Ávila siempre presente en las oraciones y los pensamientos del Papa Francisco
A pesar de las invitaciones, el Santo Padre no viajó nunca Ávila, pero son muchas las ocasiones en las que el pontífice tuvo a la ciudad, la provincia y a Santa Teresa en sus recuerdos

El Papa Francisco besando el bastón de Santa Teresa
Ávila - Publicado el - Actualizado
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El Papa Francisco nunca llegó a visitar España, sin embargo, aunque quizá sólo fueron las ganas y la ilusión, los abulenses llegaron a rozar con los dedos una posible visita del Santo Padre a Ávila.
La primera vez fue con motivo del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús en octubre de 2015. La invitación oficial la realizaba en febrero de 2014 al Papa Francisco, el entonces obispo de Ávila, monseñor Jesús García Burillo, quien acudía a Roma con motivo de la Visita Ad Limina que estaban realizando los obispos españoles.
Coincidiendo además con representantes de la comisión organizadora de ese V Centenario encabezaba la consejera de Cultura, Alicia García; alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto y el Vicario General de la Orden del Carmelo, Emilio José Martínez.

Mons. Garcia Burillo y el Santo Padre Audiencia General
Meses después, en agosto, el El Papa Francisco dejó abierta la posibilidad de viajar hasta Ávila y Alba de Tormes con motivo este V centenario. Sus palabras textuales, recogidas por periodistas durante un vuelo que le trasladaba a Roma desde Corea del Sur fueron: “A lo mejor es posible, pero no digo más porque no está decidido, ir por la mañana a Ávila y Alba de Tormes y regresar por la tarde”.
La visita no llegó a realizarse y años después con motivo del IV Centenario de la Canonización de Santa Teresa” en marzo de 2022, volvió ha reiterarse al Papa Francico la invitación a visitar Ávila.
La invitación la realizó de manera oficial en El Vaticano, la delegación abulense encabezada por el entonces obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, acompañado por el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera y el presidente de Diputación, Carlos García. En la audiencia privada el Papa Francisco llegó a decir “Todo está abierto”.
Esta visita nunca llegó a materializarse, pese a la esperanza de la delegación abulense, que así dejaba patente Monseñor José María Gil Tamayo (ESCUCHAR ABAJO).

Monseñor, José María Gil Tamayo, audiencia Papa
A pesar de esa esperanza, Gil Tamayo se mostraba “realista”, conocedor de que el “Papa de los descartes” como ahora se le denomina, ha buscado siempre los escenarios donde su presencia era más necesaria.

Audiencia Papa Francisco, delegación abulense
Aunque el Papa Francisco nunca llegó a visitar Ávila su relación con la diócesis siempre ha sido “estrecha” como señalan desde el Obispado abulense. Así ha sido desde su cercanía y mensajes especialmente durante las celebraciones del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa o el IV Centenario de la Canonización de La Santa, hasta otros momentos como el mensaje de Francisco tras el accidente de autobús de La Paramera en julio de 2013; La concesión del Año Jubilar Teresiano periódico o las distintas audiencias concedidas.
Este es el exhaustivo repaso de la estrecha relación que el Papa Francisco ha tenido con Ávila que se ha realizado desde el Obispado de Ávila:
13 de marzo de 2013.- Comunicado del Obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo, ante la elección de un nuevo Papa
Con gran gozo, hace apenas unos minutos, hemos conocido la gratísima noticia de que la Iglesia tiene un nuevo Papa. Es un momento estelar en el largo recorrido de la historia de la Iglesia. Hoy los católicos sentimos el gozo que produce la palabra escuchada desde el balcón de la Basílica de San Pedro: «Os anuncio un gozo inmenso: ¡Tenemos Papa!».
Desde la diócesis de Ávila damos gracias a Dios por la elección del Pastor que guiará nuestros pasos desde la Cátedra de San Pedro. Para la Iglesia universal se abre un futuro de esperanza en la cercanía de Dios con los hombres y la fuerza de nuestra fe y nuestro amor. Asimismo, queremos sumarnos a la decisión del Colegio Cardenalicio, reconociendo que ésta, lejos de estar sometida a tensiones políticas y luchas de poder, está asistida por el Espíritu de Jesús, que acompaña a nuestra Santa Iglesia en su caminar.
Aprovecho este momento para invitaros a todos los fieles a dar gracias por el don de un nuevo Papa. Pedid al Señor para que asista al Santo Padre. Os ruego que oréis muy especialmente en estos días por él y por la Iglesia a él encomendada, para que le aceptemos en nuestro corazón. Rezad también para que el Señor le dé fuerza en el ejercicio de su Ministerio, guíe sus pasos e ilumine su inteligencia. Tendrá que enfrentarse a los «tiempos recios» en los que se encuentra sumida la sociedad actual, por lo que su tarea no será fácil, pero contará con el favor de Dios y con el apoyo de nuestras oraciones. Así podrá encontrar el camino para ayudarnos a conseguir que el mundo progrese en paz, en armonía y en justicia solidaria en la búsqueda de la fraternidad universal y de la civilización del amor.
Jesús, Obispo de Ávila29 de mayo de 2013.- Primer encuentro del obispo de Ávila con el nuevo Papa
Apenas dos meses después de su elección, el obispo de Ávila tuvo la oportunidad de concelebrar una misa junto al Santo Padre, el Papa Francisco, en la capilla de la Casa Santa Marta (en el Vaticano). Un bello gesto de unión eclesial que sirve para entrar en comunión con Jesucristo a través de la propia Eucaristía.
Asimismo, Mons. García Burillo fue recibido en audiencia por el Sumo Pontífice para con el fin de informarle sobre el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, así como la preparación que, a tal efecto, se está llevando a cabo en la Diócesis de Ávila.
Se trata del primer encuentro entre Don Jesús y el Papa Francisco, después de que éste fuese elegido en el cónclave de marzo como sucesor de Benedicto XVI al frente de la Cátedra de San Pedro.
8 de julio de 2013.- Mensaje del Papa tras el accidente de autobús en La Paramera
Aquel lunes, la provincia de Ávila sufrió uno de los mayores y más dramáticos accidentes de su Historia reciente. Un autobús perdió el control en la bajada del puerto de La Paramera, y terminó causando la muerte de 9 personas.
Ese mismo día, a través de la Nunciatura Apostólica en España, el Obispo de Ávila recibía un mensaje del Santo Padre, el Papa Francisco, en el que mostraba su más profundo pesar por el accidente de La Paramera. Este es el contenido de la misiva:
“Excmo. Mons. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila:
Su Santidad, El Papa Francisco, profundamente apenado al conocer la noticia del grave accidente de tráfico ocurrido en el término de Tornadizos, ruega a Vuestra Excelencia que tenga la bondad de transmitir su cercanía espiritual a todos los afectados en tan lamentable percance, a la vez que ofrece fervientes sufragios y plegarias, pidiendo a Dios el eterno descanso de los fallecidos en esa tragedia.
Asimismo, el Sumo Pontífice desea hacer llegar a través de Vuestra Excelencia su sentido pésame a los familiares de los difuntos, junto con expresiones de aliento y consuelo a todos los heridos, con el vivo deseo de su pronta y total recuperación.
Con estos sentimientos, en estos momentos de tristeza, el Santo Padre, invocando el dulce nombre de Nuestra Señora de Sonsoles, imparte de corazón la confortadora Bendición Apostólica, como signo de esperanza en Cristo resucitado.
Cardenal Tarsicio Bertone, SDB, Secretario de Estado de Su Santidad”
26 de febrero de 2014.- Primera Visita Ad Limina y encuentro con la comisión del V Centenario
A pocos meses de comenzar el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, y en el marco de la Visita Ad Limina que estaban realizando en aquel momento los obispos españoles, el Papa Francisco recibía al Obispo de Ávila, quien asimismo acercaba al Santo Padre al lugar donde, en la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, se encontraba una representación de la Fundación para la Conmemoración del V Centenario, representantes de la Junta de Castilla y León y el alcalde de Ávila. Este breve encuentro, celebrado tras la audiencia general de los miércoles, ha sido solicitado por el Obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo, y ha servido para que el Papa Francisco reciba el Programa Pastoral, Cultural y Científico para el Centenario, elaborado por la Diócesis de Ávila y la Orden de los Carmelitas Descalzos. Todos ellos coincidían en destacar la cercanía del Papa y su “receptividad y conocimiento sobre el Centenario de Santa Teresa de Jesús”.
El Obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo, describía el encuentro como “muy cordial”. Afirmaba que habían podido entregar al Pontífice todo el plan pastoral y cultural del Centenario, que ha acogido de buen grado “y se ha dado por enterado”. Sobre el desarrollo de esta breve reunión, Mons. García Burillo explicaba que “el Papa ha sido muy receptivo y se ha mostrado con mucho afecto. Me ha preguntado por Ávila, y especialmente por nuestros seminaristas. Después le he presentado de uno en uno a cada miembro de la delegación. Alguno de ellos se ha emocionado mucho, como es natural. Y seguimos trabajando en el Centenario, que es lo que más nos importa”.
La Consejera de Cultura, Alicia García Rodríguez, que calificaba el encuentro “como muy positivo y como un impulso que anima a seguir trabajando”, entregaba asimismo una carta en la que el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, invitaba al Pontífice a visitar esta comunidad con motivo del V Centenario, invitación que reiteraba el alcalde de Ávila Miguel Ángel García Nieto.
