El lugar más inaccesible del planeta: La colonia británica a la que tardarías una semana en llegar
Un avión, un barco y mucha paciencia; es lo que necesitarás para llegar a esta Isla de mitad del Atlántico Sur cuya pertenencia atañe a la reina Isabel II
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El Gran Azul esconde el lugar más inhóspito de todo el planeta, el punto al que más difícil es acceder de todo el globo. Se trata de una isla, como no podía ser de otra manera. Un pequeño enclave escondido y apartado, que es capaz de mostrar un sinfín de peculiaridades que, a buen seguro no dejarían a nadie indiferente. Pero antes de descubrir qué tiene de especial este enclave, debemos conocer de qué se trata y dónde está situada.
Su nombre es Tristán de Acuña y está situado en mitad sur del Océano Atlántico. Es el punto del planeta al que más difícil es acceder, al que más cuesta llegar, y no es para menos... El punto más cercano con el que puede llegar a colindar, es una isla, en particular la Isla de Santa Elena, que en el mejor de los casos, se localiza a 2.200 kilómetros. Para que nos hagamos una idea, esa distancia es la equivalente a la que hay en línea recta, desde Madrid hasta Copenhague, casi nada.
Si queremos darle una ubicación basada en el territorio continental, podemos hallar dos puntos referencia. El primero de ellos con Sudáfrica que se localiza a unos 2.700 km de distancia. Por otro lado, con Sudamérica, el punto más cercano sería Uruguay que está a nada más y nada menos que 3.800 km. Nuevamente, jugando a las comparaciones con nuestra capital, imaginemos un punto en el que Madrid está en el centro y lo más cercano que tenga a ambos extremos sea, por un lado, la ciudad de Estocolmo y por el otro extremo la capital de Ghana, Acra.
Uno de los problemas que dificulta la llegada de turistas a este lugar tan remoto, es que no cuentan con un aeropuerto, algo que a buen seguro, evitaría las dificultades de acceso a la isla atlántica. Visto de esta forma, evidentemente parece complejo imaginarse en una situación tan peculiar en términos geográficos, pero es la realidad de los habitantes de Tristán de Acuña, que tienen además, más de una peculiaridad:
En el lugar viven solamente 245 personas, y todos viven en el mismo punto del mapa, el único pueblo que hay en el lugar, cuyo nombre es Edimburgo de los Siete Mares. En cuanto a puntos de reunión social solo hay un bar, y su población está bastante "occidentalizada", aunque eso sí tienen unas circunstancias muy concretas. Únicamente hay siete apellidos en toda la isla, por lo que toda la descendencia se reduce a siete ancestros varones. Además de los riesgos que puede provocar esto para la descendencia, tiene consecuencia en la transmisión de enfermedades. De la población, más del 50% tienen asma, algo que cuadriplica la tasa de asmáticos de todo el mundo.
¿Cómo llegar a Tristán de Acuña?
Cabe destacar que la isla es una colonia británica, como la mayoría de las que se conserva en la actualidad, pero incluso para la reina Isabel II, sería difícil llegar a la isla. En concreto, el viaje duraría nada más y nada menos que siete días. Pongamos que somos de cualquier punto de la geografía española; lo primero que deberíamos hacer es ir a Madrid y coger un vuelo a Ciudad del Cabo.
Con escala incluida, tardaríamos unas catorce horas en llegar a la ciudad sudafricana, no obstante apenas acabamos de comenzar. Una vez lleguemos, cogeremos un barco destinado a no más de doce personas, de las cuales la mayoría son trabajadores de emergencia para asistir en la isla. Esta embarcación realiza viajes a Tristán de Acuña ocho veces al año, por lo que debe haber una gran previsión.
Si después de todos los problemas y limitaciones conseguimos acceder al barco, surcaremos durante cuatro días el salvaje Océano Atlántico hasta llegar a Edimburgo de los Siete Mares y disfrutar de un paraje sin igual en el que todo es completamente distinto a lo que estamos acostumbrados. Cuenta con un clima único y con una biodiversidad especial, todo ello coronado con el Pico de la Reina María (en honor a la esposa del rey Jorge V de Inglaterra), que es un volcán cuya última actividad se produjo en el año 1961.