Orugas procesionarias: Estos son los síntomas que puede causar su picadura en los perros y cómo se debe actuar

Las procesionarias expulsan unos pelos llamados tricomas que crean graves reacciones alérgicas en nuestros perros. Si esto ocurre, debemos ir al veterinario con urgencia

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La procesionaria es un tipo de oruga que, si se ve en peligro, expulsa sus pelos, denominados tricomas. Estos están compuestos de toxinas urticantes que provocan reacciones alérgicas graves. Para los perros pueden llegar a ser mortales. Estos insectos se suelen encontrar en zonas verdes, rurales, pero también en los parques por los que paseamos a nuestros animales. Lo normal es que estén cerca de donde haya pinos, siendo una de las plagas más importantes de los pinares mediterráneos. Sin embargo, es igual de frecuente que ataquen a cedros y abetos.

Los meses en los que hay más riesgo de toparse con las procesionarias son de febrero, marzo y abril. Aunque, con el tiempo que estamos viviendo este año, en el que las temperaturas varían constantemente, sus ciclos de vida también se están viendo afectados, por lo que no hay que dejar de estar alerta hasta que termine el mes de mayo. Para evitar las reacciones alérgicas de esta oruga, debemos vigilar con detenimiento a nuestro perro, ya que podría mostrar algún síntoma que demuestre quue ha sido intoxicado por una procesionaria. Lejos de parecer algo inusual, es más común de lo que creemos que un can se acerque al insecto (que se mueven en fila) y sea atacado por ella. Si esto ocurre, debemos acudir al veterinario de inmediato.

Como es imposible que estemos atentos a cada movimiento que haga nuestra mascota, puede ser que no veamos si ha estado en contacto con el insecto, por eso es de vital importancia que conozcamos los síntomas que la "picadura" de la procesionaria pueda causarle, ya que si se trata demasiado tarde, puede ocasionar la muerte del can. Lo más habitual es que la zona afectada sea la nariz o la boca (los perros olfatean todo y los pelos de las orugas suelen clavarse ahí), el perro experimentará una asfixia debido al cierre de las vías respiratorias que se han inflamado. Podremos observar esta reacción alérgica, puesto que su hocico se hinchará considerablemente, causándole un intenso dolor. Además, pueden aparecerle ampollas en el interior de la boca, incluso evitando que puedan cerrarla.

Síntomas y consejos para aliviar el dolor hasta que lleguemos al veterinario

Para intentar controlar el sufrimiento, el perro se rascará con ansias el área afectada. Otros síntomas que pueden presentar son: vómitos, babeos excesivos y ceguera. No obstante, otro indicador será su comportamiento y estado de ánimo. La fiebre, al igual que el dolor y el picor irá en aumento, así que el can estará inquieto a nuestro lado. Puede ser que la subida de la temperatura corporal le deje decaído y no tenga fuerzas para levantarse de su cama. Si observamos alguno de estos síntomas en esta época del año, no podemos esperar a que se estabilice por sí solo, debemos acudir al veterinario con urgencia, ya que lo más probable es que se trate de la picadura de una procesionaria.

Cuanto más se tarde en tratar al animal, más posibilidades tiene de sufrir una necrosis que le haga perder algunas zonas de la cavidad bucal. Es más, la infección seguirá extendiéndose y puede llegar a la laringe, causando graves efectos en la salud de nuestra mascota. Los expertos aconsejan que lo principal es hallar los pelos de la oruga y retirárselos, después, hay que lavarle las zonas expuestas a la picadura con agua templada. Con esto, lograremos calmar un poco el dolor del animal hasta que lleguemos a las urgencias del veterinario. Una vez allí, se le administrarán varios corticoides con el fin de desinflamar la reacción alérgica.

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Con Carlos Herrera

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