El propio García Nieto resaltaba “la cercanía que ha demostrado el Papa hacia los integrantes de la delegación», a la vez que ponía de manifiesto «el profundo conocimiento que tiene el Santo Padre de todo lo relativo a la celebración del V Centenario de Santa Teresa, del que tiene muchos detalles». El alcalde de Ávila mostraba entonces su más profunda satisfacción por la acogida que ha dispensado el Papa Francisco a esta celebración.
En representación de los Carmelitas Descalzos, acudieron el Vicario General de la Orden, Emilio José Martínez y el Director General de la Fundación para el V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús, José Luis Vera Llorens, quienes subrayaban que “este encuentro con el Papa supone un espaldarazo al trabajo realizado durante los últimos cuatro años por la Fundación V Centenario para la conmemoración del Nacimiento de Santa Teresa”.
Además de un dossier con este proyecto pastoral, el Santo Padre recibía también unas Yemas de Santa Teresa, un libro y una rama de morera proveniente del patio del palacio de Doña Guiomar de Ulloa, amiga de la Santa abulense: un brote centenario de la que servía de sombra a la Santa para contemplar la construcción del primero de sus conventos y para conversar con San Juan de la Cruz o San Pedro de Alcántara.
28 de febrero de 2014.- Nuevo encuentro con el Obispo de Ávila
En este día, dentro de la Visita Ad Limina, Mons. García Burillo se encontraba de nuevo con el Papa Francisco. Una reunión celebrada de forma conjunta con el resto de obispos de las provincias eclesiásticas de Valladolid y Zaragoza, en la que Mons. Jesús García Burillo destacaba el clima cordial y de cercanía en el que se desarrolló.
A su salida, Don Jesús explicaba que la reunión, que se alargó durante algo más de dos horas, había comenzado con un saludo individual de cada uno de los obispos al Papa. El Santo Padre escucho “muy receptivo” todo lo que los obispos le explicaron, tras lo cual comenzó a preguntarles y a entablar un diálogo con ellos.
En palabras de Mons. García Burillo, “estos encuentros sirven para confirmar a los obispos en su fe, y yo particularmente he salido de esta reunión con la sensación de firmeza y fortaleza para seguir trabajando con más ahínco en mi labor pastoral en la diócesis de Ávila”.
24 de abril de 2014.- Anuncio de la concesión del Año Jubilar por el V Aniversario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús
Este día se cumplieron 400 años de la beatificación de Teresa de Jesús. Al término de la Misa de Acción de Gracias, celebrada en la S.A.I. Catedral de Ávila, el Canciller de la diócesis, D. Miguel García Yuste, leía un comunicado oficial, por el que se anunciaba la concesión de Año Jubilar para toda España por el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa. Al término de la lectura del comunicado, todos los fieles que se encontraban en la Catedral irrumpían en aplausos.
Cabe recordar que en su día el Obispo de Ávila había solicitado formalmente la declaración de Año Jubilar por el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, y más tarde, durante la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de noviembre de 2011 el entonces presidente, Cardenal Antonio María Rouco Varela, remitió un escrito al Santo Padre en el que, además de solicitar también este Año Jubilar, se recordaba la vida de santidad de Teresa de Jesús, y la intención de celebrar solemnemente su Centenario con actos litúrgicos especiales y diversas prácticas espirituales, que permitan promover la devoción a la Santa abulense.
Este fue el comunicado íntegro que se hizo oficial aquel día:
“Con motivo del 400 aniversario de la beatificación de Santa Teresa, que celebramos este 24 de abril de 2014, el Obispado de Ávila quiere comunicar el Decreto de la Penitenciaría Apostólica, por el cual el Papa Francisco concede la gracia de Año Jubilar Teresiano en España, desde el día 15 de octubre de 2014 hasta el 15 de octubre de 2015, con el fin de celebrar con solemnidad el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Con él, se concederá la Indulgencia Plenaria a los fieles verdaderamente arrepentidos, con las condiciones acostumbradas: Confesión Sacramental, Comunión Eucarística y Oración por las intenciones del Romano Pontífice. En fechas posteriores, se comunicará oportunamente cuáles serán los templos o santuarios jubilares donde los fieles puedan lucrar la Indulgencia Plenaria.
Asimismo, el Santo Padre ha concedido durante el Año Jubilar la gracia de impartir la Bendición Papal a todos los fieles cristianos presentes, que verdaderamente arrepentidos y movidos por la caridad, hayan asistido a los Ritos Sagrados y cumplan con las condiciones anteriormente citadas”.15 de octubre de 2014.- Mensaje del Papa en el inicio del V Centenario de Santa Teresa
Una multitudinaria Eucaristía en el Mercado Grande servía para inaugurar el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. En este día, el Papa Francisco enviaba un mensaje al obispo de Ávila titulado “Con motivo de la apertura del Año Jubilar Teresiano”. Este fue el texto que pudo escucharse también durante la Eucaristía, provocando los aplausos de los miles de fieles que participaban en la misma:
A Monseñor Jesús García Burillo, Obispo de Ávila
Querido Hermano:
El 28 de marzo de 1515 nació en Ávila una niña que con el tiempo sería conocida como santa Teresa de Jesús. Al acercarse el quinto centenario de su nacimiento, vuelvo la mirada a esa ciudad para dar gracias a Dios por el don de esta gran mujer y animar a los fieles de la querida diócesis abulense y a todos los españoles a conocer la historia de esa insigne fundadora, así como a leer sus libros, que, junto con sus hijas en los numerosos Carmelos esparcidos por el mundo, nos siguen diciendo quién y cómo fue la Madre Teresa y qué puede enseñarnos a los hombres y mujeres de hoy.
En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida y de su obra. Ella entendió su vida como camino de perfección por el que Dios conduce al hombre, morada tras morada, hasta Él y, al mismo tiempo, lo pone en marcha hacia los hombres. ¿Por qué caminos quiere llevarnos el Señor tras las huellas y de la mano de santa Teresa? Quisiera recordar cuatro que me hacen mucho bien: el camino de la alegría, de la oración, de la fraternidad y del propio tiempo.
Teresa de Jesús invita a sus monjas a «andar alegres sirviendo» (Camino 18,5). La verdadera santidad es alegría, porque «un santo triste es un triste santo». Los santos, antes que héroes esforzados, son fruto de la gracia de Dios a los hombres. Cada santo nos manifiesta un rasgo del multiforme rostro de Dios. En santa Teresa contemplamos al Dios que, siendo «soberana Majestad, eterna Sabiduría» (Poesía 2), se revela cercano y compañero, que tiene sus delicias en conversar con los hombres: Dios se alegra con nosotros. Y, de sentir su amor, le nacía a la Santa una alegría contagiosa que no podía disimular y que transmitía a su alrededor. Esta alegría es un camino que hay que andar toda la vida. No es instantánea, superficial, bullanguera. Hay que procurarla ya «a los principios» (Vida 13,l). Expresa el gozo interior del alma, es humilde y «modesta» (cf. Fundaciones 12,l). No se alcanza por el atajo fácil que evita la renuncia, el sufrimiento o la cruz, sino que se encuentra padeciendo trabajos y dolores (cf. Vida 6,2; 30,8), mirando al Crucificado y buscando al Resucitado (cf. Camino 26,4). De ahí que la alegría de santa Teresa no sea egoísta ni autorreferencial. Como la del cielo, consiste en «alegrarse que se alegren todos» (Camino 30,5), poniéndose al servicio de los demás con amor desinteresado. Al igual que a uno de sus monasterios en dificultades, la Santa nos dice también hoy a nosotros, especialmente a los jóvenes: «¡No dejen de andar alegres!» (Carta 284,4). ¡El Evangelio no es una bolsa de plomo que se arrastra pesadamente, sino una fuente de gozo que llena de Dios el corazón y lo impulsa a servir a los hermanos!
La Santa transitó también el camino de la oración, que definió bellamente como un «tratar de amistad estando muchas veces a solas con quien sabernos nos ama» (Vida 8,5). Cuando los tiempos son «recios», son necesarios «amigos fuertes de Dios» para sostener a los flojos (Vida 15,5). Rezar no es una forma de huir, tampoco de meterse en una burbuja, ni de aislarse, sino de avanzar en una amistad que tanto más crece cuanto más se trata al Señor, «amigo verdadero» y «compañero» fiel de viaje, con quien «todo se puede sufrir», pues siempre «ayuda, da esfuerzo y nunca falta» (Vida 22,6). Para orar «no está la cosa en pensar mucho sino en amar mucho» (Moradas IV,1,7), en volver los ojos para mirar a quien no deja de mirarnos amorosamente y sufrirnos pacientemente (cf. Camino 26,3-4). Por muchos caminos puede Dios conducir las almas hacia sí, pero la oración es el «camino seguro» (Vida 213). Dejarla es perderse (cf. Vida 19,6). Estos consejos de la Santa son de perenne actualidad. ¡Vayan adelante, pues, por el camino de la oración, con determinación, sin detenerse, hasta el fin! Esto vale singularmente para todos los miembros de la vida consagrada. En una cultura de lo provisorio, vivan la fidelidad del «para siempre, siempre, siempre» (Vida1,5); en un mundo sin esperanza, muestren la fecundidad de un «corazón enamorado» (Poesía 5); y en una sociedad con tantos ídolos, sean testigos de que «solo Dios basta» (Poesía 9).
