Navidades en soledad: Miles de cántabros mayores reciben una atención especial en estas fechas

En Cantabria, según los últimos datos del censo, alrededor de 18 mil personas mayores de 65 años viven en soledad. En este contexto, el papel del servicio de atención domiciliaria, como el que ofrece Astillero, se vuelve esencial para brindar cuidado y compañía a quienes más lo necesitan, especialmente durante la temporada navideña. Gisella, una cuidadora comprometida, destaca la importancia de reconocer el valioso trabajo que realizan.

Gisella, una de las cuidadoras de Astillero, tiene a su cargo varias personas a las que atiende durante aproximadamente dos horas cada una. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, siente que se necesita más tiempo para ofrecer una atención más completa. La sensación es compartida por muchas cuidadoras que desean proporcionar un cuidado más personalizado y detallado a sus usuarios.

Aunque Gisella disfruta de su trabajo y se enorgullece de poder brindar felicidad y agradecimiento a aquellos que viven en soledad, reconoce que a veces no es suficiente con el tiempo asignado. La soledad en la vejez es un tema crucial, y la labor de las cuidadoras va más allá de las tareas físicas; implica proporcionar compañía y atención emocional a personas que a menudo se encuentran solas y necesitadas.

La historia de Carmen, una usuaria de 92 años, destaca la importancia de este tipo de atención. Gisella no solo se encarga de tareas como vestirla, preparar su desayuno y administrar medicación, sino que también dedica tiempo a pequeños gestos, como masajes en los pies, que contribuyen a la comodidad y el bienestar de Carmen. La soledad de Carmen es palpable, y Gisella trabaja con diligencia para ofrecer no solo cuidados físicos, sino también apoyo emocional.

En Astillero, el alcalde ha implementado diversas actividades destinadas a mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Sin embargo, Gisella destaca la necesidad de un mayor reconocimiento y respeto para su profesión. A menudo, el trabajo de las cuidadoras se percibe erróneamente como simplemente limpieza, cuando en realidad son mujeres cualificadas, tituladas y apasionadas con una vocación para el cuidado.

Una de las peticiones clave es la solicitud de más coordinadoras para respaldar el trabajo de las cuidadoras. La carga de trabajo puede ser abrumadora cuando una sola persona tiene que atender a todas las trabajadoras y usuarios. Gisella señala que tener más apoyo logístico facilitaría una atención más efectiva y permitiría dedicar más tiempo a cada persona atendida, satisfaciendo así sus necesidades de manera más completa.

Gisella, como muchas otras cuidadoras, tiene a su cargo a varias usuarias, y la variabilidad en los horarios y las situaciones imprevistas a veces generan prisas. La capacidad de adaptación y la sonrisa constante son fundamentales para brindar el mejor servicio posible. Sin embargo, Gisella subraya la importancia de reconocer que su trabajo va más allá de las tareas diarias; implica conectar emocionalmente con las personas a las que cuida, comprender sus necesidades y aliviar su soledad.

En última instancia, Gisella espera que la sociedad valore y respete la labor de las cuidadoras domiciliarias como un trabajo fundamental. La dedicación y la pasión con la que realizan su labor deberían ser reconocidas, y se deben implementar medidas para mejorar las condiciones de trabajo y garantizar una atención de calidad para las personas mayores que dependen de estos servicios.

En resumen, el trabajo de las cuidadoras domiciliarias en Astillero va más allá de las tareas cotidianas. Implica proporcionar compañía, aliviar la soledad de los mayores y brindar atención tanto física como emocional. A pesar de los desafíos, Gisella y sus colegas continúan desempeñando un papel crucial en la vida de quienes más lo necesitan, y es fundamental que la sociedad reconozca y respalde su valioso trabajo.