Una experta advierte de las terribles consecuencias que puede acarrear el aburrimiento
Josefa Ros, filósofa e investigadora del envejecimiento, advierte en COPE que "cuando uno se aburre constantemente puede acabar con su esperanza de vida reducida"
Oviedo - Publicado el - Actualizado
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El aburrimiento, esa sensación de monotonía y falta de interés, puede tener un impacto significativo en la vida diaria de las personas. Desde afectar el estado de ánimo hasta influir en la toma de decisiones, sus repercusiones son diversas y a menudo subestimadas.
Sin ebargo, el aburrimiento no debe ser subestimado. Reconocer sus efectos y encontrar formas saludables de abordarlo es fundamental para promover el bienestar emocional y la realización personal.
¿Cuántas veces has dicho "me muero de aburrimiento"?
Según ha explicado, en COPE, la filósofa Josefa Ros, ese sentimiento de tedio merece atención. Con su experiencia en el estudio del aburrimiento, Ros asegura que "cuando uno se aburre constantemente puede acabar con su esperanza de vida reducida. Podemos morir antes si somos personas que nos aburrimos continuamente".
El aburrimiento constante puede llevar a respuestas poco saludables o poco adaptativas, ya que puede generar una sensación de insatisfacción y desmotivación. Aunque no se puede morir literalmente de aburrimiento, puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional si no se aborda adecuadamente. Así que, de alguna forma, se puede morir de aburrimiento.
Las consecuencias del aburrimiento
El aburrimiento prolongado puede tener consecuencias graves para la salud mental y emocional. Puede llevar a la apatía, la depresión, la ansiedad e incluso afectar la autoestima. Además, puede influir en el comportamiento, llevando a conductas poco saludables como el consumo excesivo de alcohol, el uso de drogas o la búsqueda de emociones extremas para escapar del aburrimiento.
"Cuando uno está atrapado en el malestar del aburrimiento durante un periodo largo de tiempo, al final puedes explotar; puedes estallar contra el dolor. Eso nos pasa con cualquier emoción negativa; si tenemos que soportar un dolor durante mucho tiempo, al final nos revelamos, y claro, la respuesta en forma explosiva suele adoptar las características de los extremos. Las respuestas pueden ser adicciones, pornografía, trastornos alimenticios, conductas violentas; dejamos fluir nuestro lado más bestial", explica Ros.
Las edades del aburrimiento: de la infancia a la adultez
El aburrimiento es una experiencia universal, pero su impacto puede variar según la edad. Afecta de manera más pronunciada a adultos mayores y niños en nuestra sociedad. Esto se debe a diferencias en las actividades disponibles y en la percepción del tiempo. Sin embargo, nadie está completamente exento de experimentarlo en algún momento de su vida.
"A los niños, ¿por qué? Pues porque tienen todo por conocer. Están deseando probar nuevas experiencias. Digamos que, si pensamos en que todas las personas tenemos un catálogo de opciones para llenar nuestro tiempo”, apunta la filósofa.
Los niños están en constante exploración para determinar qué actividades les resultan significativas. Es común que aprueben el karate, se aburran pronto y busquen nuevas experiencias, como jugar al fútbol, y luego, tal vez, interesarse en aprender a tocar un instrumento. Este proceso de búsqueda y cambio es parte natural de su desarrollo y descubrimiento.
En las personas mayores, este proceso ocurre de manera similar, pero impulsado por diferentes motivaciones. A medida que envejecemos, el catálogo de opciones para llenar nuestro tiempo puede cambiar, reflejando nuestra evolución y madurez.
“Una persona con 90 años sabe muy bien qué le gusta y qué no, qué valor da a su tiempo, qué significado Tiene poquitas opciones, pero de mucho valor. Ahora bien, en el momento en el que no puede poner en práctica esas opciones, ahí es cuando surge el aburrimiento, cuando entra en escena", asegura la experta.
Así se contagia el aburrimiento: "neuronas espejo"
El aburrimiento es contagioso debido a un fenómeno conocido como "neuronas espejo", que hace que imitemos inconscientemente las emociones y acciones de las personas que nos rodean. Esto significa que cuando vemos a alguien aburrido, nuestras propias neuronas espejo pueden activarse, llevándonos a sentirnos aburridos también. Es un proceso interesante en el funcionamiento del cerebro humano.
"Es contagioso, sí. Además, no es algo tan abstracto. ¿No te has dado cuenta algunas veces cuando bostezamos por aburrimiento? Pues las neuronas espejo replican el bostezo en otra persona. En clase, los profesores lo vemos muy claramente. Tú estás en el aula y ves cómo un alumno empieza a bostezar o empieza a poner malas caras, a mirar por la ventana. Bueno, ya tienes al resto contagiado", asegura la experta.
En antídoto contra el aburrimiento
En la sociedad actual, nos encontramos ante un fenómeno radical: el llenado del tiempo con opciones preestablecidas. Deglutimos estas opciones sin realmente pensar en lo que nos llena o nos ayuda a avanzar como individuos. Simplemente las aceptamos sin cuestionarlas, sin embargo, si nos tomamos el tiempo para conocernos y reflexionar sobre nuestras elecciones, podemos comprender por qué nos aburrimos en ciertas circunstancias. Es un recordatorio para ser más conscientes de nuestras decisiones y buscar actividades que nos enriquezcan verdaderamente.
"Hay una medicina contra el aburrimiento, pero es casi casi tan dolorosa como el propio aburrimiento: hacer el esfuerzo de conocerse a uno mismo. En la sociedad actual estamos enfrentándonos a un fenómeno radical, y es que para llenar nuestro tiempo debemos analizar conscientemente qué opciones tengo para llenar mi tiempo, opciones que realmente para mí sean valiosas. Eso es un remedio contra el aburrimiento, garantía de que al menos nos lo quitaremos de en medio de forma exitosa a largo plazo", afirma Josefa.
Josefa Ros Velasco, filósofa e investigadora murciana, se ha destacado como experta en estudios de aburrimiento a lo largo de más de una década. Es la creadora de la única asociación mundial dedicada al estudio del tedio y dirige el proyecto "Pre-Bored", enfocado en la prevención del aburrimiento en residencias de mayores. Con cuatro años de especialización en el impacto del aburrimiento en la tercera edad, su labor investigativa arroja luz sobre un fenómeno relevante para el bienestar de este grupo demográfico.