Este camino no podemos hacerlo solos, sino juntos. Para la santa reformadora la senda de la oración discurre por la vía de la fraternidad en el seno de la Iglesia madre. Esta fue su respuesta providencial, nacida de la inspiración divina y de su intuición femenina, a los problemas de la Iglesia y de la sociedad de su tiempo: fundar pequeñas comunidades de mujeres que, a imitación del «colegio apostólico», siguieran a Cristo viviendo sencillamente el Evangelio y sosteniendo a toda la Iglesia con una vida hecha plegaria. «Para esto os junto El aquí, hermanas» (Camino 2,5) y tal fue la promesa: «que Cristo andaría con nosotras» (Vida32,11). ¡Que linda definición de la fraternidad en la Iglesia: andar juntos con Cristo como hermanos! Para ello no recomienda Teresa de Jesús muchas cosas, simplemente tres: amarse mucho unos a otros, desasirse de todo y verdadera humildad, que «aunque la digo a la postre es la base principal y las abraza todas» (Camino 4,4). ¡Cómo desearía, en estos tiempos, unas comunidades cristianas más fraternas donde se haga este camino: andar en la verdad de la humildad que nos libera de nosotros mismos para amar más y mejor a los demás, especialmente a los más pobres! ¡Nada hay más hermoso que vivir y morir como hijos de esta Iglesia madre!
Precisamente porque es madre de puertas abiertas, la Iglesia siempre está en camino hacia los hombres para llevarles aquel «agua viva» (cf. Jn 4,10) que riega el huerto de su corazón sediento. La santa escritora y maestra de oración fue al mismo tiempo fundadora y misionera por los caminos de España. Su experiencia mística no la separo del mundo ni de las preocupaciones de la gente. Al contrario, le dio nuevo impulso y coraje para la acción y los deberes de cada día, porque también «entre los pucheros anda el Señor» (Fundaciones 5,8). Ella vivió las dificultades de su tiempo -tan complicado- sin ceder a la tentación del lamento amargo, sino más bien aceptándolas en la fe como una oportunidad para dar un paso más en el camino. Y es que, «para hacer Dios grandes mercedes a quien de veras le sirve, siempre es tiempo» (Fundaciones 4,6). Hoy Teresa nos dice: Reza más para comprender bien lo que pasa a tu alrededor y así actuar mejor. La oración vence el pesimismo y genera buenas iniciativas (cf. Moradas VII, 4,6). ¡Éste es el realismo teresiano, que exige obras en lugar de emociones, y amor en vez de ensueños, el realismo del amor humilde frente a un ascetismo afanoso! Algunas veces la Santa abrevia sus sabrosas cartas diciendo: «Estamos de camino» (Carta 469,7.9), como expresión de la urgencia por continuar hasta el fin con la tarea comenzada. Cuando arde el mundo, no se puede perder el tiempo en negocios de poca importancia. ¡Ojalá contagie a todos esta santa prisa por salir a recorrer los caminos de nuestro propio tiempo, con el Evangelio en la mano y el Espíritu en el corazón!
«¡Ya es tiempo de caminar! » (Ana de San Bartolomé, Últimas acciones de la vida de santa Teresa). Estas palabras de santa Teresa de Ávila a punto de morir son la síntesis de su vida y se convierten para nosotros, especialmente para la familia carmelitana, sus paisanos abulenses y todos los españoles, en una preciosa herencia a conservar y enriquecer.
Querido Hermano, con mi saludo cordial, a todos les digo: ¡Ya es tiempo de caminar, andando por los caminos de la alegría, de la oración, de la fraternidad, del tiempo vivido como gracia! Recorramos los caminos de la vida de la mano de santa Teresa. Sus huellas nos conducen siempre a Jesús.
Les pido, por favor, que recen por mí, pues lo necesito. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Fraternalmente,
Francisco.
23 de enero de 2015.- El Papa anuncia que no viajará a España
Mucho se había especulado con una posible visita del Papa Francisco a Ávila con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa, si bien es cierto que nunca hubo confirmación oficial al respecto. Lo que sí se recibió en este día fue precisamente lo contrario: la confirmación de que no vendría a España en ese año. En un comunicado la Secretaría de Estado de la Santa Sede hacía llegar a Mons. Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española una carta en la que se comunica que “no está prevista la visita del Papa Francisco a España durante el 2015”. Este comunicado también señalaba que el Pontífice “sigue muy de cerca las celebraciones que, con tanta ilusión, se han programado para conmemorar el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús y ruega a Dios para que se produzcan abundantes frutos de vida cristiana en nuestro país”.
La nota de la Secretaría de Estado de la Santa Sede fue remitida por la Conferencia Episcopal Española y en ella se explicaba que “el Papa Francisco está realizando sus viajes siguiendo su propósito de acercarse a las periferias geográficas y existenciales, y tiene previsto para este 2015 numerosos viajes, además del ya realizado a Asia (Sri Lanka y Filipinas) dos más al continente americano, en concreto a Estados Unidos y a Ecuador, Bolivia y Paraguay y otro a África en donde visitará Uganda y República Centroafricana”.
Nada más conocerse la noticia, el obispo de Ávila emitió un comunicado titulado “El Papa está con nosotros”. En él, a pesar de mostrar la “tristeza” de la diócesis por esta decisión, Don Jesús afirmaba que “esto no borra el hecho seguro de que el Papa está muy cerca de nuestra diócesis”. Una cercanía que enfocaba en esa concesión del Año Jubilar, y en el escrito que había remitido a la diócesis en el mes de octubre, acercándose a la espiritualidad teresiana como modelo y propuesta para el siglo XXI. “Démosle gracias, apoyémosle con nuestro cariño y nuestra oración, tal y como él tan insistentemente nos pide. Devolvámosle su afecto por nosotros en forma de oración por los frutos de su ministerio como Sucesor del Apóstol Pedro. Así le hacemos saber que la Iglesia particular de Ávila está unida a él en espíritu y en verdad”, concluía Don Jesús su comunicado.
11 de marzo de 2015.- El Papa recibe el bastón de Santa Teresa: “¿La Vieja andaba con esto?”
En un ambiente festivo y pastoral, Camino de Luz, la peregrinación que desde el 15 de octubre de 2014 llevaba el bastón original de Santa Teresa a 30 países en los 5 continentes, era recibida en este día por el Papa Francisco en el Vaticano. Los 4 peregrinos que hacen posible Camino de Luz, encabezados por el padre Antonio González, entregaban al Papa el bastón teresiano, que el Papa besó y sostuvo durante unos momentos mientras preguntaba en voz alta, y con el inconfundible deje argentino: ¿“La Vieja” andaba con esto?
Con esta recepción, el Papa Francisco ha querido estar presente en el V Centenario y apoyar las conmemoraciones organizadas por la Orden del Carmelo Descalzo. En la audiencia general, el Papa recordaba el V Centenario y ponía a Santa Teresa como ejemplo de apostolado: «En este mes recordamos el V Centenario del nacimiento en Ávila de Santa Teresa de Jesús. Que su vigor espiritual os estimule, queridos jóvenes, a testimoniar con alegría la fe en vuestra vida. Que su fe en Cristo os apoye queridos enfermos, en los momentos de mayor desolación; y que su incansable apostolado os invite a vosotros, queridos esposos a poner a Cristo en el centro de vuestra vida conyugal”.
El equipo de Camino de Luz ofrecía al Papa Francisco el título de “Peregrino de Honor” de la Ruta Teresiana “De la cuna al sepulcro”, que une Ávila y Alba de Tormes, entregándole la “Andariega”, documento acreditativo de este camino. Asimismo, y en nombre de la Asociación de Turismo de la Moraña, impulsora de esta marcha, entregaba al Santo Padre la “Pluma Teresiana 2015” que le reconoce como modelo de peregrino en la Iglesia y que nos invita a descubrir el camino de oración de Teresa. La pluma y el tintero, de cerámica (realizados por el artesano arenense Juan Jesús Gómez Serrano, llevaban escrito una cita teresiana: “El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen” Moradas 7 4-15
28 de marzo de 2015.- Mensaje en el 500 aniversario del nacimiento de Santa Teresa
El Papa no llegó a visitar Ávila. Pero no ha dejado de estar presente en todas las celebraciones de ese V Centenario en 2015. Justo en el día en el que se cumplieron 500 años del nacimiento de Teresa de Jesús en Ávila, Mons. García Burillo recibió una nueva carta del Santo Padre, que pudo leerse en la Eucaristía celebrada en su casa natal. Este es el mensaje completo:
A Monseñor Jesús García Burillo, Obispo de Ávila
Querido Hermano:
Hoy mi corazón está en Ávila, donde hace quinientos años nació Teresa de Jesús. Pero no puedo olvidar tantos otros lugares que conservan su memoria, por los que pasó con sus sandalias desgastadas recorriendo caminos polvorientos: Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Duruelo, Toledo, Pastrana, Salamanca, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, Granada, Burgos y Alba de Tormes. Además, la huella de esta preclara Reformadora sigue viva en los cientos de conventos de carmelitas diseminados por todo el mundo. Sus hijos e hijas en el Carmelo mantienen ardiente la luz renovadora que la Santa encendió para bien de toda la Iglesia.
A esta insigne «maestra de espirituales», mi predecesor, el beato Pablo VI, tuvo el inédito gesto de conferirle el título de Doctora de la Iglesia. ¡La primera mujer Doctora de la Iglesia! Ella nos muestra al vivo lo secreto de Dios, donde entró «por vía de la experiencia, vivida en la santidad de una vida consagrada a la contemplación y, al mismo tiempo, comprometida en la acción, por vía de experiencia simultáneamente sufrida y gozada en la efusión de carismas espirituales extraordinarios» (Homilía en la Declaración del Doctorado de Santa Teresa, 27 septiembre 1970: AAS [1970] 592).
