El plan favorito de Lucía, una joven jiennense que encontró su hogar en Santander: "Al menos un día a la semana"

A veces, la vida da giros inesperados que nos llevan a lugares que nunca imaginamos. Eso le ocurrió a Lucía, una joven profesora de Jaén que hace cuatro años llegó a Cantabria con la idea de quedarse solo un tiempo. Pero lo que empezó como una simple etapa académica se transformó en un nuevo comienzo, una raíz que echó con fuerza en la región cántabra.

Lucía buscaba un máster en educación cuando, por casualidad, encontró una opción en Santander. "No sabía muy bien dónde estaba Santander, pero cuando vi las fotos, me maravilló", recuerda. El paisaje la atrajo, pero la distancia -800 kilómetros desde su tierra natal- hacía que la decisión fuese un auténtico reto. "Era complicado, porque yo soy de Jaén y me costaba pensar en vivir tan lejos solo para hacer un máster".

Echar de menos tu tierra es un sinvivir, pero hay razones por las que elegir quedarte

Lucía

Profesora andaluza residente en Cantabria

Una oportunidad laboral que lo cambió todo

Cuando terminó su formación, Lucía recibió una oferta para hacer sustituciones en colegios de Cantabria. "Fue una oportunidad brutal, y me di cuenta de que aquí tenía un sitio donde trabajar y crecer profesionalmente". Poco a poco, el arraigo laboral empezó a marcar su destino. "El trabajo es tu vida, es lo que te apasiona, y si te llaman de un lugar, no puedes decir que no", explica.

Cuatro años después, sigue aquí. Cantabria, que empezó siendo solo una opción temporal, se ha convertido en su hogar.

Un estilo de vida que enamora

Para Lucía, la decisión de quedarse no se debió solo a su carrera, sino también a la calidad de vida que ofrece la región. "El entorno natural de Cantabria es impresionante. Puedes tener una semana agotadora, llena de trabajo y ansiedad, pero salir a pasear por la bahía te da una sensación de paz increíble", cuenta.

Uno de sus planes favoritos es caminar junto al mar, sentarse en un banco con vistas a la bahía y sumergirse en la lectura de un buen libro. Ese momento de calma, con la brisa marina y el sonido de las olas de fondo, se ha convertido en su refugio personal. "El mundo pesa un poco menos cuando hago ese plan. Me permite desconectar, relajarme y sentirme realmente bien", confiesa.

Cada semana, Lucía reserva un día para este pequeño ritual, un instante en el que todo parece detenerse y donde puede disfrutar plenamente de la belleza de Cantabria.

Lo que cambiaría de Cantabria

A pesar de su amor por la región, hay cosas que Lucía mejoraría. "El clima a veces es duro. Cuando llueve durante días seguidos y hay viento sur, el día a día se hace más complicado", admite. También le gustaría que el transporte estuviera mejor conectado. "Para ir a Jaén, tengo que viajar primero a Madrid. Y dentro de Cantabria, sin coche, hay zonas a las que es muy difícil llegar. Me encantaría que hubiera mejores conexiones".

A pesar de estos pequeños inconvenientes, Lucía lo tiene claro: Cantabria es su hogar. "Echar de menos tu tierra es un sinvivir, pero hay razones por las que elegir quedarte", asegura.

Para ella, la clave está en el contraste. "La diferencia entre mi tierra y Cantabria me hace apreciar cada detalle. La cultura, la gastronomía, la tranquilidad... Es una combinación perfecta". Y si tuviera que dar un consejo a alguien que esté pensando en mudarse, sería este: "Que no lo dude. Si busca un lugar donde formar una familia o simplemente vivir con calma, Cantabria es una opción excelente".

Cantabria, tranquilidad y oportunidades

Historias como la de Lucía explican por qué Cantabria sigue ganando habitantes. Tranquilidad, calidad de vida y oportunidades laborales se han convertido en los principales motivos que llevan a muchos a echar raíces aquí. La región ha alcanzado su récord de población con más de 593.000 habitantes, y parece que la tendencia seguirá en aumento.

Para Lucía y para muchos otros, Cantabria ya no es un lugar de paso. Es un hogar. Es el lugar donde han encontrado su equilibrio.