El edificio más grande de España abre al público sus espacios más desconocidos: se podrá visitar la cocina y la lavandería

La Universidad Laboral de Gijón es el edificio más grande de España. Fue construido a mediados del siglo XX y con sus 27 hectáreas de extensión, esconde muchos espacios que, 75 años después de que se empezase a levantar, aún son desconocidos para el público general.

Por ejemplo, las antiguas cocinas y la lavandería que el Gobierno de Asturias, propietario del edificio, ha rehabilitado para mostrárselo a los visitantes. Estuvieron en uso hasta 1996, cuando las monjas de la Orden de las hermanas pobres de Santa Clara, que atendían a los alumnos del centro (chavales provenientes de familias sin recursos), dejaron Gijón y se trasladaron a un pueblo de Valladolid ante la escasez de internos.

Hasta entonces, y desde 1955, cocinaban y lavaban la ropa a los jóvenes en esos espacios que aún mantienen la maquinaria y utensilios de la época, ya que la Laboral quedó en desuso y en un estado de semiabandono hasta la entrada en el Siglo XXI, cuando el Ministerio de Educación cedió la titularidad del edificio al Principado. 

Mobiliario histórico

El Gobierno regional comenzó, entonces, un proceso de rehabilitación del inmueble, que se convirtió en la sede de la Escuela de Arte Dramático del Principado o de la Facultad de Turismo y Comercio de la Universidad de Oviedo. Además, se recuperó el teatro y se está renovando la cúpula de la iglesia, a la que se accede desde el gran patio central.

Nuevos espacios para visitantes

También se ha afanado en recuperar las antiguas cocinas y la lavandería, que habían abierto al público, pero tuvieron que cerrar por el mal estado de conservación debido a filtraciones de agua y goteras. Los trabajos de rehabilitación han consistido en la reparación de la cubierta y la envolvente térmica para asegurar la impermeabilización. También se repararon ventanales, barandillas y elementos de carpintería dañados. También se ha restaurado la imponente chimenea de la cocina y se limpiaron y pintaron techos y paredes.

A partir de este domingo, las antiguas cocinas y la lavandería podrán visitarse de nuevo. Además, por primera vez se abrirán al público espacios como la zona de lavaderos, donde los estudiantes entregaban la ropa sucia, o el área de planchado, visible desde el exterior.

En las cocinas, destaca la reapertura de la zona destinada al lavado del menaje utilizado en el comedor, la despensa y el armario a través del cual las monjas clarisas entregaban la comida al personal externo. También resultan notables las áreas de almacenamiento de alimentos, entre las que sobresale el gran lavadero y secadero de patatas.

En el pasillo de acceso a las cocinas, los visitantes podrán contemplar maquinaria y mobiliario histórico, entre el que se incluyen nuevos objetos como la máquina de contabilidad o la de rayos X.