Nada de esto ha perdido su vigencia. Contemplación y acción siguen siendo su legado para los cristianos del siglo XXI. Por eso, cuánto me gustaría que pudiéramos hablar con ella, tenerla delante y preguntarle tantas cosas. Siglos después, su testimonio y sus palabras nos alientan a todos a adentrarnos en nuestro castillo interior y a salir fuera, a «hacerse espaldas unos a otros… para ir adelante» (Vida 7, 22). Sí, entrar en Dios y salir con su amor a servir a los hermanos. A esto «convida el Señor a todos» (Camino 19,15), sea cual sea nuestra condición y el lugar que ocupemos en la Iglesia (cf. Camino 5,5).
¿Cómo ser contemplativos en la acción? ¿Qué consejos nos das tú, Teresa, hoy?
En la hora presente, sus primeros interlocutores serían los religiosos y las religiosas, a los que la Santa animaría a comprometerse sin ambages: «No, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia» (Camino 1,5), les decía a sus monjas. Ella hoy nos saca de la autorreferencialidad y nos impulsa a ser consagrados «en salida», con un modo de vida austero, sin “encapotamientos” ni amarguras: «No os apretéis, porque si el alma se comienza a encoger, es muy mala cosa para todo lo bueno» (Camino 41,5). En este Año de la Vida Consagrada, nos enseña a ir a lo fundamental, a no dejarle a Cristo las migajas de nuestro tiempo o de nuestra alma, sino a llevarlo todo a ese amistoso coloquio con el Señor, «estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama» (Vida 8,5).
¿Y sobre los sacerdotes? Santa Teresa diría abiertamente: no los olviden en su oración. Sabemos bien que para ella fueron apoyo, luz y guía. Consciente como era de la importancia de la predicación para la fe de las gentes más sencillas, valoraba a los presbíteros y, «si veía a alguno predicar con espíritu y bien, un amor particular le cobraba» (Vida 8,12). Pero, sobre todo, la Santa oraba por ellos y pedía a sus monjas que estuvieran «todas ocupadas en oración por los que son defensores de la Iglesia y los predicadores y letrados que la defienden» (Camino 1,2). Qué hermoso sería que la imitáramos rezando infatigablemente por los ministros del Evangelio, para que no se apague en ellos el entusiasmo ni el fuego del amor divino y se entreguen del todo a Cristo y a su Iglesia, de modo que sean para los demás brújula, bálsamo, acicate y consuelo, como lo fueron para ella. Que la plegaria y la cercanía de los Carmelos acompañen siempre a los sacerdotes en el ejercicio del ministerio pastoral.
¿Y a los laicos? ¿Y a las familias, que en este año tan presentes están en el corazón de la Iglesia? Teresa fue hija de padres piadosos y honrados. A ellos dedica unas palabras elogiosas apenas comienza el Libro de la Vida: «El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastara, si yo no fuera tan ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena» (1,1). De joven, cuando aún era «enemiguísima de ser monja» (Vida 2,8), se planteó seguir el camino del matrimonio, como las chicas de su edad. Fueron muchos y buenos los laicos con los que la Santa trató y que le facilitaron sus fundaciones: Francisco de Salcedo, el “caballero santo”, su amiga Guiomar de Ulloa o Antonio Gaytán, a quien le escribe alabando su estado y pidiéndole que se alegre por ello (cf. Carta 386 2). Necesitamos hoy hombres y mujeres como ellos, que tengan amor a la Iglesia, que colaboren con ella en su apostolado, que no sean sólo destinatarios del Evangelio sino discípulos y misioneros de la divina Palabra. Hay ambientes a los que sólo ellos pueden llevar el mensaje de salvación, como fermento de una sociedad más justa y solidaria. Santa Teresa sigue invitando a los cristianos de hoy a sumarse a la causa del Reino de Dios y a formar hogares donde Cristo sea la roca en la que se apoyen y la meta que corone sus anhelos.
¿Y a los jóvenes? Mujer inquieta, vivió su juventud con la alegría propia de esta etapa de la vida. Nunca perdió ese espíritu jovial que ha quedado reflejado en tantas máximas que retratan sus cualidades y su talante emprendedor. Estaba convencida de que hay que «tener una santa osadía, que Dios ayuda a los fuertes» (Camino 16,12). Esa confianza en Dios la empujaba a ir siempre adelante, sin ahorrar sacrificios ni pensar en sí misma con tal de amar al prójimo: «Son menester amigos fuertes de Dios para sustentar a los flacos» (Vida 15,5). Así puso de manifiesto que miedo y juventud no se casan. Que el ejemplo de la Santa infunda valentía a las nuevas generaciones, para que no se les arrugue «el ánima y el ánimo» (Camino 41,8). Sobre todo, cuando descubran que merece la pena seguir a Cristo de por vida, como lo hicieron aquellas primeras monjas Carmelitas Descalzas que, en medio de no pocas contrariedades, abrieron las puertas del primer “palomarcico”, un 24 de agosto de 1562. De la mano de Teresa, los jóvenes tendrán valor para huir de la mediocridad y la tibieza y albergar en su alma grandes deseos, nobles aspiraciones dignas de las mejores causas. Me parece oírla ahora advertirles con su gracejo que si no tienen altas miras serán como «sapos», que caminan lenta y rastreramente, y se contentarán con «sólo cazar lagartijas», dando importancia a minucias en lugar de a las cosas que cuentan de verdad (cf. Vida 13,3).
Y, de modo especial, ruego a Santa Teresa que nos regale la devoción y el fervor que ella tenía a san José. Harto bien haría que los pasan por la prueba del dolor, la enfermedad, la soledad, quienes se sienten agobiados o entristecidos recurrieran a este insigne Patriarca con el amor y la confianza con que lo hacía la Santa. Te confieso, querido Hermano, que a menudo le hablo a san José de mis preocupaciones y problemas y, como ella, «no me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer… A otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra -que como tenía el nombre de padre, siendo ayo, le podía mandar-, así en el cielo hace cuanto le pide» (Vida 6,6). «Glorioso Patriarca San José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles… Muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder», dice una antigua oración inspirada en la experiencia de la Santa.
Querido Hermano, te pido, por favor, que reces y hagas rezar por mí y mi servicio al santo Pueblo fiel de Dios. Por mi parte, encomiendo a cuantos celebran este V Centenario a la intercesión de Santa Teresa, para que alcance del cielo todo lo que necesiten para ser de Jesús, como ella, y con la experiencia de su amor, puedan construir una sociedad mejor, en donde nadie quede excluido y se promueva la cultura del encuentro, del diálogo, de la reconciliación y la paz.
Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide.
Fraternalmente,
Francisco.
2 de septiembre de 2015.- El Papa recibe a los chicos de Martiherrero
En ese año, el Centro de Educación Especial “Santa Teresa” de Martiherrero (dependiente de la diócesis de Ávila) celebraba sus bodas de oro. Con este motivo, ocho chicos del Centro participaban en la Audiencia General con el Papa Francisco, tras haber recibido una invitación del Pontífice para ello. Todo gracias a una iniciativa que han realizado los representantes de “La Casa Grande” (como ya se conoce coloquialmente a la institución), que enviaron previamente al Santo Padre un vídeo muy emotivo en el que los chicos del Centro contaban quién era el Papa y le pedían que les invitara a su casa. En la idea participaba también Mons. García Burillo, quien hizo de intermediario para conseguir que el vídeo llegara al Vaticano.
Y, al término de la audiencia general de este día, el Papa bajó hasta donde estaban los chicos de Martiherrero, para saludarlos uno a uno de forma personal. Mons. García Burillo, que acompañaba a los chicos del Centro y a sus responsables a esta cita en el Vaticano, afirmaba que el gesto del Pontífice era “una verdadera sorpresa. Lo mejor que nos podría suceder era que el Papa se acercara, que hablase uno a uno con los chicos, que escuchara lo que cada uno de ellos quería decirle, y que los bendijera”. El obispo calificaba al Santo Padre como “extraordinariamente cercano” con los chicos de Martiherrero, demostrando una vez más que “ante la enfermedad y ante el hombre que sufre, el Papa se muestra dolido y nos regala un corazón misericordioso. Los chicos han percibido claramente que el Papa está con ellos”. A su juicio, lo acontecido esa mañana en el Vaticano “anticipa de alguna manera el Año de la Misericordia que celebraremos próximamente. Ha sido un gesto del padre a un hijo que sufre, mostrándole todo su cariño y amor”.
El Obispo de Ávila se mostraba “muy contento” por ese momento tan especial vivido durante la Audiencia General de este miércoles, y más teniendo en cuenta la efeméride que el propio Centro está viviendo este 2015. “Para mí era muy importante en este 50 aniversario de Martiherrero el hecho de tener un gesto de comunión con la Iglesia universal, y mostrarle al Papa nuestro agradecimiento, cercanía y obediencia”.
