Un radar móvil caza a un coche en Cuenca a una velocidad que marca el nuevo récord: con un Mercedes
La Guardia Civil de Tráfico captó como un GLE Coupé circulaba a 228 kilómetros a la hora en un tramo de la AP-36 en la provincia conquense

La imagen del coche captada por el radar
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La Guardia Civil de Tráfico ha registrado uno de los excesos de velocidad más escandalosos de los últimos tiempos en las carreteras españolas. El suceso ha tenido lugar en la provincia de Cuenca, concretamente en un tramo de la AP-36, donde un radar móvil detectó a un conductor circulando a nada menos que 228 kilómetros por hora a bordo de un Mercedes GLE Coupé. Este hecho, que ha trascendido gracias a la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), supone no solo un grave peligro para la seguridad vial, sino que podría tener consecuencias penales para el infractor.
La velocidad registrada supera con creces los límites legales y deja en evidencia una preocupante tendencia detectada por las autoridades: cada vez más conductores parecen haberle perdido el respeto a las sanciones económicas y a la retirada de puntos del carnet. Según destacan fuentes de Tráfico, el número de infracciones graves no deja de crecer, y situaciones como la vivida en Cuenca son el reflejo de una falta de conciencia en carretera que pone en riesgo tanto a quien conduce como al resto de usuarios de la vía.
Conducción temeraria
El protagonista de esta imprudencia circulaba en dirección a la costa durante la reciente Semana Santa, un periodo en el que tradicionalmente se incrementan los desplazamientos. El modelo involucrado, un Mercedes GLE Coupé, es un SUV de alta gama que puede alcanzar potencias de hasta 612 caballos en su versión más potente, según recoge Mercedes-Benz España. Su precio oscila entre los 130.000 y los 200.000 euros, lo que no parece haber sido impedimento para protagonizar una de las mayores infracciones de velocidad registradas en los últimos años.

Mercedes-Benz GLE Coupé C167 crossover negro
La sanción a la que se enfrenta el conductor no es menor. Aparte de una multa de 600 euros y la pérdida de seis puntos del permiso de conducir, está acusado de un delito de conducción temeraria que puede conllevar penas de prisión de tres a seis meses, multas económicas de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. Además, podría perder el derecho a conducir vehículos a motor por un periodo de entre uno y cuatro años, como estipula el Código Penal en estos casos.
La gravedad del asunto no solo reside en la cifra alcanzada por el velocímetro (que podría haber marcado hasta 240 km/h reales, considerando el margen de error habitual), sino también en el contexto: una vía rápida, un periodo vacacional y un aumento de la circulación, factores que agravan aún más el riesgo de accidente mortal.
Los radares móviles
El vehículo fue captado gracias a un radar móvil, un dispositivo que la Dirección General de Tráfico (DGT) utiliza cada vez con más frecuencia y discreción para vigilar el comportamiento en carretera. Como recuerdan desde la DGT, estos radares son fundamentales para detectar infracciones que, como en este caso, podrían derivar en tragedias evitables.

Un Mercedes Benz GLE Coupé negro circula por la autopista en un día soleado.
La Guardia Civil insiste en que, ante velocidades tan desproporcionadas, resulta esencial detener al conductor en el acto para evitar posibles fraudes en la identificación posterior. No es raro que algunos infractores intenten eludir la responsabilidad atribuyéndola a terceros, como familiares ancianos con carnet en vigor pero escasa actividad al volante.
Casos como este demuestran que, aunque la tecnología ayuda a controlar las carreteras, sigue siendo imprescindible una mayor concienciación ciudadana sobre los peligros del exceso de velocidad. La prevención y el respeto a las normas siguen siendo la mejor garantía para una conducción segura y responsable.