Se multiplican los robos de colmenas en Cantabria: ¿Por qué son tan valiosas para los cacos?

Ribamontán al Monte ha sido el último municipio que ha sufrido hurtos de este tipo. Estas colmenas resultan muy valiosas para los ladrones pero, ¿por qué razón?

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Se multiplican los robos de colmenas en Cantabria: ¿Por qué son tan valiosas para los cacos?

Alex García

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

En la última semana, la Guardia Civil ha abierto diligencias contra dos hombres de 67 y 60 años, quienes están siendo investigados por su presunta implicación en el robo de trece colmenas de abejas en el municipio de Ribamontán al Monte. Este peculiar delito, lejos de ser un caso aislado, refleja una problemática creciente en el ámbito de la apicultura.

Para entender mejor el motivo detrás de estos robos, COPE ha consultado a expertos en la materia, como Manuel, un apicultor de toda la vida en Cantabria. Según Manuel, existe un importante incentivo económico que motiva a los delincuentes a sustraer colmenas. La apicultura es una actividad lucrativa, tanto por la producción de miel como por la venta de colmenas.

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"Robar colmenas no es una novedad para nosotros los apicultores. Desde hace años hemos sido objeto de estos hurtos. Personalmente, he tenido que tomar medidas adicionales para proteger mis colmenas", comenta Manuel. La venta de colmenas robadas o la obtención de miel gratuita son los principales objetivos de estos delincuentes, lo que explica la frecuencia de estos incidentes.

La Guardia Civil de Cantabria, a través de su Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), ha llevado a cabo una exhaustiva investigación que ha resultado en la apertura de diligencias contra los dos hombres investigados. Los robos ocurrieron en junio de 2023 y en mayo del presente año. Gracias a las indagaciones de SEPRONA, se pudo determinar que había colmenas de abejas en terrenos no autorizados para la actividad apícola en las localidades de Hoz de Anero y Riotuerto.

Durante la inspección de estas colmenas, los agentes lograron identificar parte del material sustraído. La identificación fue posible debido a las señales diferenciadoras presentes en algunas partes de las colmenas, lo cual facilitó su recuperación parcial y vinculó a los sospechosos con los hurtos.

Ante la creciente amenaza de estos robos, muchos apicultores han adoptado diversas medidas de seguridad. Manuel, por ejemplo, ha implementado sistemas de monitoreo y seguridad adicionales para proteger sus colmenas. "No podemos permitir que el esfuerzo de años de trabajo se pierda por culpa de estos delincuentes. La apicultura es nuestra vida y nuestro sustento", afirma.

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¿Por qué son tan atractivas?

El robo de colmenas no solo tiene un impacto económico significativo para los apicultores, sino que también afecta al medio ambiente. Las abejas juegan un papel crucial en la polinización de cultivos y plantas silvestres, y su desaparición puede tener consecuencias graves para la biodiversidad y la producción agrícola.

La miel producida por las abejas robadas es vendida en el mercado negro, lo que no solo perjudica a los productores legales, sino que también pone en riesgo la salud de los consumidores, ya que estos productos no pasan por los controles de calidad y sanidad requeridos. Una colmena completa puede llegar a valer hasta 300 euros, si se roban diez, se podría sacar la friolera de tres mil euros.

En respuesta a estos delitos, la Guardia Civil continúa su labor de vigilancia y protección del sector apícola. Los dos hombres investigados enfrentan posibles cargos que podrían resultar en severas penas si se demuestra su culpabilidad. Mientras tanto, las autoridades recomiendan a los apicultores que implementen medidas preventivas adicionales y que denuncien cualquier actividad sospechosa.

La colaboración entre apicultores y fuerzas de seguridad es esencial para combatir esta problemática. La Asociación de Apicultores de Cantabria ha solicitado más apoyo y recursos para proteger las colmenas, así como una mayor concienciación pública sobre la importancia de las abejas y la apicultura.

El robo de colmenas en Ribamontán al Monte es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los apicultores y la necesidad de medidas de seguridad más estrictas. La Guardia Civil sigue trabajando para proteger este valioso sector y garantizar que los responsables de estos delitos enfrenten la justicia. Mientras tanto, los apicultores como Manuel continúan luchando para salvaguardar su medio de vida y el vital papel que desempeñan las abejas en nuestro ecosistema.

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