13 de abril de 2016.- La moneda del aniversario papal con la imagen de Santa Teresa
Al cumplirse en ese mes de abril el tercer año del Pontificado del Papa Francisco, se acuñaba la moneda conmemorativa de esta efeméride. Por expreso deseo del Papa, el reverso de la medalla conmemorativa de su tercer año de Pontificado no lleva, como era costumbre, el rostro del Pontífice, sino la imagen de Santa Teresa de Jesús, primera mujer Doctora de la Iglesia. En concreto, se trata de una reproducción del “Éxtasis de Santa Teresa”, obra de Bernini. Una iniciativa que demuestra la particular cercanía del Papa Francisco por el nacimiento de la Santa abulense, en ocasión del V centenario de su nacimiento que celebrábamos justo un año antes. El Obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo, mostraba en este día dicha moneda, que aviva el recuerdo de un año singularmente especial para nuestra diócesis.
La moneda, de la que se realizaban unos 4.000 ejemplares, mostraba en su anverso la insignia de Papa Francisco, llevando alrededor la inscripción: FRANCISCUS P.M., así como el nombre de la artista (Alessia Di Giuseppe, de 26 años). En el borde de la moneda se lee la inscripción E CIVITATE VATICANA (La ciudad del Vaticano) y el número de la medalla. Y ya en su reverso es donde encontramos ese Éxtasis de Santa Teresa de Ávila, inspirada en la obra de Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), situada en la Iglesia de Santa María de la Victoria en Roma (1647), así como los años del V Centenario (1515 – 2015). La representación marmórea representa el encuentro de la Santa con el puro amor de Dios. La inscripción AMOREM CHRISTI IN ANIMO TENEAMUS (amor a Cristo tengamos en el alma) es una fuerte invitación a tener, en toda circunstancia de la vida, amor a Cristo, porque “el amor reclama amor”.
Este pasaje que tan bien reflejó Bernini, y que ahora se plasma en esta moneda, lo resume la propia Santa Teresa en su Libro de la Vida: «Vía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal, lo que no suelo ver sino por maravilla. […] No era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos, que parecen todos se abrasan. Deben ser los que llaman Querubines […]. Viale en las manos un dardo de oro largo, y al fin de el hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces, y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios» («Vida», 29, 13).
La medalla conmemorativa había sido presentada en la pasada solemnidad de los Santos Pedro y Pablo (29 de junio de 2015)
16 de septiembre de 2016.- Anuncio de la concesión del Año Jubilar Teresiano periódico
Una nueva gracia para la diócesis, y una muestra más de la devoción del Santo Padre por Santa Teresa y su cercanía con Ávila. En este día, desde el obispado se anunciaba que el Papa Francisco concedía la declaración de Año Jubilar Teresiano periódico para nuestra diócesis siempre que la festividad de Santa Teresa, el 15 de octubre, se celebre en domingo. De este modo, 2017 sería la primera vez que tuviera lugar este singular acontecimiento, donde los fieles podrían lucrar la Indulgencia Plenaria con las condiciones acostumbradas. El Obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo, se mostraba muy contento por poder dar esta “buena noticia” de la gracia concedida por el Santo Padre; una buena noticia no sólo para nuestra diócesis, sino para todos los fieles de la Iglesia universal.
Se trata de un hecho de ‘singular excepcionalidad’ porque, normalmente, el Vaticano concede la declaración de Año Jubilar por un periodo concreto de tiempo, coincidiendo con un hecho de especial relevancia. El gran provecho espiritual que supuso la celebración del V Centenario (que atrajo a Ávila a cientos de miles de fieles de todo el mundo), fue la razón fundamental por la que el Obispo, respaldado por el presidente de la Conferencia Episcopal y por el Carmelo Descalzo, le ha solicitado al Santo Padre esta distinción. Un “provecho espiritual que esperamos seguir recibiendo los abulenses y cuantos nos visiten en años venideros”, ha dicho el Obispo, quien además ha invitado a todos los fieles de Ávila a dar “gracias a Dios y al Santo Padre por una nueva gracia extraordinaria que nos acaba de conceder”.
En el mismo sentido se expresaba el Prior del Convento de la Santa (casa natal de Teresa de Jesús). El carmelita David Jiménez destacaba cómo “más allá de los datos turísticos, han sido muchos más quienes, durante el V Centenario, se han acercado a encontrarse espiritualmente con Teresa. Es un gran gozo el poder ofrecer, por parte de la Iglesia, este acercamiento a la figura de Teresa de Jesús de una manera señalada en estos años en los que su fiesta caiga en domingo. La idea es potenciar ese acercamiento espiritual y hacer de la Santa no sólo una figura conocida, una figura cultural de referencia, sino sobre todo lo que ella es y ha sido siempre: una figura espiritual”.
Por su parte, el sacerdote Jorge Zazo (responsable diocesano de las celebraciones del pasado V Centenario) ahondaba en la idea de la excepcionalidad de esta concesión y lo que puede suponer para nuestra Iglesia. “No es una práctica habitual conceder años jubilares periódicos. El Santo Padre ha tenido a bien hacer una excepción con nuestra diócesis en atención a lo que significa la figura de Santa Teresa para la Iglesia universal, y en atención a esos bienes espirituales que se han derivado de la celebración del V Centenario. Nuestra diócesis, al igual que el resto de la Iglesia, está inmersa en un proceso de Nueva Evangelización. Es necesario todo un proceso de renovación por el cual el cristiano llegue a serlo de veras, a querer ser santos como meta definitiva de nuestra vida. Precisamente este objetivo espiritual y pastoral es el que puede marcar toda nuestra pastoral diocesana. Lo ideal sería que gracias a estos Años Jubilares periódicos, los abulenses conociéramos mejor la figura de Santa Teresa (ya el V Centenario supuso un gran avance en esta cuestión), penetrásemos en sus obras, y desde ellas saliéramos al encuentro de los no creyentes para hacerles partícipes de la Buena Noticia del Evangelio».
El decreto de la Penitenciaría Apostólica, dado a conocer en este día, destacaba específicamente el hecho de que “se concederá la indulgencia plenaria en forma de jubileo a los fieles dentro de los límites de la diócesis de Ávila”.
15 de octubre de 2018.- Mensaje del Papa en la clausura del Año Jubilar Teresiano
La misa de clausura del primer Año Jubilar Teresiano tuvo uno de sus puntos culminantes en el mensaje enviado por el papa Francisco al obispo de Ávila, Jesús García Burillo, y que fue leído al inicio de celebración. Este es el texto completo:
«Su Santidad el Papa Francisco saluda cordialmente a Mons. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila, y al Pueblo de Dios que peregrina en esa Diócesis con ocasión de la conclusión del I Año Jubilar Teresiano, el próximo 15 de octubre, y les asegura su oración para que el peregrinaje espiritual iniciado a través de la lectura de las obras de la santa doctora, de la visita a los lugares que marcaron el itinerario vital de la santa andariega y del seguimiento del camino interior de esta eminente maestra de oración, surta frutos de conversión y de santidad, y se consolide la vivencia de la fe en esa Iglesia particular y el impulso misionero, “andando alegres sirviendo”.
Con estos sentimientos, e invocando la maternal protección de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, el Santo Padre les imparte de corazón la implorada Bendición Apostólica, que hace extensiva a cuantos han participado es esta loable iniciativa. Vaticano, 3 de septiembre de 2018″.
Estas palabras se han sumado a la bendición apostólica con indulgencia plenaria concedida por el Papa e impartida por el obispo al concluir la Eucaristía.
19 de diciembre de 2018.- Primer encuentro con el nuevo obispo de Ávila, Mons. Gil Tamayo. Saludo también a representantes del Ayuntamiento
Apenas cuatro días después de su ordenación episcopal y su toma de posesión como obispo de Ávila, Mons. Gil Tamayo viajó hasta Roma para encontrarse con el Papa Francisco. A su lado, nuestro obispo emérito Don Jesús.
Según explicaba Mons. Gil Tamayo, “el Papa se ha alegrado mucho de vernos tanto a don Jesús, obispo emérito de Ávila, como a un servidor, y ha agradecido que vengamos”. A su vez, el nuevo obispo le recordaba al pontífice que “sigue en vigor la invitación para visitar Ávila y se ha reído, con lo cual está abierta la posibilidad”, y ha añadido que “se ha reído con confianza”.
Mons. Gil Tamayo aseguraba que el encuentro se había producido “en un ambiente feliz y de alegría”, incluso Francisco “ha tenido bromas de amistad con los dos obispos”, según reconocía el obispo. Una buena sintonía que quedó reflejada en un comentario que les hizo el Papa a ambos, al señalar que “la diócesis había cogido peso”, refiriéndose a la diferencia de constitución entre ambos obispos. Algo que desató las risas entre el pontífice y ambos prelados.
A su vez, el Papa ha aprovechado para invitarles a que “ayudemos a promover vocaciones, también en la vida contemplativa”, y les ha conminado a que trasladen ese mensaje a las carmelitas tanto del monasterio de La Encarnación como del convento de San José, y que “pidan al Señor esta generosidad”.
Y, entre los miles de asistentes a la audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI, se encontraban miembros del ayuntamiento de Ávila, con el alcalde José Luis Rivas a la cabeza. Todos ellos agradecieron al Santo Padre la concesión para Ávila de un Año Jubilar Teresiano periódico, y le entregaron una memoria con toda la programación llevada a cabo durante los dos jubileos teresianos. Asimismo, se le facilitaba un esbozo de los proyectos para el próximo, que tendría lugar en 2023.
