Gobierno, expectante e inquieto por un regreso de Don Juan Carlos que escapa a su control

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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La “operación retorno” lleva meses trazada con un aplazado cierre definitivo a las pesquisas de la Fiscalía General del Estado contra Don Juan Carlos como único impedimento. El archivo de las diligencias de investigación hace ahora más de dos meses zanjaba cualquier obstáculo a una vuelta del Rey Emérito, aunque Pedro Sánchez siguió insistiendo en que tenía pendiente “una explicación a los españoles” y dilucidar extremos que en su día estimó perturbadores.

Debe aclarar toda la información que hemos ido conociendo y que viene en el informe del fiscal, que retrata una serie de conductos”, sostuvo el Presidente en conversación informal con los periodistas que le acompañaron en un avión a Letonia, donde visitó un destacamento de la OTAN en el que participa España. Entonces, pocos días después de hacerse pública la decisión del ex jefe del Estado y La Zarzuela de que permaneciese de forma estable en Abu Dabi, aunque visitase “con frecuencia” España, Sánchez situó toda vuelta de Juan Carlos I a nuestro país en un “acuerdo entre Reyes”, limitándose a la postre a dar “acuse de recibo”.

Sin embargo, y a pesar de parapetarse en una decisión personal y exclusiva a dirimir entre padre e hijo, la situación de Don Juan Carlos ha venido siendo abordada en profundidad entre La Moncloa y La Zarzuela, principalmente entre el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el jefe de la Casa de Su Majestad el Rey, Jaime Alfonsín. De hecho, ha incorporado en las últimas semanas un peaje en forma de un decreto de “modernización” de la Casa Real con una reforma de su estructura y funcionamiento con distintas medidas de “transparencia, rendición de cuentas, eficiencia y ejemplaridad”, a modo de distanciamiento de Felipe VI con su predecesor.

La estrategia de La Moncloa ha consistido en todo momento en diferenciar las figuras de ambos monarcas para ensalzar la de Don Felipe. Apenas añaden más, “por respeto institucional”, pero dejan constancia de su satisfacción con el actual jefe del Estado. A partir de ahí, gustan oficialmente seguir de perfil. Como anunciaba este lunes Carlos Herrera, el Rey Emérito tiene pensado regresar a España en “un viaje relámpago” - avanzó el comunicador de Herrera en COPEeste fin de semana “con motivo de las regatas en Sangenjo”. “Parece que aprovecharía para pasarse por La Zarzuela, aunque sin dormir allí, porque saben ustedes, ese es el tema que el Gobierno exige, o que la condición del Gobierno exige para que todo salga fluidamente”.

El ala socialista limita al mínimo sus mensajes a ese respecto. Voces gubernamentales estiman “delicado” el asunto del alojamiento de Don Juan Carlos, juzgando cuanto menos “poco estético” que pernoctase en La Zarzuela, aunque se atreven a adjudicar las resistencias a la misma Casa del Rey. Es su manera de guardar distancias ante una vuelta sin duda peliaguda de cara a Unidas Podemos, socios de coalición. Porque muchos ojos están puestos en el desarrollo la estancia de Juan Carlos I para extraer conclusiones. Con una división de opiniones. Hay quienes en la órbita del PSOE creen que el foco sobre el Emérito – la expectación ya está disparada - puede dañar a Felipe VI. Otros, en cambio, estiman necesario normalizar que entre y salga de España.

Con toda la distancia posible, una convicción parece haberse tornado en realidad y, más que tranquilidad, es alivio lo que destila el Gobierno al limitarse el regreso del Rey Emérito a una simple “visita”, esto es, manteniendo su residencia oficial en Abu Dabi y no en nuestro país.

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