6ª FERIA DE SANTIAGO

La madurez templada de López Chaves para una despedida soñada de Santander

El torero salmantino dijo adiós al coso de Cuatro Caminos cortando tres orejas ante una buena corrida de La Quinta. Oreja para Paco Ureña y Emilio de Justo.

Derechazo de Domingo López Chaves al cuarto toro de La Quinta, al que cortó dos orejas

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Rompió la ovación tras el paseíllo. La afición santanderina y la muy numerosa salmantina por estos lares hicieron salir a saludar a Domingo López Chaves en su último paseíllo en el coso de Cuatro Caminos. Una ovación con sabor a reconocimiento cabal a un toreo honesto en su temporada de despedida de los ruedos.

De mirada viva y entipadas hechuras salió el primero de La Quinta. Repuso en el capote de Domingo durante sus primeras embestidas. Después, camino del caballo, ya rompió a moverse con más largura. Pero tras su paso por el caballo, también demostró su falta de fortaleza en las extremidades. El temple fue fundamental para no quebrantar más la feble pero codiciosa embestida del toro. Como la medida en las tandas, que no podías ser muy extensas. Hubo muletazos cadenciosos por ambos pitones, aunque un par de tandas a izquierdas, ya pasado el ecuador del trasteo, fueron las más logradas por la largura y la limpieza de los naturales. Una estocada tendida dio paso a la concesión de la primera oreja de la tarde.

Fuerte la ovación que se llevó José Chacón después de firmar dos notables pares de banderillas al cuarto de La Quinta. Este fue un animal menos claro en el tercio de muleta. Pasaba sin maldad, pero también sin entrega. Le dio distancia el de Ledesma buscando las inercias. Y a fe que lo consiguió en una buena tanda a derechas, que tuvo ligazón y largura con ese compás tan abierto característico en él. A esas alturas de faena, el toro parecía mejor gracias a las manos de López Chaves. Por ese palo continuó firmando tandas de idéntica factura con el público entregado a la madurez y el poso del torero charro. Se fue tras de la espada con fe para dejar un espadazo en toda la yema de la que salió el toro rodado. Las dos orejas fueron inapelables.

Brindó Paco Ureña su primera faena a Domingo López Chaves. Largo parlamento y cariñoso abrazo entre ambos. Las dudas que había dejado el toro en los primeros tercios se disiparon cuando el murciano inició la faena. El de La Quinta respondió con humillada nobleza. Lo aprovechó Paco, que corrió la mano con temple y largura en las primeras tandas en redondo. Pero hasta ahí duró la entrega del animal, ya que cuando le propuso la zurda comenzó a salir algo desentendido del engaño. Se tiró con decisión detrás de la espada, pero esta viajó caída. Aun así, se pidió la oreja con fuerza y el palco la concedió sin muchas dudas.

El quinto fue el toro de mayor trapío del sexteto. Más cuajado de carnes y más ofensivo por delante. Tuvo que tomar el olivo Ureña cuando fue desposeído del capote en el saludo a la verónica y a punto estuvo de verse comprometido cuando perdió pie en la misma cara del astado. Nunca se entregó el de La Quinta, poniendo en apuros a la cuadrilla del murciano durante el tercio de banderillas y al propio matador cuando le planteó faena casi en los medios. Sin clase ni entrega, siempre punteando los engaños y moviéndose con mal estilo. Optó Ureña por pasaportarlo, dejando un buen espadazo.

Llegaba a Santander Emilio de Justo después de cuajar, según cuentan, la mejor tarde de su temporada en Mont de Marsan ante toros precisamente de La Quinta. Su primero, que había cosas desconcertantes en los primeros tercios y que a punto estuvo de arrollar al subalterno Morenito de Arles, rompió ya en la apertura de faena cuando el cacereño le obligó por abajo. Despacio, muy despacio toreó Emilio en redondo, ralentizando la embestida del cárdeno. La pena es que al toro se le acabaron pronto las pilas y había que llegarle mucho y engancharle muy adelante para que repitiese las humilladas y amexicanadas embestidas que tuvo por el pitón izquierdo. La estocada cayó desprendida y no fue óbice para que Emilio pasease su trofeo.

En un abrazo se fundieron Emilio de Justo y López Chaves cuando el primero le brindó la faena del sexto al torero salmantino. Tuvo nobleza y recorrido en sus embestidas el toro de La Quinta por el pitón izquierdo, aunque siempre con el defecto de no embrocarse y de salir intentando atisbar la playa del Sardinero desde el coso de Cuatro Camino. Hubo de reducir distancias y de atacar por abajo Emilio para, más en corto, lograr la ligazón más ajustada a la embestida de su oponente. A derechas exigía el toro, por lo que a mitad de una tanda vibrante, cambió el pitón para firmar un cambio de mano que se convirtió casi en un circular y dos naturales de planta y hombros relajados. El final a pies juntos al natural fue lo más macizo y aplaudido del conjunto. Pero un pinchazo y otro hondo, que necesitó de varios golpes de verduguillo alejaron a Emilio de Justo de redondear con triunfo su tarde.

Santander, jueves 27 de julio de 2023. 6ª de Feria. Dos tercios de plaza.

Toros de

, de correcta presentación y entipadas hechuras. Con codicia y calidad el flojo primero; encastado y con buen pitón derecho el segundo; un tercero de embestida mexicana; con nobleza y fondo encastado el cuarto; complicado y deslucido el quinto; encastado y de buen juego el sexto.

Domingo López Chaves, oreja y dos orejas.

Paco Ureña, oreja y ovación.

Emilio de Justo, oreja y ovación tras aviso.

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