Los cinco pasos de la rutina de Isabel II que podrían estar detrás de la longevidad de la monarca

La monarca no tenía una dieta estricta, pero sí cuidaba varios aspectos de su rutina

Los cinco pasos de la rutina de Isabel II que podrían estar detrás de la longevidad de la monarca

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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A media tarde del pasado jueves, 8 de septiembre, todas las miradas se dirigían a Reino Unido, y es que la reina Isabel II de Inglaterra fallecía a los 96 años de edad, poniendo fin a un reinado sin precedentes de más de 70 años, lo que suponía el ascenso al trono de su primogénito, el príncipe Carlos, de 73 años de edad, según informaba el Palacio de Buckingham.

El estado de salud de la monarca había empeorado en estos últimos meses, marcados por los problemas de movilidad las reiteradas ausencias en actos especialmente simbólicos. Pocos días antes había recibido a la nueva primera ministra, Liz Truss, en la residencia de Balmoral (Escocia), en lugar de en el Palacio de Buckingham, como era tradición.

Ya el miércoles anuló su agenda y este jueves la Casa Real confirmó que su estado de salud había empeorado. Sus familiares cercanos, entre ellos el heredero, se desplazaron entonces hasta Balmoral para acompañar a la reina en sus últimos momentos.

Cinco hábitos de la rutina de Isabel II

Para vivir 96 años está claro que hay que gozar de una buena salud, pero hay pequeños detalles del día a día que nos ayudan a que nuestro cuerpo y mente estén en la mejor forma posible. La reina Isabel II tenía cinco hábitos, que han salido a la luz gracias a declaraciones a distintos medios del que fuera su chef personal, Darren McGrady, así como por las palabras de un experto en monarquía, Bryan Kozlowski.

En primer lugar, la monarca no seguía una dieta estricta, pero sí escondía algunos secretos en la misma. Dentro de los alimentos que más consumía se encuentran el pescado, la fruta y la verdura. Además, comía con moderación, sin tomar demasiada cantidad. Otro de los puntos clave es que desayunaba dos veces.

En cuanto al ejercicio, Isabel II montaba a caballo a menudo, en concreto, una o dos veces por semana, según explicó su exsecretario de prensa, Dickie Arbiter, a la BBC. En cuanto al sueño, Arbiter apuntaba que dormía en torno a siete horas y que se despertaba a la misma hora todos los días, a las 7:30 de la mañana. Además, la monarca caminaba mucho, lo que le permitía mantenerse activa.

En esta misma línea, el exsecretario reconocía que la monarca leía su propia correspondencia, además de prepararse audiencias y conversar con multitud de personas, de distintos rangos y clases. Y es que tenía una actividad mental muy alta. Por otro lado, la reina no se exponía mucho al sol. Solía añadir sombreros a sus looks y tampoco utilizaba demasiado maquillaje, dos aspectos que hacen que la piel se mantenga más joven. Por último, Arbiter añadía que Isabel II no había fumado nunca, un hecho que, sin duda, favorece la buena salud.

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