Bruselas se blinda para la cumbre de la OTAN y la semifinal del Mundial de Fútbol

Bruselas es una ciudad acostumbrada a gestionar grandes acontecimientos. Como capital comunitaria se ve obligada, al menos seis veces al año, a albergar las reuniones de los 28 jefes de estados y de gobierno que forman la Unión Europea. Unos encuentros en los que se multiplica la seguridad, se cortan calles y se cierran estaciones de metro.

En Bruselas también está la sede central de la OTAN. Mañana y pasado tendrá lugar una cumbre de la organización que va a traer a Bruselas a muchos líderes europeos y también a los Presidentes de Estados Unidos y Turquía entre otros. Está previsto que Donald Trump aterrice esta noche con su Air Force One, un episodio que obliga a doblegar la seguridad en la ciudad. En su último viaje el año pasado se cerraron las calles por las que pasaba la delegación americana, algo que con toda probabilidad, ocurrirá a lo largo del día de hoy.

Lo que nunca antes había pasado en Bruselas es que coincidiese una cumbre de la OTAN con la participación de Bélgica en una semifinal de un mundial de fútbol. Los Diables Rouges están sacando a miles de aficionados a las calles desde hace semanas. Es habitual ver los bares llenos y hay pantallas gigantes por todo el país para ver los partidos. Además, si faltaba algo para redondear el círculo es el rival. El encuentro de esta noche es ante la selección francesa. En la actualidad son miles los franceses que, por cercanía y por la facilidad que da tener el mismo idioma, viven en territorio belga.

Ante esta situación el gobierno federal del Primer Ministro Charles Michel ha decidido poner en la calle a más de 2.500 agentes y un millar de militares. Bélgica tiene en las próximas horas un reto por delante para demostrar su capacidad a la hora de gestionar dos acontecimientos tan importantes como son una cumbre de la OTAN y la semifinal del Mundial de Rusia.