El error que cometes al desayunar tostadas a diario y que puede aumentar el colesterol y la presión arterial: vigila este detalle
El desayuno es la comida fuerte del día y conviene prestarle especial atención

Imagen de recurso de unas tostadas
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Adelgazar, un objetivo especialmente difícil. Una meta, además, que a los españoles se nos hace más complicada de lo normal por estas fechas. Las vacaciones de Semana Santa y su plato estrella, las torrijas, no acostumbran a ponérnoslo fácil. El cuerpo nos pide ocio, ir a ver los pasos y celebrar la festividad con amigos, desde luego, más que salir a correr o ponernos manos a la obra con alguna dieta.
Sin embargo, existen factores que, si gozan de la atención debida, pueden llevarnos a perder peso y a encontrarnos mejor con nosotros mismos sin exigirnos demasiado esfuerzo. Tal es el caso del desayuno que, no en vano, es conocido como "la comida más importante del día".
Y en España, cabe destacar, somos muy propensos a incluir en nuestro desayuno un alimento que, 'cocinado' de cierta manera, puede complicarnos la consecución de ciertos objetivos.

Un plato de torrijas.
Ojo con la tostadora
Hablamos de las tostadas, todo un clásico del desayuno. Mojadas o no, son una de las elecciones favoritas de los españoles para la primera comida del día. No son pocos los argumentos que juegan a su favor, el sabor, su versatilidad o la facilidad con la que se preparan. Además, combinan a la perfección con toda una larga lista de ingredientes, salados o dulces.
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Sin embargo, hay que tener especial cuidado con un factor: el punto de tostado que le damos en la tostadora o la sartén. Lo que hay que evitar a toda costa es que el pan quede tostado en exceso o, sobre todo, quemado. En esencia, los alimentos quemados resultan malos para la salud, principalmente, por la formación natural de una sustancia llamada acrilamida.
Según explica la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, se trata de "una sustancia química que se crea de forma natural en productos alimenticios que contienen almidón durante procesos de cocinado cotidianos a altas temperaturas (fritura, tostado, asado y también durante procesos industriales a 120ºC y a baja humedad)".
Los efectos adversos de la acrilamida
La Agencia desvela una serie de efectos secundarios para el cuerpo de quien consume acrilamida en exceso. Según publica en su página web, faltan estudios para convertir en concluyentes una serie de estudios que, por ahora, muestran resultados provisionales. Sin embargo, arrojan que "los trabajadores que están expuestos a la acrilamida en sus puestos de trabajo muestran un riesgo aumentado de padecer irregularidades en el sistema nervioso".

Una tostada quemada.
Sobre la posibilidad de padecer enfermedades más graves, la Agencia escribe lo siguiente: "Los resultados de los estudios en humanos proporcionan pruebas limitadas e inconsistentes en cuanto al aumento del riesgo de desarrollo de cáncer (en el riñón, el endometrio y los ovarios) relacionado con la exposición a la acrilamida a través de la dieta". De lo que se extrae que, si bien estamos a expensas de una serie de estudios que puedan confirmar, o no, los resultados adquiridos hasta ahora, efectivamente, cabe pensar que la acrilamida es una sustancia que convienen mantener lo más lejos posible de nuestra dieta.
Para ello, sea en el desayuno, la comida o en la cena, conviene cerciorarse de que nuestro pan tostado está más bien 'doradito'. Además, no nos íbamos a dejar lo más importante, el pan está más rico así que quemado, aunque eso ya lo sabíamos.