Oreja para Manzanares en Mérida pese a una corrida de Algarra sin fuerzas

Un reducto, así podríamos definir Mérida, esta tarde. Alegría en los tendidos, pero con el sentimiento de pena por la suspensión de Sevilla. ¡Maldita pandemia! Cartelazo de figuras y el público, con muchas ganas, respondió.

Desarmado en el capote El Juli. Las escobillas de los pitones se llevaban puesto todo. Manos por delante pidiendo unas parihuelas para poder sujetarse. Al caballo se acercó para recibir un picotazo. Nada de donde sacarle. Sin emoción este primero de Algarra adoleciendo la falta de fuerzas. Sin opciones el diestro madrileño.

En el segundo, don Julián pudo lucirlo en el capote. Verónicas ganando el terreno y media de remate fuera de las rayas. Lo de los caballos de picar se lo tienen que pensar los señores empresarios, es testimonial. Y el público, soberano, también. Ahora aplaudimos el “no picar”, sin palabras... Crudo llegó a la muleta el colorado, chorreado y en verdugo de don Luis Algarra. Lo tuvo claro El Juli, el público quiere toros y fiesta, bien fácil. Y así fue, cercanías, pero de las suyas. Lo que digo, fiesta de la que quiere el público. La manera de matar, para pensárselo.

Hermano de camada, pero solo eso, de parentesco. El primero del lote de Manzanares, de manos bajas y con una fijeza extraordinaria tenía otro aire. Manzanares, como me ha recordado...adivinen ustedes. Quietud, templanza, sabiendo medir los tiempos. ¿Y el de Algarra? Entregado a un exquisito Manzanares. Manejando lo que necesitaba el toro y le dejaban sus fuerzas. Series templadas y muy ligadas, bajando la mano y aguantando el toro, por bravo. Mató en la suerte de recibir recetando una estocada algo desprendida. Oreja y ovación en el arrastre camino del desolladero.

Al segundo de su lote lo llevó también a la faena de muleta con dos pares de banderillas, otra cosa que los presidentes tienen que valorar cuando se hace sistemáticamente. Y, aun así, sin mimbre no hay cesto. Sin fuerzas no hay faena ni emoción. Por dos veces se echó el de Algarra. ¡Una pena! Se esfumó un posible triunfo

Tercero en el ruedo y Aguado sin opciones. Invalido, terminando por echarse. Manguera y por medidas sanitarias la merienda perdida. Nos refugiamos en el que cerraba plaza. Buen quite por chicuelinas rematado con una verónica rodilla en tierra. Brindó al respetable, lo intento por ambos pitones, pero sin emoción. El toro no transmitió e hizo insulsa la faena. Estocada y palmas

Mérida (Badajoz), sábado 17 de abril de 2021. Lleno dentro del aforo permitido.

Toros de

, correctos de presentación pero inválidos en su totalidad.

El Juli, silencio y ovación.

José María Manzanares, oreja y silencio.

Pablo Aguado, silencio y palmas.