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Balance Feria taurina de Albacete: el cuadro de Botero que se queda en el patio

El análisis de los nueve festejos vividos en la plaza de toros manchega

Arcoiris sobre la plaza de toros de Albacete

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

Imaginen que tras muchos años de trabajo, esfuerzo y ahorro, se compran una bonita casa con un patio interior bien hermoso. Con sus plantitas, piscina, barbacoa y todos aquellos detalles y comodidades que convierten unos metros cuadrados en una pequeña recreación del Edén. Además, un buen amigo le regala un cuadro para celebrar la compra. Como esta amistad conoce de sus gustos y afición taurina, el presente consiste en una recreación del famoso cuadro “El picador” de Botero. Y en lugar de dejarlo dentro, lo cuelga a la intemperie. A merced del sol, la lluvia y demás fenómenos atmosféricos que pueden estropear la pintura y desdibujar su diseño. Pues eso ha sucedido con la Feria taurina de Albacete. La obra original, es decir, los carteles que se presentaron ya hemos dicho que eran notables y macizos. Después, aunque se ha mantenido la estructura, varios imprevistos han desdibujado la idea original. ¿Y cuáles han sido? Vayamos por partes.

Lo primero, las lesiones y sus recaídas. Albacete es una Feria que se encuentra en el tramo final de la temporada. Las cogidas, lesiones y demás a veces surgen en las diez tardes de toros manchegas. Y han aparecido. Dejaron fuera a Fernando Adrián yMorante de la Puebla, sustituidos por un local, Cristian Pérez, el día 8, y por Urdiales en lugar del diestro de La Puebla el día 13. Tampoco se podía hacer mucho más. La primera, sobre la bocina y con la bendición de un pliego que fomenta la presencia local, además de un Cristian que triunfó en Albacete el año pasado como novillero, estaba clara. La segunda era más peliaguda porque tapar el boquete de Morante es como ponerle puertas al campo. La solución tuvo acento riojano, el que trajo Urdiales. Torero de un corte similar a José Antonio, salvando las distancias, y abriendo plaza porque Manzanares pedía un torero con más antigüedad. Todos contentos, toreros, público -que casi llenó la plaza pese a la opción de devolución- también la empresa, hasta que salieron los cuatro “Cuvillos” de los seis inicialmente elegidos. Es el lunar ganadero de esta Feria 2023, cuatro toros impropios de las tradicionalmente elevadas exigencias de trapío de esta plaza. Junto a los de Daniel Ruiz, también justísimos de todo. Pero hagamos un receso y hablemos del toro de Albacete.

¿Cómo ha sido la presentación y el juego del ganado este año? Pues ha seguido la tónica de tantas y tantas ferias anteriores. Se mantiene, más o menos, en una línea buena o correcta en las tardes menos rotundas y baja varios peldaños en cuanto llegan las figuras. No es tono despectivo ni mucho menos. Es describir una realidad palpable y fácilmente comprobable: la presentación de las corridas de Núñez del Cuvillo y Daniel Ruiz ha sido la peor de esta Feria. Y, además, con remiendos de por medio. Las figuras traen e imponen estos toros, así que si quieres verlos torear, toca apechugar en corrales con sus exigencias. Ahí queda el hacer de la presidencia, Joaquín Coy en este caso, para haber descartado más toros. Sabemos que el papel de aguafiestas no es sencillo, y que la presión es mucha, pero a veces hay que dar un golpe en la mesa y pensar en los aficionados que han ido a los toros y merecen de lo bueno, lo mejor, y de lo mejor, lo superior.

