Así funcionan los radares de tráfico en nuestro país
Analizamos cómo captan la velocidad, cómo realizan las fotografías y cómo llegan a nuestro domicilio
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En España, tenemos dos tipos de radares fijos o cinemómetros, instalados en las carreteras. El pasado mes de febrero, la Guardia Civil puso en marcha 60 nuevos radares ligeros con un tamaño mucho más pequeño y una tecnología más desarrollada. La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha utilizado con estos nuevos dispositivos nuevas herramientas que la Dirección General de Tráfico adquirió en el mes de noviembre de 2017. Estos nuevos dispositivos se pueden fijar con un trípode o también se pueden incrustar en los vehículos de la Guardia Civil.
Según datos del Comisariado Europeo del Automóvil,
Radar de cabina
Los radares de cabina son aquellos que vemos ubicados en cabinas, suelen estar al margen de la carretera, aunque también se encuentran en pórticos o postes. Este tipo de radares debe estar siempre señalizado. Funcionan mediante el “método Doppler” de manera similar a como lo hacen por ejemplo algunas ecografías. De esta forma , el radar emiten una onda electromagnética hacia el vehículo a detectar, la onda rebota y vuelve a la antena.
Radares de tramo
Los radares de tramo son más fiables que los fijos, porque hallan la velocidad media que hemos llevado desde el punto A hasta el punto B. Por tanto, es obligatorio durante ese recorrido mantener una velocidad media similar o inferior a la establecida. El funcionamiento es bastante sencillo, en el punto A se sitúa una cámara de visión artificial infrarroja sobre cada carril, con sistema de reconocimiento de caracteres (OCR), capta el momento en el que pasamos por debajo, leyendo la matrícula y realizando una grabación en la que queda constancia del día, hora, minuto y segundo por el que el coche ha pasado.
Tras recorrer el tramo llegamos al punto B, en donde se encuentra otra cámara interconectada con la primera, se encarga de registrar los datos del segundo punto. Tras esto un software comprueba y calcula el tiempo y la velocidad media de cada vehículo. Si ésta es superior a la permitida o mejor dicho, tarda menos tiempo del mínimo establecido, los datos se remiten a través de fibra óptica a la DGT, donde se llevará a cabo la multa. Un ejemplo de este radar de tramo es el situado en el puente de Guadarrama entre Madrid y Segovia, que recoge 3,323 kilómetros, en donde hay que circular a una velocidad media de 100 kilómetros. Si el conductor tarda menos de 2 minutos y 5 segundos en realizar dicho tramo, será multado.
Estos radares no solo controlan los excesos de velocidad, sino que aquellos vehículos que circulen por debajo del 50% de la velocidad establecida, podrían ser multados.
Cuando se produce la infracción por parte del conductor, el radar realiza una fotografía cuando el vehículo supera la velocidad permitida en un 7%, es decir, si la vía está permitida para circular a 100, si nos pillan a más de 107 o 108km/h, nos multarán. Esa multa será tramitada por la DGT y se nos notificará por correo ordinario a nuestro domicilio para avisarnos cuando debemos pagar la infracción.