El secreto del queso más caro del mundo: de las manos de Encarni Bada, a las cuevas a 1500 metros
Con 63 años, Encarni Bada se encarga de la quesería que ha producido el queso más caro del mundo: "Los amigos me ayudan. A veces hacen la ruta a las cuevas y suben y bajan quesos"
Asturias - Publicado el - Actualizado
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El proceso de elaboración del queso Cabrales tiene mucha historia. Más allá de la elaboración de la pieza, la peculiaridad la alcanza en las cuevas de los Picos de Europa, donde madura durante meses. Unas cuevas casi inaccesibles a pie. Y en ese contexto van creciendo los quesos que produce Encarni Bada, la mujer que ha elaborado el queso más caro del mundo, que ha entrado en el libro 'Guinness' este domingo. Una pieza por la que se han pagado 36.000 euros. Encarni Bada cuenta en COPE Asturias como es el proceso de elaboración y cómo regenta día a día su quesería en Tielve.
Porque es ella la que se encarga de todo. Con 63 años, tira del carro y tiene asumido que todavía le quedan unos años haciendo quesos: "Somos una quesería pequeña y hago pocos quesos. Unos diez mil kilos al año. Hasta los 67 por lo menos tendré que seguir. Luego veremos a ver. Lo vamos heredando de abuelos a padres y de padres a hijos". Un proceso de elaboración que no es sencillo, pero que Bada realiza en su totalidad, aunque a veces, reconoce, recibe alguna ayuda: "Mi marido me ayuda en algo y los hijos. Porque si no yo sola no podría subir y bajar. Los amigos a veces quieren hacer la ruta y entonces les mandas con una mochila para arriba y otra para abajo. Hay que tirar de todos".
¿Qué es lo más difícil?
Y es que el hecho de hacer ese camino de ida y vuelta a la cueva es lo que más cuesta. Desde Tielve hasta la cueva de maduración, en el corazón de los Picos de Europa, a más de 1.500 metros de altura, no es una ruta fácil: "Lo que más cuesta es llevarlo a las cuevas. Hay alguna pista rural mala y luego ya hay que llevarlo o a cuestas o en caballo". Y eso que en los últimos años ya han dejado la ganadería propia: "Desde que lo haces en la quesería hasta que se vende, lleva mucho trabajo. Antes teníamos ganadería propia, con cabras, vacas y ovejas, imagínate el trabajo que llevaba".
Sin tiempo para celebrar
Y este lunes, el día después de haberse llevado el premio al mejor queso del mundo, a trabajar, nada de celebrar: "Por la mañana hemos ido a llevar el queso a 'El Llagar de Colloto', el que pagó el queso, que le llevé unos cuantos. Le hacían falta rápido y nada más llegar anoche a casa de celebrar el premio, a preparar los quesos. Y este lunes por la mañana por la mañana a llevarlos para Oviedo, que nos queda a 100 kilómetros de distancia". Evidentemente, con una sonrisa: "36.000 euros es una barbaridad. Estamos muy contentos porque es el reconocimiento a ser el mejor queso del mundo".
¿Dónde está el truco?
Es la muestra de que el trabajo tiene su recompensa: "Hay que trabajar, pero es hasta llevadero. Estamos acostumbrados a ello. El truco es el de todos. Tienes que tener buena leche, buena mano y muchas veces algo de suerte. Hay veces que con poner todo el cariño del mundo no sale".