Emilio de Justo, en Albacete

Las presidencias

Con aciertos y errores, como cada Feria. Ambos equipos presidenciales, capitaneados por Genoveva Armero y Joaquín Coy, han tenido caminos similares y procederes parecidos a la hora de conceder trofeos. Más exigente el reto de Coy al vérselas con tardes más peliagudas por reunir a figuras, todo hay que decirlo. Sin desmerecer la responsabilidad de cada tarde de Genoveva, por supuesto. Si la petición de la primera oreja es mayoritaria, se concede y fin. Es del público, y es soberano. Ahora bien, en alguna ocasión, cuando se han producido peticiones de orejas ajustadas o sin ser claras y rotundas, donde la moneda podía caer del sí o del no, han optado por la concesión. Y ahí sí que yerran. Si Albacete tiene una personalidad -más diluida este año- esta comienza a cimentarse en el palco. Quien tiene el pañuelo blanco a modo de batuta debería ser más severo y exigente en lugar de dejarse llevar por la corriente triunfalista y de inercias que se ha visto varias veces esta Feria. Parece que es un efecto secundario más de la pandemia, el vivir y aprovechar el momento pensando en el ahora, la inmediatez, en lugar de en el medio o largo plazo. Las vueltas al ruedo han sido excesiva del “Jandilla” a manos del Juli (Coy) y discutible las de los toros de La Quinta (Armero). Unidad de criterio para orientar al público. Si es que el público quiere eso, que muchas veces ha dado la sensación de actuar como un todo -de efecto contagio por ver que el vecino de localidad comienza a agitar el moquero blanco- en lugar de valorar lo que uno considera que debe hacer en su fuero interno.

Los destacados

¿Qué es lo más granado? Una oreja de José Fernando Molina para alzar la mano y decir que aquí sigue. Buena dimensión de los triunfadores Navalón y Caballero; imagen solvente y seria de Peñaranda con un Mazo en feliz debut, sumando a un Nek Romero que puede vivir de esto. Perera con el temple habitual ante un toro endeble, puerta grande menor de Juan Leal, destellos de Urdiales, faenas notables de Rufo además de El Cid. Y punto y aparte para Emilio de Justo. ¿Cuántas orejas ha perdido este año en Albacete por el mal uso de la espada? No menos de tres apéndices. Lo tuvo en su mano y el acero quebró las ilusiones de Emilio. De un doblete en el abono, a quedarse compuesto y sin ser el novio de la Feria. En 2024 será, sin duda.

Samuel Navalón y Manuel Caballero, hijo y padre

La despedida del Juli fue una celebración por todo lo alto, cortando tres excesivas orejas que le acreditan como triunfador numérico del abono, con un Roca también a hombros lejos de su mejor versión. Ureña hizo todo lo que pudo para triunfar, pero la espada le llevó la contraria. Y nos quedamos sin ver los “victorinos” y a Escribano, Pinar y Serrano en la última tarde porque el tiempo lo impidió. Si se puso la lona el día 15 para proteger el ruedo, ¿falló la previsión en la última de feria?

El Juli y Roca Rey, a hombros en Albacete

¿El toro de la Feria?

La cosa estará entre dos toros de Victoriano del Río, uno de Jandilla y otros dos de La Quinta. De ahí saldrá el que será el astado más destacado de las nueve tardes de toros. Afinando más, la duda puede surgir entre el “victoriano” y uno de los dos de Santa Coloma, ambos premiados con la vuelta al ruedo. Y de encierro más completo, todo apunta a La Quinta. O a corrida menos incompleta, según se mire. Y de novillo, el segundo de la tarde de Montealto, también puede tener premio.

Los aforos

Se ha vuelto a colgar el lleno de “no hay billetes” en una ocasión, el 15 de septiembre. Estuvo muy cerca el 13 y ha habido entradas que han oscilado entre los 2/3 y casi los 3/4 de entrada, siendo las de menos afluencia el día 8 y la novillada del 11, con más de media entrada. Se ha observado un ligero aumento de espectadores, lo que confirma que los carteles tuvieron una buena acogida y Albacete sigue resistiendo como una de las plazas con mejor salud taurina. Por eso, deben cuidarse todos los detalles, seguir confeccionando carteles notables y afinar aún más en mejorar la presentación de los toros.

Lleno de no hay billetes el viernes 15 en Albacete

El futuro

Y lo mejor de todo ha sido comprobar que el relevo generacional de toreros en Albacete goza de una fortaleza que es de justicia destacar. José Fernando Molina, Manuel Caballero, Samuel Navalón, Alejandro Peñaranda y Francisco Mazo son cinco nombres que son el presente y el futuro de la Fiesta. Y cuentan con denominación de origen Albacete y certificado de calidad de la Escuela taurina comandada con eficiencia por Sergio Martínez y Gonzalo González. Porque si la provincia manchega es tierra de toreros, es gracias a la tradición, el amor al toro inculcado desde casi la cuna y a que el vivero de toreros se sigue abonando y regando desde Ayuntamiento y Diputacion. Y así debe seguir siendo por muchos años. Valor y al toro.

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