El error que cometes al tomar cervezas en jarras o copas heladas

En España hace mucho calor y en los meses de verano las temperaturas se disparan hacia arriba y con ellas la necesidad de beber para refrescarnos. Lo mejor es beber agua a una temperatura adecuada, zumos o refrescos. Hay que mantener la hidratación y por supuesto una vida lo más sana posible. Aunque esto no está reñido con una inveterada costumbre española que no es otra que tomarse unas cañas de cerveza en buena compañía para amortiguar el efecto de la calores. Eso sí, siempre recomendamos su consumo de manera responsable un optar por cerveza, que las hay y muy buenas, sin alcohol.

La cerveza es una bebida que también hay que saber disfrutar y paladear. Por ello el extendido uso de vajillas congeladas para escanciarla estaría siendo uno de los peores enemigos para disfrutar de nuestra cerveza preferida. Aseguran los expertos que servir la cerveza en vasos previamente congelados terminan por opacar el sabor y los aromas de la cerveza. El frío, las bajas temperaturas “matan” su personalidad ya que la temperatura ideal para la mayoría de las cervezas está entre 4 y 10°C, cuando bajas la temperatura aún más, comienzas a atenuar y enmascarar sus verdaderas características organolépticas.

Hay una página web Beer Times que nos da consejos y mucha información para disfrutar de esta milenaria bebida y señalan que “vamos a detectar mucho más sabor en la cerveza ligeramente fría en el vaso normal que la cerveza del vaso congelado”. A todo ello hay que añadir que el vaso o jarra es lavado y metido en el congelador. Esa agua se congela por lo que al servir la cerveza se formará una fina capa de hielo en la superficie y que se irá derritiendo poco a poco. Así que, literalmente, estaremos bebiendo cerveza aguada

Ademas y debido a la baja temperatura del vaso, se generará menos espuma de lo que debería, lo que convertirá a tu cerveza en un producto “plano y sin vida. Si lo que quieres es disponer de una cerveza bien fría, pincha aquí y sigue estos consejos.