Los vecinos de Fuentemolinos (Burgos) no se rinden: continúa la lucha contra una macrogranja que amenaza hasta el vino Ribera del Duero
Se han constituido en plataforma para organizar movilizaciones y alertan sobre el impacto ambiental y social de este proyecto, que ya cuenta con aval judicial
Burgos - Publicado el - Actualizado
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Desde hace más de dos años, los vecinos de Fuentemolinos, un pequeño pueblo en la comarca de la Ribera del Duero, se enfrentan a la posibilidad de que una macrogranja con capacidad para 1.999 cerdos se instale en su localidad. Esta decisión ha generado una fuerte oposición entre los vecinos, quienes temen que la instalación afecte negativamente la calidad del agua y el medio ambiente de la zona. Por este motivo han constituido la plataforma ciudadana Stopmacrogranja en Fuentemolinos, lo que ha desatado una intensa pugna judicial.
A pesar de las protestas, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha dictaminado que el proyecto no requiere un informe de impacto ambiental, obligando al Ayuntamiento a conceder la licencia de construcción. Según Mariví Rodilla, portavoz de la plataforma ciudadana Stopmacrogranja en Fuentemolinos, el núcleo del conflicto radica en una laguna legal. “Al ser una granja de 1.999 cerdos, queda exenta de presentar un informe de impacto ambiental antes de su construcción. Por un cerdo, literalmente, se salvan de este requisito”, denuncia Mariví. Sin embargo, una vez operativa, estas instalaciones suelen solicitar ampliaciones que pueden superar los 6.000 animales, multiplicando el impacto en la zona.
Un pueblo en pie de guerra
Los vecinos han organizado diversas manifestaciones y concentraciones, tanto en Fuentemolinos como en Aranda de Duero. El pasado 2 de noviembre de 2024, más de 600 vecinos se concentraron en la Plaza Mayor de Aranda de Duero para expresar su oposición. Posteriormente, el 7 de diciembre, alrededor de un centenar de vecinos participó en una caminata hasta el Páramo de Corcos, lugar donde se proyecta la instalación de la macrogranja.
También planean llevar su protesta a Valladolid, desde la sede de la Confederación Hidrográfica del Duero hasta la Junta de Castilla y León. “Nos hemos unido a la plataforma nacional STOP Macrogranjas para luchar contra este modelo industrial que beneficia a unos pocos y perjudica gravemente a nuestros pueblos”, explica Mariví.
Impacto en la Ribera del Duero
La preocupación por el medio ambiente no es infundada. La macrogranja podría agravar la contaminación del agua por nitratos, un problema ya presente en la zona, según los vecinos. Además, temen que los purines, desechos altamente contaminantes, se viertan en tierras cercanas, afectando los viñedos de la denominación de origen Ribera del Duero. “Incluso la D.O. Ribera del Duero y partidos políticos están mostrando su rechazo a estas instalaciones”, asegura Mariví.
“No genera empleo ni fija población”
Los detractores también critican que las macrogranjas no aportan beneficios económicos ni sociales a las localidades donde se instalan. “No generan empleo ni impuestos significativos, y en cambio, expulsan a los pocos habitantes que quedan por las molestias que provocan”, lamenta Mariví. En su opinión, proyectos como este son parte de un plan más amplio para convertir la 'España Vaciada' en el vertedero de Europa, mientras otros países como Holanda están eliminando este modelo por sus impactos negativos.
Próximos pasos
La última concentración tuvo lugar el pasado jueves frente a la Delegación de la Junta en Burgos, donde los vecinos esperaban reunirse con altos cargos para plantear sus inquietudes. Aunque no lograron respuestas concretas, Mariví asegura que continuarán luchando. “Queremos un modelo que genere empleo limpio y que permita a nuestra juventud quedarse en sus pueblos, no expulsarlos”, sentencia.