El Sporting se asoma al abismo: debacle ante el Tenerife y preocupación en El Molinón (1-3)

El Real Sporting de Gijón encajó la derrota más dolorosa de la temporada frente al CD Tenerife (1-3) en El Molinón. Tres derrotas consecutivas, nueve partidos consecutivos sin ganar y solo una victoria en diecisiete partidos son los números de un Sporting en caída libre y que se coloca a cuatro puntos del descenso a la espera del Zaragoza - Mirandés del domingo. 

Rubén Albés apostó por el regreso de Diego Sánchez al puesto de central, Pablo García al lateral izquierdo y Olaetxea en el centro del campo. Un once más reconocible posición por posición, con Dubasin, Otero y Nico Serrano en ataque. 

más tensión que fútbol

La primera mitad fue de mucho respeto entre ambos equipos. El Sporting, que jugando en casa teóricamente debió llevar la batuta del juego, no conseguía hacerse con el partido. Los jugadores jugaban con la tensión de la clasificación y el Tenerife lo notó. 

El equipo de Álvaro Cervera comenzó a crecer poco a poco en el partido, espoleados por la ilusión de su buena racha y por las dudas en el bando rojiblanco y en El Molinón, que registraba un silencio atronador. 

Waldo Rubio tuvo la ocasión más clara de la primera mitad, con un remate desde dentro del área que sacó una gran estirada de Rubén Yáñez. Con 0-0 se llegó a vestuarios. 

la debacle del sporting

Resulta contradictorio que un final tan doloroso comience con un gol a favor. La historia de la segunda mitad comienza con un gol de penalti de Juan Otero, por una mano clara de Bodiger dentro del área. A partir de ahí, el desastre rojiblanco. 

Sergio González hizo el gol del empate, de cabeza, tras un córner mal defendido por el Sporting. Poco después, Waldo conectaba un derechazo desde la frontal para poner en ventaja a los de Cervera. Finalmente, Enric Gallego pondría la puntilla batiendo a Yáñez al rematar un balón suelto dentro del área. 

La afición salió de El Molinón pidiendo el cese de Rubén Yáñez y la salida de la propiedad, entre gritos, abucheos y silbidos. Un telón negro para el noveno partido consecutivo del Sporting sin ganar.