SEVILLA

Toreo, triunfos y generosidad en el festival de la Maestranza

Miguel Ángel Perera, con dos orejas, triunfador del Festival Benéfico de final de temporada en la Maestranza. Diego Ventura paseó un apéndice.

Miguel Ángel Perera con las dos orejas cortadas este sábado en el festival de Sevilla

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Lucía bonita la Maestranza engalanada con motivos cofrades y llena a rebosar en este Día de la Hispanidad con nuevo festival taurino benéfico para las obras sociales y de caridad de las hermandades del Baratillo y de la Esperanza de Triana. Un ambiente de fiesta, amenizado por pasodobles, interpretados en el ruedo por la banda Maestro Tejera, para gozar en el prólogo de una función de lujo con la que se puso exitoso punto final a la temporada de toros en Sevilla.

Así que, el primero que dio argumento al éxito de la tarde fue Diego Ventura. Su espectacular monta y dominio de las cabalgaduras las mostró en toda su intensidad en la lidia del noble utrero de Cortés de Moura. Con “Nazarí” dio toda una lección de toreo templando a dos pitas las boyantes embestidas. Un verdadero alarde de pureza y buen hacer clavando banderillas al quiebro a lomos de “Lío”. Para acabar montando a “Desplante” con el que dejó las cortas arriba de forma magistral. Finiquitó de rejón contrario.

Siendo como es, de Morante de la Puebla se espera todo o nada. Sin embargo, ni lo uno ni lo otro. Unos lances a pies junto al soso toro de Núñez del Cuvillo fue lo más destacado de una lidia de escasos momentos notables, Algún que otro natural sobresalió de una faena de esbozos que apuntaron detalles y que no quedará en el recuerdo de la tarde. Con la espada mostró brevedad y acierto.

Hubo temple, ligazón, sutileza en el camino del trazo, ritmo y, sobre todo, una demostración palpable del momento dulce que atraviesa Miguel Ángel Perera. El extremeño toreó con brillantez y expresividad al buen “núñezdelcuvillo. Fue una lidia de incuestionable atractivo iniciada con las dos rodillas en tierra. Toreo hecho despacio e hilvanado con la diestra, cambios de mano y remates de pecho que le dieron intensidad a la faena. Menos ritmo y ajuste mostro con la izquierda. De todas formas, lo dicho entró por derecho en la gente que, tras la estocada, consiguieron del palco las dos orejas para el torero que sustituyó al lesionado Manzanares.

Muy dispuesto toreó Cayetano al noble cuarto, aunque lo hecho, después, resultó poco convincente. Todo demasiado despegado y con esa habitual tendencia de desplazar la embestida hacia afuera para ganar largura en el trazo. Algún templado natural sobresalió de la anodina faena. Entró el acero, pero necesitó del descabello.

En el toreo todo es más o menos sabido. Sin embargo, de cuando en cuando surge algo que no parece lo conocido. Sobre todo, cuando aparece una visión completamente distinta del arte de torear. Pablo Aguado lo hizo tan despacio con el capote que pareció parar el tiempo. Fue el lance a la verónica lo mejor de la tarde. Lo que le hace diferente y le da atractivo a una lidia de atinada mezcla de naturalidad y buen gusto. Después hubo sentidos trazos a derecha e izquierda, amenizados por el estrenado pasodoble, compuesto para él por el maestro Abel Moreno, en una faena que resultó desigual. Pero sí volvieron a mostrarse unas formas en las que se concentra una tauromaquia de emotivas historias. La poquita fuerza del noble quinto no dio para mucho más. Una pena. Con media espada hundida lo finiquitó.

El novillero Jaime González-Écija respondió a la importante cita con un toreo de mano baja, con el que atisbó su buen concepto, al utrero de López Gibaja. No obstante, se apreció demasiada intermitencia en una lidia con la que no pudo encadenar el triunfo final. Media estocada le bastó para mandarlo al desolladero.

Sevilla, sábado 12 de octubre de 2019. Festival a beneficio de la asistencia social y de caridad de las hermandades del Baratillo y la Esperanza de Triana. Lleno de “no hay billetes”.

Toros de 

 (lidiados en segundo, tercero, cuarto y quinto lugar) de diferentes hechuras, nobles y flojos. Un novillo de 

 (lidiado en primer lugar) muy noble, y otro de 

 (lidiado en sexto lugar) de escaso fondo.

El rejoneador Diego Ventura, oreja.

Morante de la Puebla, ovación.

Miguel Ángel Perera, que sustituía a José María Manzanares, dos orejas.

Cayetano, ovación.

Pablo Aguado, vuelta al ruedo tras petición.

El novillero Jaime González-Écija, vuelta al ruedo tras petición.

Incidencias: Tras el paseíllo, con las cuadrillas en formación, la banda Maestro Tejera interpretó el Himno Nacional entre emotivos aplausos de una plaza puesta en pie.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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