Sobreproteger es educar con miedo y nocivo para los hijos
Provoca pérdida de autoestima y falta de seguridad y de responsabilidad
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Sobreproteger a los hijos es educar con miedo y hacerles un flaco favor
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Sobreproteger a los hijos es educar con miedo, hacerles un flaco favor. Es una práctica cada vez más habitual y, que, según los expertos consultados por COPE, se reforzó con la pandemia. Al ejercer como padres o madres helicóptero provocamos falta de seguridad en los más pequeños de la casa que pierden además autoestima. Consideran nocivo resolverles los problemas y abogan por acompañarles para que sean cada vez más autónomos y responsables.
Si te preocupas en exceso por tus hijos y tratas de controlar todo lo que pueda afectarles tanto física como emocionalmente eres seguramente un padre o madre helicóptero. Si estás pendiente de cualquier movimiento, decisión o proyecto de tu hijo para apoyarlo o no o si le supervisas constantemente sus amistades también tiendes a la sobreprotegerlos.
¿Cómo saber si te estás pasando al tratar de proteger a tus hijos?
Oscar Castillo de 38 años teme ser uno de esos padres sobreprotectores, admite que es algo que se pregunta a menudo y reconoce que intervenir en la vida de su hijo es moneda corriente en su familia: “sé que tiene que ser él mismo el que tiene que ir resolviendo en la medida de que sea posible todos los retos que la vida le va planteando, pero reconozco que he intervenido en el colegio y con sus amistades y ahora que empieza a salir también trato de intervenir. Noto y, también él me lo hace notar, que a veces invado su espacio personal y pienso que le estoy limitando”.
“Para saber si eres un padre o madre sobreprotector, cada vez que hagas algo por tu hijo o hija pregúntate si ellos lo pueden hacer solos y no hagas nada que ellos puedan hacer”, explica en COPE la experta en educación emocional aplicada Cristina Gutiérrez Lestón.
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Si te preocupas en exceso por tus hijos y tratas de controlar todo lo que pueda afectarles tanto física como emocionalmente
Debes plantearte que estás ejerciendo el modo helicóptero si asumes responsabilidades esenciales de tus hijos, tratas hasta la extenuación de que no se equivoquen, les recuerdas constantemente que deben evitar el peligro o prohibir y les disuades de tomar riesgos apropiados para su edad, les vigilas, planificas sus actividades sociales, gestionas sus amistades o invades su privacidad.
Casi no tiene ventajas y si muchos inconvenientes
Acostumbrados a esa supervisión constante, los menores estén pendientes de tu consentimiento y/o aprobación antes de dar cualquier paso. Es algo que, ya desde la infancia, y según los psicólogos y pedagogos, les resta autonomía entre otras herramientas imprescindibles para su desarrollo.
Flor Ramírez es abuela y constata que la forma de educar es hoy muy diferente:” no entiendo por qué tienen que estar mis hijos tan pendientes de sus hijos, que, si les puede pasar algo, pero ya tienen cierta y edad y pienso que deberían tener más libertad, pero tienen miedo porque la sociedad ha cambiado y ahora hay acoso y también Internet y redes sociales que en mi época no había. Aún así les digo que no tienen que estar siempre encima de ellos y que lo mejor es fomentar la autonomía”.
Es fundamental, dicen los pedagogos, acostumbrar a los niños a que tomen sus propias decisiones, adaptándonos como padres a su edad y a su personalidad, y no tener miedo a que puedan equivocarse porque solo así aprenden y maduran. Es difícil que los niños puedan lograr la independencia que necesitan si los padres intentan resolver sus problemas y desafíos. Los niños necesitan espacio para crecer por sí mismos.
En busca del difícil equilibrio
Gutiérrez Lestón clasifica los padres en dos tipos: “los que preparan el camino a sus hijos, se lo aplanan y les quitan todas las piedras para que pobrecitos no les pase nada y los que preparan a sus hijos para el camino sea éste como sea. Preguntémonos qué tipo de padres queremos ser o queremos ser más y a partir de ahí podremos ser esa figura paterna o materna que ayudará a sus hijos a crecer y a hacerse fuertes”, explica en COPE la experta en educación emocional aplicada Cristina Gutiérrez Lestón.
Para esta educadora e investigadora, los padres no debemos ni quedarnos cortos en la protección de nuestros hijos en función de la edad, del contexto y del entorno ni pasarnos y sobreprotegerles. Acertar, asegura, Gutiérrez Letón, pasa por preguntarles ¿qué necesitas de mí, qué puedes hacer tú y qué puedo hacer yo?”
Es importante lograr ese equilibrio, subraya, porque “si les educamos resolviéndoles todos los problemas estamos educando con miedo y les estamos desprotegiendo. Si yo hago lo que puedes hacer tú ahí te estoy privando de muchas horas de entrenamiento para desarrollar habilidades para la vida. Los niños son cada vez menos autónomos, más dependientes, tienen más miedo, peor autoestima, se sienten menos orgullosos de sí mismos y con menos fortaleza para sentirse protectores de si mismos”.
Para formar a hijos y a padres en el desarrollo de las habilidades necesarias para la vida, Gutiérrez Lestón dirige desde hace 20 años la Granja Ability Training Center . Por sus centros de Barcelona, Madrid y Andorra pasan cada año más de 40.000 escolares y 5.000 adultos para mejorar su autoestima, resiliencia y gestión emocional por medio de un programa que combina la inteligencia emocional con la naturaleza y avalado científicamente por la Universidad de Barcelona.
“Evidentemente los padres y las madres debemos proteger a nuestros hijos para que puedan ir afrontando las dificultades del día a día, pero lo que no podemos es quitarles todas las piedras del camino porque entonces cuando lleguen a los 18 años se caerán y no podrán levantarse porque no habrán aprendido. Debemos ser valientes y confiar en ellos, en que van a ser capaces de conseguirlo y darles la ayuda mínima que necesiten para que lo logren”, resume esta experta.
Y todo, añade, porque el ser humano tiende a la comodidad “no hay más que ver el éxito del mando a distancia, buscamos el camino más corto pero como padres nuestra misión es educar y educar es también dejar a los niños y a los jóvenes que busquen sus propias soluciones y salidas a los problemas que la vida les va planteando”·
Preparar a los hijos para que vuelen con sus propias alas
Seis de cada 10 padres españoles priorizan que sus hijos trabajen duro frente a la independencia o la imaginación, lo que nos sitúa por encima de la media de los países de la OCDE en la última Encuesta Mundial de Valores.
Hacer los deberes por tus hijos, ir al colegio para protestar por sus notas o de increpar al árbitro por pitarle una falta piensa en las posibles consecuencias para su desarrollo, no les ayuda para nada. Son actitudes sobreprotectoras que les vuelven más propensos a sufrir trastornos de ansiedad.
Evitarlo pasa por animarlos a encarar los retos y a probar cosas nuevas, celebrar su esfuerzo independientemente del resultado, fomentar que resuelvan los problemas y que piensen por sí mismos, impulsar que vayan asumiendo responsabilidades apropiadas par su edad, pedir su opinión en varios temas y tenedlas en cuenta además de aprovechar las oportunidades de autonomía. Es la mejor forma de que un día puedan volar con sus propias alas.