Escucha a su vecino en Gijón taladrar por la noche y le escribe una carta que es para enmarcar: “Querido maestro del taladro...”

El ruido es una de las principales fuentes de conflicto entre vecinos, y cuando aparece a deshoras, la paciencia se pone a prueba

Una persona taladrando

Una persona taladrando

Lorena Costa

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2 min lectura

En un edificio de Gijón, la paciencia de un vecino llegó al límite. Harto de los ruidos de un taladro que sonaba a deshoras, decidió no solo quejarse, sino hacerlo con un toque de ingenio y humor. Su mensaje, lejos de ser una simple nota de protesta, se convirtió en un fenómeno viral en redes. Este caso refleja uno de los problemas más comunes entre vecinos: el ruido excesivo, que incluye desde música alta hasta reformas intempestivas, y que a menudo se resuelve con una charla amable o, en su defecto, acudiendo a ordenanzas municipales. 

Sin embargo, no es un caso aislado; los conflictos vecinales también abarcan disputas por límites de propiedad, basura mal gestionada, plazas de aparcamiento, mascotas molestas o incluso roces personales. Mientras algunos optan por la comunicación directa o la mediación para encontrar soluciones, otros, como este vecino, eligen la creatividad para hacerse oír, dejando claro que el ingenio a veces es tan efectivo como las vías legales.

Una carta que no pasó desapercibida

El autor de la nota, en lugar de recurrir a un enfrentamiento directo, escribió un mensaje cargado de ironía, felicitando al vecino por su "dedicación" al bricolaje. La carta, que fue pegada en el portal del edificio, decía: "Queridísimo maestro del taladro: primero que nada, enhorabuena por tu incansable dedicación a la perforación. Pocos vecinos consiguen tal nivel de entrega, y aún menos a horas tan inspiradoras como las que tú escoges."

El tono sarcástico del mensaje captó rápidamente la atención de los vecinos y, más tarde, de los usuarios de redes sociales, que no tardaron en compartir la imagen de la nota.

El detalle que hizo estallar las redes

La carta también hacía referencia al reciente cambio de hora en España, insinuando que el vecino taladrador podría haber sido el único en el país en no haberse percatado de ello: "¡Qué alegría saber que el cambio de hora no ha afectado a tu compromiso con el taladro nocturno! Si acaso dudas sobre si es el momento adecuado para perforar la pared, te dejo una regla sencilla: si el sol ya no está en el cielo, quizás sea mejor esperar hasta mañana."

El mensaje concluía con un "abrazo insonorizado" y la firma de "uno de tus múltiples vecinos desvelados", dejando claro que la queja no era un caso aislado, sino el sentir de toda la comunidad.

carta al vecino

@lstratag

Carta al vecino

Un fenómeno en redes y el eterno problema vecinal

La ingeniosa queja ha sido ampliamente comentada en redes sociales, donde muchos usuarios han compartido experiencias similares con vecinos ruidosos. La viralidad del mensaje pone de manifiesto un problema común en muchas comunidades: la dificultad de conciliar la vida privada con el respeto al descanso ajeno.

Este episodio no solo ha sacado una sonrisa a quienes lo han leído, sino que también nos recuerda la importancia de la convivencia y el respeto mutuo en los edificios. Al final, un taladro puede hacer mucho ruido, pero una buena dosis de ingenio puede hacer aún más eco en la sociedad.

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