Pablo Aguado, un año después

Este domingo, día 10 de mayo, se cumple un año exacto de la apoteósica actuación que convirtió a Pablo Aguado en triunfador indiscutible y autor de la mejor faena de la Feria de Abril de 2019, la última celebrada hasta ahora.

El joven matador sevillano se había anunciado esa tarde, Viernes de 'Farolillos', con Morante de la Puebla y Andrés Roca Rey para estoquear un encierro de Jandilla.

El cartel ya había despertado la mayor demanda de los aficionados en las taquillas pero se había revalorizado aún más a raíz del triunfo anterior de Roca Rey, al que llegaron a pedir un rabo con los toros de Núñez del Cuvillo. Pero todo cambió con la salida del tercero: menos de 5 minutos, poco más de veinte muletazos y una estocada sirvieron a Pablo Aguado para darle la vuelta a la tarde, a la feria y toda la temporada.

Era la única tarde de Aguado en la Feria pero fue el trampolín para auparle a la primera línea del toreo. Pablo Aguado entró aquella tarde en la plaza de la Maestranza con aura de torero futurible y salió convertido en figura indiscutible. Las primeras plumas de la prensa especializada coincidieron en un dato: aquel triunfo trascendía de la mera estadística y tenía un carácter restaurador, el del sentido clásico del toreo.

Esas estadísticas marcan las cuatro orejas o la Puerta del Príncipe ganadas aquella tarde de mayo pero el triunfo de Pablo Aguado y su eco siguen envueltos de un clamor distinto que no está sujeto a ningún tipo cómputos.

Aquella tarde sólo había estado precedida de un breve puñado de corridas. A pesar de que su nombre contaba en las quinielas del aficionado, los vericuetos del negocio le habían tenido casi parado. Había tomado la alternativa en la feria de San Miguel de 2017 y en la campaña de 2018 sólo se había vestido de luces en seis ocasiones. Antes de hacer el paseíllo de ese 10 de mayo de 2019 había cumplido otras cuatro tardes.

La temporada de 2019 había comenzado en Fallas. Ese contrato, de alguna manera, había servido para confirmar a Antonio y Fran Vázquez en la dirección de su carrera después de algunos movimientos de trastienda que no llegaron a trascender. El joven matador se llevó un trofeo en el ciclo valenciano que también fue noticia por la gravísima lesión de rodilla de Enrique Ponce.

Ese percance iba a abrirle la puerta de la sustitución del valenciano en Morón de la Frontera a finales de marzo. Era una corrida preparada para la reaparición puntual de Jesulín de Ubrique pero todo el mundo salió hablando del sustituto. El joven matador sevillano indultó al toro 'Toledano', un gran ejemplar de El Torero que le permitió enseñar sus mejores registros. El boca a boca hizo el resto.

Aún pasaría por un pueblo de Francia antes de recalar de nuevo en la plaza de Las Ventas, la tarde del Domingo de Resurrección, junto a Juan Ortega y David Galván. La combinación había caído de pie entre los aficionados aunque el juego de los toros de El Torero no estuvo a la altura de las circunstancias. Aún tenía que llegar el diez de mayo.

Ha pasado un año y con él, las fechas vacías de la Feria de Abril. La gestación de esos carteles que no traspasarán el papel en el que fueron impresos estuvo animada con los comentarios en torno a la frustrada competencia entre Roca Rey el propio Aguado, que no han vuelto a verse las caras en una plaza de toros desde aquel Viernes de Farolillos.

En medio de esa pugna también se confirmó que su nombre quedaba fuera de la inédita corrida del Domingo de Resurrección por la negativa del sevillano para estoquear los toros de Garcigrande que había impuesto la empresa con el placet de Roca y Morante de la Puebla. Después de explorar otras opciones el hueco de Aguado lo acabó ocupando Alejandro Talavante, que tenía que haber reaparecido el día anterior en Arlés.