¿Quién era Vitold Ashurok, líder opositor bielorruso muerto en prisión?

El activista bielorruso, que cumplía condena por participar en las protestas del año pasado en contra de Lukashenko, murió en extrañas circunstancias

Memorial por la muerte de Vitold Ashurok compartido por su partido

David Ferreiro

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Salta la polémica, de nuevo, en Bielorrusia. Esta vez por la muerte en prisión de Vitold Ashurok, un conocido activista y opostitor al régimen de Lukashenko que falleció el pasado 21 de mayo por un supuesto paro cardíaco, según la información publicada por el diario Nasha Niva.

Ashurok cumplía una condena de cinco años en la cárcel de Shklovsk, ubicada en la ciudad de Maguilov, por paricipar en las protestas ocurridas en agosto de 2020, cuando tuvieron lugar las últimas elecciones en Bielorrusia.

Sin embargo, y según datos de los que se hace eco la Agecia EFE, la causa de la muerte no está del todo clara, ya que según los propios familiares de Ashurok, el activista gozaba de buen estado de salud.

Al menos, así lo expresaba a través de las cartas con las que se comunicaba con su familia, que dejaron de llegar sospechosamente hace dos semanas y en las que nunca había hecho referencia a dolencias cardíacas.

Ante las sospechas que rodean a este fallecimiento, el Comité de Instrucción de Bielorrusia ha difundido un vídeo de la cárcel en el que se puede ver a una persona, supuestamente Ashurok, de espaldas y sufriendo unos fuertes mareos que le hacen desvanecerse, recibiendo fuertes golpes en la cabeza con las caídas, motivo por el cual necesitó asistencia médica.

Según el vídeo, Ashurok se cae una primera vez y se da un fuerte golpe en la cabeza, posteriormente le hacen las curas y se vulve a caer, perdiendo la consciencia por completo.

A pesar de esto y según las declaraciones de la amiga y reportera Olga Bikóvskaya recogidas en la revista Nóvaya Gazeta, el del vídeo podría no ser Ashurok, ya que según ella el hombre de las imágenes no se le parece mucho, destacando varias diferencias en la zona de la cabeza, al mismo tiempo que aprovechó para criticar y lamentar la falta de una mejor asistencia médica teniendo en cuenta la situación.

Al igual que muchos de sus compatriotas, Ashurok cumplía condena por salir a las calles a protestar en contra del fraude electoral ocurrido en los últimos comicios del país, siendo una de las voces importantes dentro de la mayor ola de protestas disidentes en contra de Lukashenko.

Fue entonces cuando el presidente bielorruso hizo gala de su mano dura, reprimiendo desde la fuerza a quienes se manifestaron en su contra y deteniendo, entre muchos otros, a Ashurok.

El activista, que fue encarcelado el 9 de agosto y liberado al poco tiempo, volvería a prisión tan solo un mes después, tras participar de nuevo en las marchas en contra del gobierno bielorruso.

Miembro del Frente Popular y coordinador en la ciudad de Grodno del movimiento político y social Por la Libertad, Ashurok decía sentirse 'honrado' por su encarleamiento, ya que sus actos simbolizaban para él la 'rebelión contra la dictadura'.

La noticia ha saltado de forma paralela a la de la detención y el encarcelamiento, hace poco más de una semana, del bloguero y activista Román Protasévhic, para lo que fue necesario desviar el avión comercial en el que viajaba el opositor y obligarlo a aterrizar en Minsk, prueba de que a Aleksandr Lukashenko, considerado el último dictador de Europa, no le tiembla el pulso.

Esto ha hecho temer a amigos y familiares por la vida de Protasévhic, con miedo de que corra el mismo destino que Vitold Ashurok ante la falta de transparencia en el gobierno bielorruso.

La oposición bielorrusa, obligada a exiliarse

La historia de los exiliados bielorrusos contrarios al comunismo y a las políticas de la URSS comenzó a principios del siglo pasado, aunque con ligeras diferencias con la actualidad.

Desde la llegada de Lukashenko al poder allá por 1994, la partida hacia el exilio de los principales líderes de la oposición ha sido especialmente desangrante, teniendo como principales destinos Lituania y Polonia.

Del mismo modo, miles de ciudadanos contrarios a Lukashenko han tenido que buscar asilo como refugiados ante la mano dura del líder bielorruso, que no duda a la hora de encarcelar y castigar a todos aquellos que no compartan su opinión.

Sin ir más lejos y según los datos de la agencia AP, durante los últimos nueve meses el Gobierno lituano ha tramitado más de 16.000 visados a bielorrusos, entre los que se encuentran los solicitados por periodistas perseguidos por el régimen de Lukashenko. De estos, unos 3.500 han sido concedidos por motivos humanitarios.

Pero los detenidos y represaliados en todo el país se cuentan por miles. En los últimos tiempos, las autoridades bielorrusas han arrestado a múltiples figuras clave de la oposición, entre las que destacan seis de los siete miembros del consejo opositor.

Una imagen de las protestas en Bielorrusia

Las principales voces opositoras han sido incluídas en la lista de terroristas para el país realizada por su KGB, motivo por el cuál muchos han tenido que emigrar para poder evitar la entrada en prisión.

Así, algunos líderes opositores que planeaban presentarse a las elecciones de 2020, como Víktor Babariko o el activista Serguéi Tijanovsky, fueron encarcelados antes de los comicios, mientras otros como Valeri Tsepkalo, optaron por escapar al exilio ante el temor a correr la misma suerte.

Ante tan desolador panorama, la esposa de Serguéi, Svetlana Tijanóvskaya, se erigió como la líder de la oposición en dichos comicios y la encargada de continuar con las protestas en el país, siendo la actual cabeza visible entre los disidentes a Lukasehnko, papel que tras las elecciones ha tenido que desempeñar desde la vecina Lituania.

Junto a ella, ganaron voz en esta lucha otras dos mujeres que han sido tremendamente importantes en las protestas por la situación de Bielorrusia. Ellas son Veronika Tsepkalo, esposa de Valeri que tuvo que huir del país junto a su marido, y Maria Kolesnikova, cercana al ex candidato Víktor Babariko y que en su momento fue la única opositora que continuaba participando en las marchas desde dentro del país, antes de ser detenida como su compañero.

A pesar de todo, la lucha contra el régimen de Lukashenko liderada por Svetlana Tijanóvskaya continúa desde el exilio, desde donde trata de meter presión al Gobierno de su país natal, al que le ha ofrecido sin éxito una negociación, al mismo tiempo que aglutina apoyos externos para la causa.

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