Prevenir un ictus: estos son los siete hábitos que debes incluir en tu rutina diaria según expertos de Harvard

Las enfermedades cardiovasculares constituyen una de las principales causas de muerte alrededor del mundo. En concreto, el ictus o infarto cerebral es uno de los más graves y que, puede costar la vida, en muchos casos.

Por ello, un grupo de expertos de la Universidad de Harvard, ha detallado una serie de hábitos saludables que se pueden incluir en la rutina del día a día, con la finalidad de intentar prevenir la aparición de alguna de estas patologías.

Siete claves para prevenir un ictus

En primer lugar, el peso es un factor muy importante. Tanto la obesidad como el sobrepeso están asociadas a complicaciones en casi cualquier enfermedad y, en concreto, aumentan el riesgo de sufrir un ictus. Por tanto, mantenerse en el peso recomendable a tu altura y complexión física es muy importante.

En segundo lugar, el ejercicio físico también es determinante. Cualquier actividad moderada en sí misma reduce el riesgo cardiovascular. Un paseo de algunos kilómetros o ejercicios tan simples como subir por las escaleras te pueden ayudar.

Por otro lado, controlar la tensión arterial es crucial. La hipertensión es uno de los factores de riesgo más importantes, por lo que es recomendable acudir a revisiones periódicas con tu médico. En cualquier caso, evitar tomar mucha sal en tu dieta y la práctica habitual de deporte contribuyen a evitar padecer esta enfermedad.

Otra de las patologías a controlar es lo que se conoce como fibrilación atrial. Se trata de una enfermedad que puede derivar en la formación de coágulos en el corazón, que pueden desplazarse hasta el cerebro dando lugar a un ictus. En este caso, los síntomas a tener en cuenta son falta de aliento o palpitaciones cardiacas, señales que te indican la necesidad de acudir a un profesional.

Junto a esto, la diabetes es otra de las enfermedades que aumentan el riesgo de padecer un ictus. Es una patología que padece un gran número de personas en nuestro país y que, es importante tener controlada. En concreto, la de tipo II es una de las que más riesgo de enfermedad cardiovascular produce.

Por último, hay que tener en cuenta tanto el alcohol como el tabaco. En el primer caso, es conocido que beber en exceso afecta de manera negativa a la salud y a distintos órganos de nuestro cuerpo, como puede ser el hígado. La recomendación es evitar el alcohol de manera general, pero, en caso de que se consuma, que se haga solo en ocasiones puntuales y de forma moderada, ya que, en caso contrario, se eleva el riesgo de enfermedad cardiovascular.

En cuanto a fumar, tiene muchos efectos negativos para la salud, muy conocidos, y uno de ello es el aumento de riesgo de sufrir un ictus. El tabaco aumenta la viscosidad de la sangre y facilita que se acumule placa arterial. Es un hábito muy perjudicial que también puede influir a la hora de padecer otras enfermedades.