Conoce por qué educar las emociones es educar para la vida
Hoy en día ser padres se ha convertido en una tarea titánica donde nos replantemos si lo estamos haciendo bien o mal
Córdoba - Publicado el
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¿Quién dijo que ser padres era fácil? Mucho se habla de las inteligencias múltiples, pero en el curriculum priman los conocimientos técnicos y no salimos de las cifras negras del fracaso escolar y el abandono. Puede que la clave esté en eso que se llama ahora educación emocional.El profesor y pedagogo José Carlos Aranda ha explicado en COPE que "a veces el exceso de información puede conducirnos a la parálisis educativa, a no atrevernos a actuar. Tampoco ayuda el vocabulario excesivamente técnico que empleamos a veces. Si hablo de desincronía emocional, ya veo a algunos padres perdidos detrás de palabras que no entienden. Sin embargo, es importante subrayar que este no es el camino para la educación. Cuando no actuamos, no enseñamos, no corregimos, no ponemos límites, no estamos mostrando el camino. La familia es la brújula en la que se pule y se forma el carácter del niño y de eso va a depender en gran medida su futuro como ser humano".
Y es que por encima de todas las teorías pedagógicas hay un principio que se impone, porque no basta con ser nosotros mismos y actuar siguiendo nuestro instinto. Por naturaleza sabemos qué es bueno y qué no lo es y tenemos la obligación moral de transmitirlo por su bien. No hay mejor escuela que el ejemplo ni mejor alimento que el amor, y eso lo sabemos todos. No somos amigos de nuestros hijos, somos algo mucho más importante, sus padres. Y eso nos obliga a ser la brújula que marque el camino correcto. "Renunciar a ser padres por ser amigos es dejarlos huérfanos como nos apunta el juez Calatayud", asegura Aranda.
CÓMO AFECTA LA EDUCACIÓN EMOCIONAL
Una de las grandes carencias, por la permisividad, por el exceso de exposición a pantallas, por el aislamiento cada vez más acusado de los niños que les impide una sana socialización es ese educar las emociones para la vida. "Somos seres sociales, saber gestionar la ira, la envidia, los celos, el miedo… saber comprender y empatizar con los estados de ánimo de quienes nos rodean, nos ayuda a integrarnos en un grupo humano, mejora nuestra eficacia porque permite que actuemos adecuadamente para conseguir los resultados apetecidos", afirma Aranda.
Eso significa conocerse a uno mismo y comprender y conocer a los demás. Pero nada se consigue sin la práctica, y la educación es eficaz cuando las indicaciones se realizan de forma inmediata y oportuna, cuando los acontecimientos suceden. "Cuando dos hermanos se pelean, estamos ante una oportunidad para educar, cuando un alumno se rebela en clase, estamos ante una oportunidad de educar, cuando un niño llora desconsoladamente, estamos ante situaciones y oportunidades educativas. Las largas charlas teóricas no sirven absolutamente para nada, hay que aprovechar los momentos en que el niño necesita ayuda para gestionar emociones y situaciones. Esas son las lecciones que no se olvidan".
José Carlos Aranda ha compartido en Mediodía COPE las habilidades emocionales básicas que debemos procurar aplicar, porque con ellas obtendremos un 80% de éximo como mínimo.