Esto es lo que puede pasar si una espiga se clava en el cuerpo de nuestro perro

Un pequeño objeto que puede causar grandes problemas a nuestra mascota

Esto es lo que puede pasar si una espiga se clava en el cuerpo de nuestro perro

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Aunque nos estamos acercando cada vez más al otoño, sigue haciendo un tiempo lo bastante bueno como para llevar a nuestro perro a dar un paseo por el campo. Sin embargo, todavía hay un enemigo en este ambiente al que tenemos que estar atentos: las espigas.

¿Por qué hay que tener cuidado? La respuesta es muy sencilla. Debido a que estas tienen forma de arpón, es muy fácil que se enganchen en el pelaje de nuestras queridas mascotas, causándoles pequeñas heridas o clavándose en la piel, teniendo con esto alguna que otra infección. Además, siempre se pueden clavar en lugares en los cuales su extracción es muy complicada.

Y es que no es para menos. Porque nuestros amigos de cuatro patas, al verse libres en el campo, pueden salir corriendo como locos y meterse en lugares donde no les permitiríamos la entrada ni en broma. De hecho, la Policía Nacional lo ha recordado en su cuenta de Twitter, advirtiendo del cuidado que debemos de tener cuando saquemos nuestra adorada mascota a pasear al campo.

Hay que tener en cuenta que, como se trata de un cuerpo extraño que no se percibe a simple vista, las espigas son un riesgo para la salud de nuestros amigos peludos de cuatro patas. Dado que si no presentan ningún síntoma, y no nos damos cuenta, la espiga puede generar una infección y, si no se detecta a tiempo, esta puede extenderse a todo el cuerpo del animal. Es por este motivo que si vamos al campo tenemos que realizar una inspección a nuestros perros nada más volver a casa.

Protege su nariz, oídos y patas

Cuando volvemos a casa después de un paseo por el campo, es necesario realizar una revisión a nuestro perro para ver si tiene alguna espiga clavada en su cuerpo. Pero hay tres lugares a los que tenemos que prestar especial atención: su nariz, oídos y sus patas.

Según los expertos de Kiwoko, "los perros se mueven guiados por su olfato", por lo que es muy común que las espigas puedan llegar a clavarse dentro de su nariz. Además, según "la profundidad a la que puede estar clavada la espiga en la nariz del perro, es probable que sea necesaria la anestesia del perro para explorar sus cavidades nasales", han avisado desde el blog Mundo Animal. Por no mencionar que, una vez encontrada la dichosa espiga y que la hayan extraído, será necesario tener a nuestro perro con antibióticos y antiinflamatorios para tratar la infección.

Los síntomas que puede manifestar nuestro amigo peludo en estos casos son estornudos constantes, picores, moqueo, secreción nasal con restos de sangre y pueden estar nerviosos a causa de la necesidad constante que tendrán por rascarse en esta situación.

En cambio, si la espiga está clavada en uno de sus oídos, nuestro amigo peludo sentirá mucho dolor. Sacudirá la cabeza como loco, inclinándola hacia el lado que le duele. "Además, cabe destacar que aquellos perros que tienen las orejas largas y caídas tienen más predisposición a sufrir esta infección", según han señalado los expertos de Kiwoco. En muchos casos, las espigas en los oídos pueden generar otitis, que se manifiesta con una inflamación en la zona, secreción y con nuestro perro, rascándose desesperado por aliviar el dolor, y esto provocará, con total seguridad, heridas en la zona. "En los casos más graves, la espiga puede llegar a perforar el tímpano y la sordera del perro puede llegar a ser irreversible".

Otro lugar común en donde los perros suelen clavarse las espigas son sus patas, con especial frecuencia en los espacios interdigitales que hay en sus almohadillas. Según han explicado los expertos de Kiwoco, la espiga puede penetrar la piel del animal, quedándose "en el tejido subcutáneo, provocando infecciones que se manifiestan con la aparición de bultos y abscesos en la piel". También aconsejan que en caso de que esto haya ocurrido, y que nuestro amigo fiel esté lamiéndose las patas de forma constante como síntoma, que "es importante extraer la espiga y tratar la posible infección que esta haya ocasionado".

¿Cómo retiramos las espigas?

Cuando vamos a hacer esto, tenemos que tener mucho cuidado si la espiga se encuentra en una de las zonas antes mencionadas, aunque no son las únicas partes del cuerpo delicadas en donde estas pueden terminar. También se pueden clavar en los ojos, las axilas o en el aparato urogenital. Si vemos que una o varias espigas están clavadas en uno de estos lugares, tenemos que llevar a nuestra mascota sí o sí al veterinario para que se haga cargo de la extracción.

Esto es lo que puede pasar si una espiga se clava en el cuerpo de nuestro perro

En cambio, si la espiga está introducida en una zona expuesta del cuerpo, solo está clavada la punta, y no hay signos de infección, podemos sacarla nosotros mismos sin ningún problema. Eso sí, para hacer esto tenemos que seguir los siguientes pasos:

Pero sobre todo tenemos que asegurarnos de que la espiga salga entera y sin romperse. De no ser así, tenemos que ir al veterinario para que extraiga el resto de esta y que haga una exploración para ver si hay más espigas clavadas en el cuerpo de nuestro perro. Aunque no debemos olvidar que la prevención es la mejor medicina. Es decir, evitar los lugares con espigas y, por si acaso, revisar el cuerpo de nuestra mascota al volver de un paseo por el campo o lugar con espigas.

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