La XIII Conferencia Internacional de Catedrales Europeas: Una mirada al presente y futuro del patrimonio religioso

La Mezquita-Catedral de Córdoba se convirtió, una vez más, en epicentro del diálogo cultural y religioso con la inauguración de la XIII Conferencia Internacional de Catedrales Europeas. Este evento, organizado en colaboración con la Opera della Primaziale Pisana y el Cabildo Catedral de Córdoba, reunió a expertos, juristas y representantes institucionales de toda Europa para reflexionar sobre la gestión, conservación y significado de los bienes religiosos como Patrimonio Mundial. En COPE hemos conversado con monseñor Francisco José Prieto, arzobispo de Santiago de Compostela y presidente de la Subcomisión Episcopal de Patrimonio de la Conferencia Episcopal Española, quien destacó la relevancia de estas jornadas en el marco del 40 aniversario de la declaración de la Mezquita-Catedral como Patrimonio de la Humanidad.

Monseñor Prieto señaló que la Mezquita-Catedral es un ejemplo vivo de cómo la historia, la fe y la cultura convergen en un mismo espacio. “Estos templos no son solo reliquias del pasado, sino que representan un puente hacia el futuro, acogiendo a creyentes y visitantes con su dimensión espiritual y cultural. Debemos garantizar que no se conviertan en simples piedras pulidas, sino que sigan siendo lugares vivos de encuentro”, afirmó.

Las palabras del obispo de Córdoba

Durante la presentación oficial de las jornadas, monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, también ofreció unas declaraciones a la prensa que enfatizaron la singularidad de la Mezquita-Catedral. Recordó que este templo, que en 2024 ha recibido cerca de dos millones de visitantes, fue primero un lugar de culto cristiano, luego musulmán, y nuevamente cristiano. “La Mezquita-Catedral es un monumento único en el mundo, construido sobre la base de una basílica visigótica. Queremos transmitir al mundo esta singularidad que lo hace irrepetible”, expresó.

Además, monseñor Fernández subrayó que las catedrales son “templos para Dios, pero también una expresión de la historia, la cultura y la visión del hombre”. Añadió que el hombre contemporáneo debe admirarlas, comprenderlas y protegerlas, ya que representan un legado invaluable para las futuras generaciones.

Patrimonio vivo y universal

El tema de esta edición, “Patrimonio Universal: Bienes religiosos de interés cultural”, busca profundizar en el conocimiento y gestión de los bienes culturales religiosos inscritos como Patrimonio Mundial. Según el deán-presidente del Cabildo Catedral de Córdoba, el objetivo es educar y acompañar a todas las miradas, desde las creyentes hasta las escépticas, para descubrir la belleza que conduce a Dios.

Las sesiones, que han reunido a representantes de catedrales de ciudades como Kiev, York, Viena y Turín, han abordado cuestiones clave como la conservación material e inmaterial, la importancia de los fondos documentales y el análisis del derecho comparado en Europa. Este enfoque integral busca garantizar que estos bienes sigan siendo no solo lugares de culto, sino también espacios de encuentro cultural y espiritual.

Custodia y cuidado para el futuro

Monseñor Francisco José Prieto destacó la responsabilidad de custodiar estos bienes en su uso original, al mismo tiempo que se responde a los desafíos contemporáneos. “No podemos limitarnos a una visión estática del patrimonio. Su conservación exige un compromiso vital que lo mantenga accesible y relevante para las generaciones venideras”, señaló.

En este contexto, el arzobispo enfatizó la necesidad de educar a los visitantes sobre el significado profundo de las catedrales. “La ayuda pedagógica para comprender su historia y valores es un modelo irrenunciable para alcanzar su pleno significado”, añadió.

Reflexión y proyección

En el marco de estas jornadas, la Mezquita-Catedral de Córdoba no solo se reafirma como un ícono arquitectónico y cultural, sino como un símbolo vivo de encuentro y diálogo. La XIII Conferencia Internacional de Catedrales Europeas representa un paso más en la reflexión sobre la conservación y el uso de los bienes religiosos, promoviendo estrategias que equilibren su dimensión espiritual, cultural y turística.