Sánchez rebosa poder: Opa a “afines” a Susana Díaz

El presidente tiene en su mano comprar lealtades en el intento de dar el golpe de gracia a la hoy secretaria general del PSOE-A

¿En que punto está la relación entre Pedro Sánchez y Susana Díaz?

Ricardo Rodríguez

Publicado el - Actualizado

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La familia socialista afronta días de incertidumbre debido al combate, nada soterrado, que libran Pedro Sánchez y Susana Díaz, cuñas de la misma madera. Si la Ejecutiva Federal del PSOE frenó el asalto a la federación andaluza, volvió a la carga apenas la ya ex presidenta autonómica abandonó el Palacio San Telmo, en la búsqueda de forzar el paso al lado de quien, sin embargo, aspira a recorrer como jefa de las filas del PSOE-A la actual travesía del desierto.

La idea de que Díaz está “amortizada” resultó un clamor en Ferraz desde la misma noche del pasado 2-D, aunque ella transmita a próximos con tanta insistencia como con convicción que Juan Manuel Moreno Bonilla durará poco, volveremos pronto. Pero Sánchez se empeña en contradecirla, en irritar a sus clásicos y el socialismo andaluz empieza a perder su seguridad. La sensación interna es que la única manera de hacerle frente al jefe del Ejecutivo pasa por remontar en las inminentes municipales del 26-M.

Por descontado, Pedro Sánchez intervendrá las listas, las famosas y ansiadas candidaturas. Este sobra aquí, aquella va de número dos por allá, aquel por acullá. El arte de encajar puzzles servirá a Ferraz para hacer guiños y gestos a los “merecedores” de un hueco. Totalmente diferente, desde luego, a las pasadas autonómicas, cuando se dejó hacer a Susana Díaz a su antojo para hondo disgusto del sanchismo sobre el terreno que estuvo calentando la cabeza del secretario de Organización, José Luis Ábalos. Meterse en ese charco resultaba un desatino, porque la entonces presidenta iba a conservar San Telmo. Pero no fue así.

Si el tiempo de descuento permite a Díaz llegar a las urnas de mayo, lo hará entre sanchistas y, probablemente, sintiendo cómo le dan la espalda fieles que, perdido el paraguas de la Junta, van a sentir el frío de quedarse en la calle. Imposible para centenares de cargos de confianza depender del partido. Damnificados del cambio en Andalucía pueden ser ahora tentados por Sánchez. En su más puro estilo, Sánchez puede mover convenientemente el banquillo de su administración, BOE en mano, así como del llamado sector público empresarial, para dar cabida a susanistas dispuestos a reconvertirse en contestatarios de la expresidenta.

Cercanos a Pedro Sánchez andarían elaborando listados, según aseveran fuentes solventes a la Cadena COPE, de hasta ahora leales a la disciplina presidencialista de Susana Díaz y, claro, cuadros que gozan de cierta ascendencia en el PSOE-A. La salida de la Junta duele, pero siempre se sobrellevará con el analgésico de un puesto de trabajo. De hecho, muchos, de creer a los consultados, llaman a las puertas de Ferraz en busca de árnica. Una manera como cualquier otra de resquebrajar el otrora poder omnímodo de la aún baronesa. Los mentideros socialistas echan chispas a propósito de este duelo interno. Desde luego, ambas partes se siguen preparando para salidas de pata de banco, las puñaladas traperas y demás arreglos de cuentas.

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