Por qué frenar el avance del coronavirus puede salvar muchas vidas

La velocidad a la que avance la enfermedad es vital a la hora de minimizar las muertes 

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Javier Martínez

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La pregunta está en la calle y las informaciones que oímos y leemos en los medios de comunicación pueden ser confusas. Por un lado se habla de una enfermedad leve, "una gripe", que "solo mata a ancianos" y "con patologías previas". Por otro lado, estamos viviendo medidas de contención de la epidemia jamás vistas en la era moderna, y que pueden ir a más en los próximos días y semanas.

Una aparente contradicción que está causando cierto estupor entre los ciudadanos, que viven entre el miedo a que se les esté ocultando la verdad de la situación y la sensación de que se están exagerando las medidas, de que no es para tanto. 

El coronavirus no es una gripe

Por mucho que lo hayan repetido algunas personas influyentes en los medios de comunicación, con algunas declaraciones que se han hecho virales y que fueron vistas (y aún son repetidas) por muchas personas, el coronavirus no es "una gripe". Según ha explicado del director general de la OMS, el coronavirus mata al menos cuatro veces más que el virus de la gripe. Y causa una enfermedad mucho más grave.

Pero la tasa de mortalidad no es en absoluto la principal preocupación del coronavirus. Efectivamente, las personas jóvenes, incluso las mayores, tienen poco riesgo de morir por el coronavirus. Las estadísticas de mortalidad por edades en China, que son las siguientes, así lo sugieren: 

Sin embargo, el hecho de que probablemente no vayas a morir si coges el coronavirus no significa que no haya que preocuparse, ni tomar medidas muy serias. El riesgo del coronavirus es mucho mayor del riesgo de muerte. Es el riesgo de que colapse el sistema sanitario.

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El temor de que el coronavirus desborde los hospitales

Aunque la tasa de mortalidad del coronavirus es relativamente baja (un 3,5% de muertos no se puede considerar bajo), la tasa de hospitalización del coronavirus es muy alta. El 18% de los casos de coronavirus son graves o críticos. En Italia, el 55% de los casos están ingresados en el hospital. El 11% en la UCI. Eso es lo que preocupa y mucho a los profesionales sanitarios de España y todo el mundo.

Aplanar la curva

Esto es lo que se está tratando de explicar en los últimos días con el concepto inglés "flatten the curve", aplana la curva, que proviene de esta representación tan gráfica del problema.

Si los casos de coronavirus se multiplican, los hospitales quedarán desbordados, provocando que aumenten las muertes por coronavirus, pero también, que el tratamiento se complique en casos que no tienen nada que ver, como el cáncer, los problemas cardíacos, los accidentes de tráfico o cualquier otro problema médico. La importancia de frenar el coronavirus no reside en cuántas posibilidades hay de que mueras por ello, sino en cuántas posibilidades hay de que el sistema sanitario se desborde. Por eso es vital ralentizar la velocidad de contagio del virus.

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El ejemplo de China

China (y parece que también Corea del Sur) ha demostrado que las medidas de extremo distanciamiento social son capaces de revertir la epidemia. Así lo ha explicado en una entrevista el responsable de la misión de la OMS en China, Bruce Aylward.

"Primero tienes que asegurarte que todo el mundo sepa lo básico: lavarse las manos, no dar la mano, cuáles son los síntomas, tomarse la fiebre. Una vez encuentres focos de transmisión local, cierra las escuelas, los teatros, los restaurantes". Así ha pasado China de 4.000 casos nuevos al día a los 44 registrados ayer.

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