17 de diciembre de 2020.- Audiencia privada con el obispo de Ávila, alcalde y presidente de la diputación
El 15 de octubre de 2019, en el transcurso de la Eucaristía en honor a Santa Teresa de Jesús, celebrada en la S.A.I. del Salvador, Mons. Gil Tamayo reiteró al Nuncio de Su Santidad en España, Mons. Bernardito Auza, la invitación para que el Papa Francisco pudiera visitar Ávila en un eventual viaje a nuestro país. Una invitación a la que se adhirieron posteriormente las autoridades civiles cuando tuvieron oportunidad de saludar al Nuncio tras la celebración eucarística.
Posteriormente el Santo Padre respondía, concediendo una audiencia privada al Obispo de Ávila, que tenía lugar este jueves 17 de diciembre, coincidiendo además con el cumpleaños del Papa. Mons. Gil Tamayo estuvo acompañado del alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, y del presidente de la Diputación Provincial, Carlos García González.
La audiencia, que se prolongaba por unos 30 minutos, mantuvo un tono cordial y muy cercano. Tanto el obispo, como el alcalde y el presidente de la Diputación coincidieron en señalar que el Papa Francisco se había mostrado “cariñosísimo” con todos ellos.
A modo de cortesía, se le hizo hecho entrega al Santo Padre de varios regalos. En concreto, Mons. Gil Tamayo quiso obsequiarle con una imagen del Papa que proclamó Doctora de la Iglesia a Santa Teresa: se trata de un busto de San Pablo VI (réplica del que se encuentra en la capilla de la Conferencia Episcopal), obra de Fernando Montero de Espinosa. Asimismo, también le regaló una imagen de Santa Teresa, réplica de la escultura que se encuentra a las puertas del Monasterio de la Encarnación (Ávila), obra de Cruz Solís, y que representa a la Santa en actitud andariega, con su característico cayado.
Por parte del Ayuntamiento, el alcalde de Ávila obsequiaba al Santo Padre con una reproducción del Libro de las Fundaciones, una de las obras cumbres de Santa Teresa que da testimonio de la gran empresa que llevó a cabo en vida. La reproducción con la que el Ayuntamiento quiso obsequiar al Papa es un facsímil de la obra original que se encuentra en la biblioteca del Real Monasterio del Escorial. Y el regalo de la Diputación Provincial consistía en una bella escultura: la Rosa del artista abulense Florencio Galindo, fundida en bronce según el modelo diseñado por el propio autor, fallecido en 2016.
El Santo Padre se mostraba agradecido por los presentes, especialmente por los dulces que acompañaban a los mismos. Y es que, para obsequiarle por su cumpleaños, le hicieron entrega además de las conocidas Yemas de Santa Teresa.
En esta audiencia quisieron informar personalmente al Papa del Congreso “Teresa de Jesús, mujer excepcional”, que celebraría en Ávila en 2021 con motivo del aniversario de la proclamación de Santa Teresa como Doctora de la Iglesia. Asimismo, tuvieron la oportunidad de reiterar (ahora ya de forma personal y directa a Su Santidad) la invitación para que pueda visitar nuestra ciudad en los próximos años. Se habló entonces de 2022, cuando se celebraría el IV Centenario de la canonización de la insigne carmelita abulense, que fue además proclamada santa junto a San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, San Isidro Labrador y San Felipe Neri el 12 de marzo de 1622. Grandes santos españoles que hacen que esta efeméride fuera a cobrar una importancia significativa en nuestro país.
Ante esta invitación, el Santo Padre les trasladaba que “todo está abierto”, pero les reiteraba también que su opción preferente siempre son los países más pequeños, lo que él llama las periferias.
También quisieron exponer al Santo Padre la realidad socioeconómica de Ávila, el grave problema endémico que sufre con la despoblación y los retos demográficos a los que se enfrenta, para lo que se necesitaría un mayor apoyo y ayuda de las instituciones. El Papa Francisco quiso profundizar algo más en esta conversación, hablando con los presentes sobre lo que ha denominado la epidemia de soledad que sufren nuestros ancianos, y que se ha visto agudizada en muchos casos por la pandemia de la COVID.
Como detalle emotivo, destacamos el hecho de que el alcalde le mostraba al Papa la fotografía de la hija de un policía local de Ávila, enferma de cáncer. El Santo Padre impuso las manos encima de la fotografía, rezando unos instantes sobre ella, y finalmente se quedaba con la misma para poder seguir teniendo en sus oraciones a la pequeña.
12 de abril de 2021.- Mensaje por el L aniversario de la proclamación de Santa Teresa como Doctora de la Iglesia
Ha sido la sorpresa agradable del inicio del Congreso sobre los 50 años de la proclamación de Santa Teresa como Doctora de la Iglesia. Nada más comenzar la Misa inaugural en el convento de La Santa, el Vicario de Pastoral de la diócesis, Jorge Zazo, se acercaba al ambón y comenzaba a leer: «Al querido hermano Mons. José María Gil Tamayo, Obispo de Ávila …»
Son las primeras palabras de una carta que el Papa Francisco ha enviado a nuestro Obispo D. José María con motivo de la inauguración de dicho Congreso. En ella, el Pontífice señala la actualidad del mensaje de «la Santa de Ávila», que «nos sigue hablando hoy a través de sus escritos, y su mensaje está abierto a todos, para que al conocerlo y contemplarlo nos dejemos seducir por la belleza de la palabra y pueda hacer brotar dentro el deseo de avanzar en el camino hacia la perfección».
Este es el texto completo:
Al querido hermano Mons. José María GIL TAMAYO, Obispo de Ávila:
Han trascurrido ya cincuenta años desde que, un 27 de septiembre de 1970, mi predecesor san Pablo VI otorgase el título de doctora de la Iglesia a santa Teresa de Jesús. Ella fue la primera mujer en recibir ese título que reconoce el precioso magisterio que Dios nos ha regalado en sus escritos y en el testimonio de su vida. Después de ella otras mujeres han recibido también esta distinción.
A pesar de los cinco siglos que nos separan de su existencia terrena, la llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando en este mundo siempre necesitado de testigos valientes, capaces de romper cualquier muralla, sea física, existencial o cultural. Ella fue «una mujer excepcional», como la definió san Pablo VI. Su arrojo, su inteligencia, su tenacidad, a los que unió una sensibilidad para lo bello y una maternidad espiritual hacia todos aquellos que se aproximaban a su obra, son un ejemplo eximio del papel extraordinario que la mujer ha ejercido a lo largo de la historia en la Iglesia y la sociedad.
La Santa de Ávila nos sigue hablando hoy a través de sus escritos y su mensaje está abierto a todos, para que al conocerlo y contemplarlo nos dejemos seducir por la belleza de la palabra y por la verdad del contenido, y pueda hacer brotar dentro el deseo de avanzar en el camino hacia la perfección. Tenerla como amiga, compañera y guía en nuestro peregrinaje terrenal confiere seguridad y sosiego en el alma. Su ejemplo no es sólo para aquellos hermanos y hermanas nuestros que sienten la llamada a la vida religiosa, sino para todos los que desean progresar en el camino de purificación de toda mundanidad, y que conduce al desposorio con Dios, a las elevadas moradas del castillo interior.
Querido hermano: Deseo animar a todos los miembros de esa Iglesia particular, sacerdotes, religiosos y laicos, como también a todos los organizadores y participantes en el Congreso internacional que se celebrará en la Universidad Católica Santa Teresa, para que sigan profundizando en el mensaje de la Santa abulense y difundiendo su enseñanza. Es hermoso recordar que todas las gracias místicas que recibía la trasladaban al cielo; pero ella supo trasladar el cielo a la tierra, haciendo de su vida una morada de Dios, en la que todos tenían cabida. Para que nuestra sociedad sea cada vez más humana, y todos podamos vivir en la fraternidad que viene de un mismo Padre, es todo un programa escuchar su invitación a «entrar en nosotros» para encontrar al Señor (Moradas 2,1,1), y así testimoniar que «sólo Dios basta».
En este Año jubilar que la Iglesia dedica a san José, bienaventurado Protector, no puedo terminar este mensaje sin recordar la gran devoción de la Santa andariega por él. Lo tomó como maestro, abogado e intercesor; a él se encomendaba, teniendo la certeza de que recibiría las gracias que le pedía. De su experiencia animaba a otros a que hicieran lo mismo (cf. Libro de la vida, 6, 6-8; Carta ap. Patris corde, 8 diciembre 2020). Tal fue su devoción que, con motivo de sus fundaciones, recorría las tierras de Castilla y de Andalucía acompañada por la imagen de san José. Los santos siempre van de la mano, y nos sostienen por la confianza puesta en su intercesión. Que ellos intercedan por ustedes.
Que el Señor los bendiga, y la Virgen Santa los cuide. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí.
Fraternalmente,
Francisco.
15 de abril de 2021.- Videomensaje en la clausura del congreso “Mujer excepcional”
En este día, en el que se clausuraba el Congreso «Mujer Excepcional» organizado por la diócesis de Ávila, la orden de Carmelitas descalzos y la universidad católica de Ávila con motivo del 50 aniversario de la proclamación de Santa Teresa de Jesús como doctora de la Iglesia, el Papa Francisco enviaba un videomensaje, que fue emitido en las pantallas del congreso. Este fue el contenido del mismo:
Saludo a los participantes del congreso universitario con el que se conmemora el quincuagésimo aniversario de la proclamación de santa Teresa de Jesús como Doctora de la Iglesia.
