El mensaje de la cantante India Martínez que ha llenado de energía a una joven cántabra que sufrió bullying

Doscientos veinte kilómetros son los que separan por carretera Torrelavega (Cantabria) de Valladolid (Castilla y León). Doscientos veinte kilómetros para alcanzar un sueño.

Dos horas y media en coche que para Virginia se convirtieron en una travesía interminable. Cuando deseas algo con intensidad, se hace esperar, pero llega. Sabía que al llegar a destino iba a tener la recompensa de encontrarse y estar un ratito con uno de sus ídolos, India Martínez, la artista cordobesa que también fue víctima de acoso escolar de pequeña. Virginia quiso rendirle un homenaje en un concurso de televisión local interpretando el tema 90 minutos con gran solvencia y sentimiento. El tema que hace referencia a la intensidad y fugacidad del amor se convirtió en el comienzo de una pesadilla que casi le cuesta la vida. Cuando los focos del escenario se apagaron y el micrófono enmudeció, comenzó toda una campaña de mofas e intimidaciones de sus compañeros de clase.

El bullying, el acoso escolar, pasó a formar parte de la vida de Virginia. No quería ir al colegio, dejó de cantar, que era lo que más le gustaba en la vida. No tenía ganas de comer, se esfumaron sus ganas de vivir. Su voz se apagó como también lo hicieron sus sueños.

Un caso difícil, uno más de los que se ven en cantidad de centros escolares de toda España, no en vano, nuestro país se encuentra entre los diez con más casos en Europa. Por suerte, muchos de ellos acaban reconduciéndose. Bueno, más que por suerte, en este caso, por la valentía de Virginia, el apoyo de sus padres y el trabajo de la Asociación Tolerancia 0 al bullying, que la rescató en el momento más crítico.

el encuentro

Eran las nueve de la noche y la Plaza Mayor de Valladolid rebosaba alegría y aires flamencos. Aún faltaban dos horas para la actuación de India Martínez y el público se entregaba a una telonera llegada de Málaga. María Peláe se entregó y la meseta castellana se convirtió esa noche en un tablao flamenco. Virginia, prudente y comedida, esperaba poder rozar el sueño de encontrarse con la artista invitada de la noche, India Martínez.

La artista cordobesa llegó al espacio reservado pasadas las diez y cuarto de la noche, a bordo de un coche con cristales tintados. La cara de Virginia se iluminó y con ella, la de unos padres entregados a la causa. Pronto, la entrada de la zona reservada se cubrió de fans deseosos de acercarse a su ídolo. Virginia, siempre discreta, esperó en un segundo plano. No faltaban ni 90 minutos para ver a India.

Como un grupo más de seguidores de la artista cordobesa, Virginia, sus padres, responsables de Tolerancia 0 y Laura Ríos, periodista de la cadena COPE en aquellas tierras, esperaron la llamada de Andrea, el pase a una zona reservada donde India recibe a unos pocos elegidos y Virginia se lo ha ganado.

Había nervios, pero sobre todo ganas. Ganas de que se produjera ese encuentro entre India y Virginia. Un encuentro que se ha convertido en un antes y un después para la joven torrelaveguense.

Se abrió la puerta del camerino y allí apareció India, toda llena de luz, no sólo por su cálido traje de lentejuelas, sino por su luz personal. Una tímida sonrisa y a cumplir con el directo de la televisión local. A Virginia no le importó esperar. Estaba a un minuto menos de tenerla junto a ella.

Y llegó el momento. India abrazó a Virginia con una intensidad y una calidez que enmudeció a quienes fueron testigos. ¡Qué ganas tenía de conocerte!, dijo India. Virginia, sonrió con un punto de timidez. Era su momento. Había llegado y no lo desaprovechó. Ese abrazo ha dejado algo más que un contacto físico. Ha supuesto un empujón a seguir adelante “a pesar de las adversidades”. Dos mujeres fuertes cara a cara. Una imagen imborrable que demuestra que con determinación y perseverancia, los sueños se cumplen.

"¡Qué ganas tenía de conocerte!"

India Martínez, cantante cordobesa

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los ídolos

Cada niño, cada joven que sufre acoso escolar reacciona de una manera distinta. No hay un patrón único de las consecuencias, pero todos las sufren. En algunos casos de por vida. En el caso de Virginia, el acoso se tradujo en un trastorno alimenticia, anorexia, del que está en tratamiento.

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Tener la oportunidad de encontrarse con alguno de sus ídolos es para estos niños, o jóvenes, un motivo para seguir luchando y no bajar los brazos. Si como en el caso de Virginia, el ídolo ha pasado por una situación parecida el efecto puede ser aún mayor. Si India lo superó y hoy es la artista que es, ¿por qué Virginia no lo va a conseguir? 

En COPE estamos convencidos de que lo hará y si para ello es necesario volver a reunir a Virginia con algún otro de sus ídolos, allí estaremos con ella y te lo volveremos a contar.