La crisis de microchips causa estragos en la industria aragonesa

Stellantis plantea un nuevo ERTE para 2023, tras retomar la producción en dos líneas paradas por falta de componentes. La industria auxiliar también está gravemente afectada

ESPAÑA MOTOR STELLANTIS/OPEL

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La crisis de los microchips está causando estragos en la industria aragonesa. Stellantis, uno de los motores económicos de la comunidad, lo está sufriendo de tal forma que plantea ya un nuevo ERTE para 2023. Y todo ello apenas unos días después de retomar la producción tras los últimos paros técnicos en dos de las líneas.

Será el cuarto ERTE consecutivo. En 2020, la compañía puso en marcha uno por culpa de la pandemia. Pero el año pasado y en este 2022, la producción ha tenido que parar varias veces debido a la falta de microchips. Y la situación no parece mejorar de cara a 2023. De hecho, todas las previsiones apuntan a que seguirán escaseando, por lo que la plantilla vive este proceso con preocupación.

Rubén Alonso, presidente del Comité de Empresa de Stellantis, asegura que la decisión no les ha pillado por sorpresa. "Estamos viendo que en el conjunto de la automoción y en otras plantas del grupo se han planteado ERTE, por lo que estamos preocupados y esperamos volver a la normalidad lo antes posible", señala. Aunque lo cierto es que no se atreven a vaticinar en qué momento podría volver esa ansiada normalidad.

Las condiciones de este nuevo expediente comenzarán a negociarse el próximo miércoles, 14 de diciembre. "Las centrales sindicales tendrán que hacer sus propuestas y qué acompañamiento social quieren tras leer la memoria explicativa que se nos va a presentar en las próximas reuniones", explica Alonso. El preisdente del Comité confía en que, "como mínimo", las condiciones sean las mismas que las del último ERTE, con un complemento de hasta el 80% del salario y las pagas extraordinarias y sin afección en las vacaciones.

La negociación llega tras el último paro técnico en las líneas del Corsa, el Citroën C3 Aircross y el Opel Crossland, que tuvieron que suspender su actividad durante varios días precisamente por la falta de componentes.

LA INDUSTRIA AUXILIAR, EN CRISIS

Stellantis es la punta del iceberg de toda la industria de la automoción en Aragón. Las empresas auxiliares también están sufriendo la crisis de microchips y se espera una cascada de ERTE para 2023. Y es que todas las previsiones apuntan a que seguirá habiendo falta de componentes.

El responsable de la Federación de Industria de UGT, José Juan Arceiz, advierte de que va a haber problemas "durante todo el año que viene". Admite que noviembre y diciembre "están siendo malos" y está convencido de que "la primera parte de 2023 va a seguir la misma tónica". Y aunque espera que "a partir del verano puedan ponerse en marcha algunos proyectos que se lanzaron en diferentes fábricas para que el problema sea más limitado", no cree que la situación se solucione en los próximos 12 meses.

Si echamos una mirada al sector de la automoción, más allá de la factoría de Figueruelas, las perspectivas no son mejores. "La crisis es global y afecta a todos los grupos automovilísticos: Mercedes, Renault, Ford... todos están teniendo problemas", señala Arceiz. Y aunque no cree que esto se vaya a traducir en pérdida de empleo "porque la demanda no ha bajado y los vehículos se tienen que seguir fabricando", tiene claro que va a haber expedientes temporales en todo el sector, "tanto en las fábricas principales como en las auxiliares".

El ERTE de Stelllantis planteado para este 2022 era de 80 días y no se ha llegado a completar pero Arceiz cree que el nuevo "será parecido". Las auxiliares que trabajan para la planta de Figueruelas pararán "de forma casi automática". Y está por ver "cómo capean el temporal las que trabajan para varias marcas".

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