La expresión «mujer excepcional», que da el título a vuestro encuentro, la utilizó san Pablo VI. Estamos ante una persona que se destacó en muchas dimensiones. Sin embargo, conviene no olvidar que su reconocida relevancia en estas dimensiones no es más que la consecuencia de lo que para ella era importante: su encuentro con el Señor, su «determinada determinación», así dice ella, de perseverar en la unión con Él por la oración, su firme propósito de realizar la misión que le había sido encomendada por el Señor, al que se ofrece con sencillez diciendo, con ese lenguaje simple y hasta uno diría, hasta de campesina: «Vuestra soy, para Vos nací, / ¿qué mandáis hacer de mí?». Teresa de Jesús es excepcional, ante todo, porque es santa. Su docilidad al Espíritu la une a Cristo y queda «toda abrasada en el amor de Dios». Con palabras bellas expresa su experiencia diciendo: «Ya toda me entregué y di, / y de tal suerte he trocado, / que es mi Amado para mí, / y yo soy para mi Amado». Jesús había enseñado que «de lo que rebosa el corazón habla la boca» (Lc 6,45). La audacia, la creatividad y la excelencia de santa Teresa como reformadora son el fruto de la presencia interior del Señor.
Decimos que no estamos viviendo una época de cambios, sino un cambio de época. Y en este sentido, nuestros días tienen bastantes similitudes con los del siglo XVI en que vivió la Santa. Como entonces, también ahora los cristianos estamos llamados a que, a través de nosotros, la fuerza del Espíritu Santo siga renovando la faz de la tierra (cf. Sal 104,30 Vlg), en la certeza de que en el último término son los santos quienes permiten que el mundo avance aproximándose a su meta definitiva.
Es bueno recordar la llamada universal a la santidad de la que habló el Concilio Vaticano II (cf. LG 39-42). «Todos los cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor. Esta santidad favorece, también en la sociedad terrena, un estilo de vida más humano. Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la medida del don de Cristo, para entregarse totalmente hasta la gloria y al servicio del prójimo» —así el número 40 de la Lumen Gentium—. La santidad no es sólo para algunos «especialistas de lo divino», sino que es la vocación de todos los creyentes. La unión con Cristo, que los místicos como santa Teresa experimentan de forma especial por pura gracia, la recibimos a través del Bautismo. Los santos nos estimulan y nos motivan, pero no están para que tratemos literalmente de copiarlos, la santidad no se copia, porque hasta eso podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para cada uno de nosotros. Lo que interesa es que cada creyente discierna su propio camino, cada uno de nosotros tiene su camino de santidad, de encuentro con el Señor.
De hecho, la misma santa Teresa advierte a sus monjas, que la oración no es para experimentar cosas extraordinarias, sino para unirnos a Cristo. Y el signo de que esta unión es real son las obras de caridad. «Para esto es la oración, hijas mías —dice en Las Moradas—; de esto sirve este matrimonio espiritual: de que nazcan siempre obras, obras». Ya antes, en ese mismo libro, había advertido: «cuando yo veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella, que parece que no se osan bullir ni menear el pensamiento porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han tenido, háceme ver cuán poco entienden el camino por donde se alcanza la unión, y piensan que allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor; y si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de perder esa devoción y te compadezcas de ella… esta es la verdadera unión con su voluntad». También en Las Moradas dice esto. En definitiva, «lo que mide la perfección de las personas es su grado de caridad, no la cantidad de datos, conocimientos acumulados», otras cosas por el estilo.
Santa Teresa nos enseña que el camino que la hizo una mujer excepcional y una persona de referencia a través de los siglos, el camino de la oración, está abierto a todos los que humildemente se abren a la acción del Espíritu en sus vidas, y que la señal de que estamos avanzando en ese camino es ser cada vez más humildes, más solícitos a las necesidades de nuestros hermanos, mejores hijos del Pueblo santo de Dios. Tal camino no se abre a los que se tienen a sí mismos por puros y perfectos, los cátaros de todos los siglos, sino a los que, conscientes de sus pecados, descubren la hermosura de la misericordia de Dios, que acoge a todos, redime a todos, y a todos llama a su amistad. Es interesante cómo la conciencia del propio ser pecador es lo que abre la puerta al camino de santidad. Santa Teresa, que se tenía a sí misma por muy «ruin y miserable», así se define, reconoce que la bondad de Dios «es mayor que todos los males que podamos hacer, y no se acuerda de nuestra ingratitud… Acuérdense de sus palabras y miren lo que ha hecho conmigo —dice ella—, que primero me cansé de ofenderle, que Su Majestad dejó de perdonarme». Nos cansamos nosotros primero de ofender a Dios, de andar por caminos raros, que Dios de perdonarnos. Él nunca se cansa de perdonar. Nosotros nos cansamos de pedir perdón, y ahí está el peligro. «Nunca se cansa de dar el Señor, ni se pueden agotar sus misericordias. No nos cansemos nosotros de recibir» abriendo el corazón con humildad. Uno de sus pasajes preferidos de la Escritura era el primer versículo del Salmo 89 del que hizo, en cierto sentido, lema de su vida: «cantaré eternamente las misericordias del Señor». Ese “misericordiar” de Dios.
La oración hizo de santa Teresa una mujer excepcional, una mujer creativa e innovadora. Desde la oración descubrió el ideal de fraternidad que quiso hacer realidad en los conventos fundados por ella: «aquí todas han de ser amigas, todas se han de amar, todas se han de querer, todas se han de ayudar». Y cuando yo veo las “peleítas” en algún convento, dentro de un convento, o las “peleítas” entre conventos, “que si yo soy de aquí”, “que yo soy de allá”, “que si interpreto así”, “que si acepto esto de la Iglesia, que si no lo acepto”. Las pobres monjas se olvidaron de la fundadora, de lo que les enseñó. En la oración ella se supo tratada como esposa y amiga por Cristo resucitado. A través de la oración se abrió a la esperanza. Y con este pensamiento quiero terminar este saludo. Vivimos nosotros, como la doctora de la Iglesia, tiempos recios, tiempos nada fáciles que necesitan amigos fieles de Dios, amigos fuertes. La gran tentación es ceder a la desilusión, a la resignación, al funesto e infundado presagio de que todo va a salir mal. Ese pesimismo infecundo, ese pesimismo de personas incapaces de dar vida. Algunas personas, asustadas por estos pensamientos, tienden a encerrarse, a refugiarse en pequeñas cosas. Recuerdo el ejemplo de un convento, donde todas sus monjas estaban refugiadas en pequeñas cosas. El convento se llamaba de santa… No voy a decir de quién, y estaba en tal ciudad, pero lo llamaban el “Convento cosita, cosita, cosita”, porque todas estaban encerradas en pequeñas cosas, como refugio, en proyectos egoístas que no edifican la comunidad, más bien la destruyen. En cambio, la oración nos abre, nos permite gustar que Dios es grande, que está más allá del horizonte, que Dios es bueno, que nos ama y que la historia no se le ha escapado de sus manos. Puede que transitemos por cañadas oscuras (cf. Sal 23,4), no les tengan miedo si está el Señor con ustedes, pero Él no deja de caminar a nuestro lado y de conducirnos a la meta que todos anhelamos: la vida eterna. Podemos tener ánimo para hacer cosas grandes, porque sabemos que estamos favorecidos de Dios. Y junto a Él, somos capaces de alcanzar cualquier reto, porque en realidad sólo su compañía es la que desea nuestro corazón y la que nos otorga la plenitud y el gozo de los que hemos sido creados. Esto lo resumió la Santa en una conocida oración que les invito a rezar con frecuencia:
Nada te turbe,
nada te espante;
todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
Sólo Dios basta.
Que Jesús los bendiga, y la Virgen y san José los acompañen. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias.
Francisco
1 de octubre de 2021.- Anuncio de la concesión de Año Jubilar en Arenas de San Pedro
Mediante un Decreto con fecha de ese 1 de octubre de 2021, la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede hacía público que del 19 de octubre de 2021 al 19 de octubre de 2022 se celebraría un año jubilar en la localidad de Arenas de San Pedro (Ávila), teniendo como templo jubilar el Santuario de San Pedro de Alcántara. El motivo era la celebración del IV Centenario de la Beatificación del santo alcantarino, cuyos restos descansan en el citado santuario. De esta manera, Arenas de San Pedro se convertirá en centro de peregrinaciones de todos aquellos que quieran lucrar dicha indulgencia plenaria, así como acercarse aún más a la espiritualidad de este gran santo de nuestra tierra de Ávila.
El Año Jubilar Alcantarino comenzaría de forma oficial el 19 de octubre de 2021 en el Santuario de San Pedro de Alcántara, con la solemne apertura de la Puerta Santa y la celebración eucarística que presidirá nuestro Obispo D. José María. En un segundo Decreto, la Penitenciaría Apostólica también autorizaba a que este día, tras la Eucaristía, el prelado abulense pudiera impartir “a todos los fieles reunidos en ese lugar sagrado, verdaderamente arrepentidos e impulsados por la caridad, la Bendición Papal con la anexa Indulgencia plenaria”».
En el texto del Decreto en el que se especificaba la duración del Año Santo, la Penitenciaría Apostólica, «para acrecentar la religión de los fieles y la salvación de las almas, en virtud de las facultades que le han sido concedidas de forma especialísima en Cristo a nuestro Santísimo Padre Francisco», confirma que atiende así la petición realizada por el Obispo de Ávila, Mons. José María Gil Tamayo, y de acuerdo «con el Rector del Santuario de San Pedro de Alcántara».
