Oviedo se moviliza contra el frío para proteger a los más vulnerables
Cruz Roja y el albergue Cano Mata, de la capital asturiana, intensifican sus esfuerzos para hacer frente a la creciente demanda de asistencia por parte de las personas más desfavorecidas, afectadas por las bajas temperaturas que se registran durante estas gélidas jornadas
Oviedo - Publicado el
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Las bajas temperaturas de estos días, con mínimas bajo cero en Oviedo, han llevado a la activación de la alerta por frío de nivel bajo en el Principado. Aunque no es una situación de riesgo extremo, estas condiciones representan un peligro real para las personas más vulnerables, como quienes no tienen hogar, viven en pobreza, mayores de 65 años o mujeres embarazadas. Tanto Cruz Roja como el albergue Cano Mata han intensificado sus esfuerzos para atender las necesidades de estos colectivos.
Desde las 10 de la noche, un equipo de tres socorristas de Cruz Roja recorre las calles de Oviedo para brindar ayuda a quienes duermen al raso. "Son en su mayoría hombres de entre 45 y 60 años. Cuando se activa la ola de frío, nuestro protocolo entra en marcha para asistirles", explica Sandra González, coordinadora de Cruz Roja en Oviedo. Durante sus rondas, entregan mantas, bebidas autocalentables y alimentos, tratando de paliar las dificultades de unas noches especialmente duras.
En el albergue Cano Mata, la situación es igualmente crítica. El centro está al máximo de su capacidad, incluida el área destinada al Plan de Frío. "Estos días notamos una mayor afluencia de gente, porque es muy difícil resguardarse con este frío", señala Patricia Bolaña, coordinadora del albergue. Aunque intentan convencer a las personas para que pasen la noche al calor, muchos optan por quedarse en la calle. "Si no quieren entrar, les proporcionamos sacos de dormir y ropa de abrigo", añade. Además, el albergue cuenta con un equipo de voluntarios que patrullan la ciudad para localizar a personas que rechazan los recursos de acogida. "Informamos de las opciones disponibles para que puedan protegerse del frío", destaca la coordinadora.
Historias de quienes enfrentan el frío
Algunas historias reflejan las distintas caras de esta realidad. Chiofu, de 48 años y origen rumano, utiliza el albergue como refugio. "Me quedé sin trabajo y, cuando hace tanto frío, vengo aquí. Me dan un saco de dormir y estoy bastante bien", asegura. Por su parte, María, de 70 años, pasa las mañanas pidiendo ayuda frente a un supermercado para llevar comida a casa. "Hace mucho frío, vengo a las 11 y me voy a las 13 porque no aguanto más", dice.
Tanto Cruz Roja como el albergue mantendrán el Plan Ola de Frío activo durante toda la semana, esperando que las temperaturas mejoren pronto. Mientras tanto, su trabajo es crucial para proteger a quienes más lo necesitan en estas jornadas gélidas.