La salud ginecológica en adolescentes: esto es lo que debes tener en cuenta

Cuidar del estado de salud del aparato genital femenino es fundamental, tanto para pacientes con síntomas como para aquellas que están asintomáticas. La doctora Elena López Viesca, ginecóloga experta, aborda en su consulta una serie de problemas comunes que afectan la salud ginecológica de las mujeres.

Entre las patologías más frecuentes que trata se incluyen el sangrado menstrual abundante, la miomatosis uterina, los pólipos, la hiperplasia endometrial, así como diversas infecciones vaginales.

Este lunes, en el espacio de Salud al Día, de COPE Asturias, la doctora López Viesca comparte su experiencia enfocada en la salud ginecológica de las adolescentes.

Primeras valoraciones y ciclos menstruales

De acuerdo con la doctora, el momento ideal para realizar la primera consulta ginecológica depende, en gran medida, del desarrollo de los ciclos menstruales de la paciente. “Si la niña o adolescente presenta algún tipo de sintomatología, como reglas dolorosas o muy abundantes, es necesario acudir a la consulta”, explica la doctora. En estos casos, cualquier alteración en la cantidad del flujo o la aparición de dolor debe ser motivo de revisión.

Sin embargo, si la adolescente no presenta síntomas ginecológicos y tiene ciclos menstruales normales, la especialista recomienda que la primera consulta sea al inicio de la vida sexual activa o cuando surjan dudas sobre anticoncepción y salud sexual. Esta evaluación temprana puede prevenir complicaciones futuras y brindar a las jóvenes la educación adecuada sobre su salud reproductiva.

Los problemas que con mayor frecuencia se observan en la consulta de la doctora están relacionados con el dolor menstrual. "Es bastante común que, cuando el ovario empieza a funcionar, los ciclos sean un poco más irregulares y dolorosos", detalla la especialista. En general, tras una exploración adecuada, estos dolores se tratan de manera sencilla con antiinflamatorios, siempre y cuando se trate de un dolor menstrual primario, no asociado a otras causas.

Prevención y vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH)

En mujeres más maduras pueden aparecer otro tipo de patologías ginecológicas que pueden explicar dolores más persistentes, como la endometriosis, los miomas o los pólipos. Aunque son menos frecuentes en la adolescencia, no deben descartarse, ya que en ocasiones pueden manifestarse en edades tempranas.

“Este es un tema del que se habla poco y se debería hablar mucho más, especialmente en la población joven”, subraya la doctora Viesca al referirse a las infecciones de transmisión sexual, particularmente el Virus del Papiloma Humano (VPH). Esta infección es la más común entre las mujeres y puede ser persistente. “Cuando la mujer se contagia y no es capaz de eliminar esa infección, puede acabar desarrollando lesiones premalignas en el cuello del útero, e incluso cáncer”, advierte la doctora.

Para prevenir esta situación, la vacunación es clave. Actualmente, la vacuna contra el VPH se administra tanto a niñas como a niños. "Desde el año pasado, también se vacuna a los niños, y en las niñas está incluida en el calendario de vacunación financiado", recuerda la doctora. Se recomienda la vacunación antes de iniciar la vida sexual, idealmente entre los 11 y 13 años. Esta medida preventiva es fundamental para reducir el riesgo de contagio y las posibles complicaciones a largo plazo.

Además, como estrategia de prevención secundaria, se lleva a cabo el cribado de cáncer de cuello de útero en mujeres de entre 25 y 65 años. En el caso de las más jóvenes, de 25 a 34 años, se realiza una citología cada tres años, mientras que en mujeres mayores de 35 años se opta por la detección directa del VPH.

“Lo ideal es acudir a la consulta ginecológica ante el menor síntoma que pueda convertirse en un problema recurrente, como el dolor”, concluye la doctora López Viesca, resaltando la importancia de la prevención y el diagnóstico temprano para mantener una salud ginecológica óptima.