5 de diciembre de 2021.- Carta de agradecimiento al obispo emérito
Todo un detalle. Nuestro obispo emérito, Mons. García Burillo, recibía una de las misivas más emocionantes que podría imaginar. De su propio puño y letra, el Papa Francisco le dirigía unas palabras ante su inminente salida de la diócesis de Ciudad Rodrigo, de la que era en aquel momento su Administrador Apostólico.
El Pontífice agradecía así su labor en la diócesis salmantina, “y todo el bien que ha hecho”. Hay que recordar que don Jesús recaló en Ciudad Rodrigo tan sólo un mes después de haberse jubilado como Obispo de Ávila, por lo que el Santo Padre bromeaba en la carta con el hecho de que después de haber pasado por la diócesis abulense y ahora por Ciudad Rodrigo, “como dice el refrán, no hay dos sin tres así que después de Ávila y Ciudad Rodrigo es posible que venga la tercera”.
De igual modo, le pedía que no deje de rezar por él, algo que el Santo Padre hace también por todos nosotros.
28 de enero de 2022.- Segunda Visita Ad Limina
Nada más comenzar el año, tuvo lugar una nueva Visita Ad Limina de los obispos españoles al Santo Padre. En ella, participaron nuestro obispo Mons. Gil Tamayo, y nuestro obispo emérito Mons. García Burillo.
“Ha sido un encuentro realmente emocionante”. Es la primera impresión que nos hacía llegar Mons. Gil Tamayo desde Roma tras su audiencia con el Papa Francisco, junto al resto de obispos de las provincias eclesiásticas de Valladolid, Madrid, Toledo y el Arzobispado Castrense, que han participado en el último turno de la Visita Ad Limina de los prelados españoles. Dos horas y media de diálogo con el Santo Padre, quien pedía a los obispos que hablaran «sin censura, con total confianza. En un clima fraterno, el Papa ha ido dando respuesta a nuestras preguntas», nos contaba D. José María.
Respuestas … y peticiones. Porque el Pontífice les pedía que tuvieran presentes en su ministerio episcopal «cuatro cercanías. Una cercanía fundamental con Dios, ser hombres de oración de profunda comunión con el Señor. Cercanía también entre nosotros, los obispos, viviendo una verdadera comunión, de ayuda mutua, de corrección de decirnos las cosas a la cara, de sinceridad de unos para con otros, de una verdadera unidad que forja la Iglesia haciendo visible la comunión en ella. Nos ha pedido también cercanía a los sacerdotes, porque ellos son (nos ha dicho el Papa) nuestros prójimos más cercanos, y el obispo sin el sacerdote no puede hacer nada; una cercanía hecha cariño, hecha fraternidad. Y por último, nos pedía el Papa otra cercanía no menos importante, signo del Buen Pastor: la cercanía a los pobres, a los más necesitados, haciendo presente el rostro de Jesús, buen samaritano», detallaba el obispo de Ávila.
Durante la Audiencia, también se habló de la pandemia, coincidiendo todos ellos en que «tenemos que salir unidos, tenemos que salir buscando la primacía del ser humano y sobre todo la primacía de Dios. Tenemos que salir realmente cambiando nuestro mundo en una nueva lógica que no es la lógica del dinero, que no es la del poder, sino la del bien común y de la solidaridad». Otros temas abordados por los Prelados con el Santo Padre fueron la juventud, la evangelización, distintos temas pastorales, o el acercamiento a las personas con más necesidad.
En definitiva, recalcaba Mons. Gil Tamayo que había sido «un diálogo entre Pastores. Un diálogo con el sucesor de Pedro que nos reafirma en la unidad y en el cariño al Papa».
31 de enero de 2022.- Concesión del Año Jubilar por el IV Centenario de la Canonización, que se une al Año Jubilar Teresiano, siendo el Jubileo más largo de la Historia
Tras la petición realizada por Mons. Gil Tamayo al Santo Padre, en este día se anunciaba que el Papa Francisco concedía a la diócesis de Ávila un Año Jubilar con motivo del IV Centenario de la Canonización de Santa Teresa de Jesús. Este jubileo, además, tendrá una duración singular e histórica, extendiéndose desde el 12 de marzo de 2022 hasta el 15 de octubre de 2023 (un año y medio de duración), debido a que se une también con el Año Jubilar Teresiano que, de forma periódica, concedió el Sumo Pontífice a nuestra diócesis cada vez que la fiesta de Santa Teresa coincidiera en domingo (circunstancia que se repetiría de nuevo en octubre de 2023).
Asimismo, el Decreto de Penitenciaría Apostólica confirmaba que la iglesia de La Santa sería el templo jubilar donde se podría lucrar la Indulgencia Plenaria con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice).
Desde la diócesis de Ávila se daban en aquel momento gracias a Dios y al Santo Padre por esta nueva gracia extraordinaria que nos acababa de conceder, y que nos ayudaría a seguir acercándonos aún más a la grandeza espiritual de Santa Teresa de Jesús, una figura de referencia para todo cristiano que nos invita a tener presente la exigencia de Cristo: “sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.2
27 de agosto de 2022.- La iglesia de La Santa se convierte en Basílica Papal
A principios de 2022, justo antes de comenzar el IV Centenario de la Canonización de Santa Teresa, tanto el Carmelo como la diócesis iniciaban los trámites para solicitar que la iglesia de La Santa fuera distinguida como Basílica Menor. , algo que sería “un buen regalo de la Santa Sede en este Año Jubilar”. Esto implica una vinculación especial, una verdadera comunión con el Santo Padre, puesto que se trata de Basílicas Pontificias. Al igual que la Catedral es la sede del Obispo y significa la iglesia particular de la diócesis de Ávila, están también las grandes Basílicas de Roma, las Basílicas Mayores (Santa María la Mayor, San Juan de Letrán, San Pedro y San Pablo Extramuros); y después están las llamadas Basílicas menores, que es un título que concede el Papa a determinados templos por su especial significación devocional, su significación para la vida cristiana de un lugar.
Unos trámites que buscaban «demostrar la experiencia, historia y presente de que la Santa es el centro y el corazón de Ávila». Esta documentación se presenta en la Conferencia Episcopal, concretamente a la Comisión episcopal de Liturgia, quien prepara un informe, que debe ser refrendado por la Comisión Ejecutiva de la CEE (de la que forma parte el obispo de Ávila), y se hace la petición a Roma. Y es la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos la que otorga la distinción.
En agosto el Nuncio de Su Santidad en España hacía llegar al Administrador Apostólico de Ávila el Decreto por el que se confería este título “a la iglesia conventual de Santa Teresa de Jesús, edificada sobre la casa natal de la Santa abulense”. Un templo descrito por el propio Nuncio Apostólico en su carta como “este lugar sagrado tan importante para la Diócesis de Ávila y la Iglesia universal”. La concesión del título de Basílica Menor se contempla en el Decreto firmado por el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que recuerda que dicho título “trata de intensificar el vínculo con la Iglesia de Roma y con el Santo Padre, además de promover, al mismo tiempo, su ejemplaridad como centro de particular acción litúrgica y pastoral en la Diócesis”.
«Un acontecimiento que pasará a la Historia». «Un gran regalo para la diócesis y, por supuesto, para la ciudad de Ávila». Son dos de los calificativos con los que nuestro Administrador Apostólico se refirió a lo acontecido aquel sábado 27 de agosto en la iglesia de La Santa. O, mejor dicho, la Basílica de Santa Teresa de Jesús, pues ese día Mons. Gil Tamayo presidió la solemne celebración en la que el templo edificado sobre la casa natal de la mística abulense se elevó a rango de Basílica Menor. Sin duda, un momento para el recuerdo, marcado con rojo en el calendario de este Año Jubilar con motivo del IV Centenario de la Canonización de Santa Teresa.
Nada más comenzar la celebración litúrgica, el Prior de la Santa compartió una semblanza en la que dejaba constancia de la historia del convento, desde sus inicios cuando los frailes adquirieron los solares de la antigua casa de los Cepeda y Ahumada, hasta el comienzo de su construcción, nada más ser canonizada Santa Teresa hace 400 años. El Padre David quiso así recordar la importancia del templo como centro de peregrinación internacional de quienes buscan la fuente de la espiritualidad teresiana.
Tras ello, Mons. Gil Tamayo elevó el templo al rango de Basílica Menor, leyendo el Prior la concesión del título por parte de la Santa Sede. Un momento histórico, secundado por largos aplausos de los fieles que llenaban la iglesia.
Continuaba así la celebración, en la que D. José María pedía que la Basílica de La Santa se convirtiera en una verdadera «escuela de la iglesia, de fraternidad y compromiso guiados por el magisterio de Teresa de Jesús, sirviendo al bien común y a la sociedad, empezando por los más próximos, rompiendo todo muro que nos separe».
28 noviembre 2023.- Primer encuentro con el nuevo obispo, Mons. Jesús Rico
Ese día tenía lugar en la sala nueva del Sínodo en el Vaticano, el encuentro de los miembros de la Conferencia Episcopal Española (CEE) con el papa Francisco y los responsables del Dicasterio para el Clero de la Santa Sede. En ella, por tanto, participaban todos los obispos españoles, como nuestro obispo, Mons. Jesús Rico.
Este encuentro, convocado en la última semana de octubre, servía para dar cuenta del resultado de la visita apostólica a los seminarios españoles que tuvo lugar en el primer trimestre de 2023. De hecho, el Teologado de nuestra diócesis fue el primer punto de destino de los visitadores. Los obispos mantuvieron una extensa conversación con el Santo Padre sobre los seminarios y la formación necesaria.