1ª FERIA DE BEGOÑA

Manuel Diosleguarde sorprende y triunfa en la apertura de Gijón

Manuel Diosleguarde entra finalmente en los carteles de las novilladas de Villaseca de la Sagra

Redacción Toros

Publicado el - Actualizado

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El novillero salmantino Manuel Diosleguarde se convirtió hoy en el primer triunfador de la Feria de Begoña de Gijón merced a una entregada y muy torera actuación, en la que destacó sobremanera la faena al sexto, al que cortó las dos orejas.

Una labor de altos vuelos frente al mejor novillo de la función, bravo, con clase y muy humillador, al que el salmantino cuajó una notable y muy completa faena. A los lances la verónica de muy buena ejecución le siguió una labor de mucho ritmo e intensidad, con series por los dos pitones a cada cual mejor.

Temple, hondura y ligazón fueron los mimbres de su actuación. Y mucha torería. La gente disfrutó de lo lindo con él. Agarró una gran estocada saliendo trompicado y para él fueron las dos orejas.

Precisamente fue la espada dejó sin premio la primera faena de Manuel Diosleguarde. El joven salmantino anduvo muy voluntarioso con su primero, un animal noble y manejable al que instrumentó una animosa y entregada labor.

Lo mejor, sin duda, fueron varias tandas al natural de extraordinaria hondura. Y templadas. Muy aplaudidas por el respetable, que se llevó el primer susto de la feria cuando en un momento de la faena el utrero se lo echó a los lomos, dejándole suspendido en el aire unos cuantos segundos.

Se repuso el hombre con tremendo pundonor para volver a la cara con más arrojo si cabe. Lástima que los cuatro pinchazos que cobró dejaran la faena sin el premio merecido.

Rafael González paseó la primera oreja de la feria del "parte plaza", un novillo de Zacarías Moreno noble y blando a partes iguales, al que el novillero madrileño cuajó una asentada faena.

Supo dosificar muy bien al animal, dándole los oportunos respiros entres series y se le vio también con oficio, muy resuelto y muy quieto en series largas y bien compactadas sobre ambas manos, que gustaron a los tendidos del Bibio, que, tras una casi entera en buen sitio, le recompensaron con un trofeo.

No pudo redondear González con el cuarto, un novillo que se apagó demasiado pronto en el último tercio y, aunque volvió a mostrarse muy dispuesto en todo momento, no logró armar faena por mucho que se alargara el torero, tanto que hasta le llegaron a tocar el primero de los dos avisos que escuchó antes de montar la espada, que, dicho sea de paso, no manejó con contundencia. Silencio en filas.

Francisco de Manuel se las vio y se las deseó con un segundo de función muy manso y distraído, que a las primeras de cambio buscó el abrigo de las tablas. Lo mejor del joven madrileño fueron los tres pares de banderillas que colocó. Y el tesón que demostró a lo largo de un trasteo que, si bien no pudo redondear en lo artístico, al menos le valió para justificarse a base de disposición.

A por todas salió De Manuel frente al quinto, al que quitó por enjundiosas chicuelinas antes de volver a poner en pie al público con los palos. De rodillas inició una faena de muleta valiente y decidida, con tandas sobre ambas manos de buen corte, mejor por el izquierdo.

Quizás alargó demasiado su quehacer, que fue de más a menos, como el propio novillo, algo que enfrió también el ambiente. Tampoco anduvo certero con los aceros. Eso y lo mucho que tardó en caer el animal -dando tiempo a que sonara un aviso- dejó la cosa en una vuelta al ruedo sin trofeo.

Gijón, viernes 10 de agosto de 2018. 1ª de Feria. Menos de media plaza.

Novillos de 

, bien presentados y de juego desigual. Noble y blando, el primero; manso, remiso y rajado, el segundo; bueno, el tercero; sin raza y a menos, el cuarto; y extraordinario el bravo y enclasado sexto.

Rafael González, oreja y silencio tras dos avisos.

Francisco de Manuel, ovación y vuelta tras aviso.

Manuel Diosleguarde, ovación y dos orejas.

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