Domingo del DOMUND 2020

Laura García aborda el Domund con un testimonio real y recodando al beatificado Carlo Acutis

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IGLESIA NOTICIA EN COPE SEGOVIA 09:45 DEL 18/10/2020

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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«Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias». Esta es una de las frases más populares del joven Carlo Acutis, beatificado por el Papa Francisco hace una semana. Con ella, hacía alusión al deber que tenemos de aprovechar los talentos que Dios nos ha dado individualmente, sin dejar de ser nosotros mismos por intentar ser como los demás. Sabios pensamientos los de un joven al que ya se le conoce como ‘el santo de jeans y zapatillas’.

Un británico de familia italiana que falleció en 2016 con 15 años víctima de una voraz leucemia. Un adolescente cuya efímera vida es un gran ejemplo de entrega a la fe y a la evangelización cuya “autopista hacia el Cielo”, como solía decir, era la Eucaristía. Con su testimonio de vida queda patente que todos, si dejamos espacio a Dios en nuestras vidas, podemos aspirar a la santificación teniendo como modelo el proyecto de vida de Carlo Acutis, «estar, siempre, unidos a Jesús».

Este chaval, conocido ya por todos, sentía que tenía una misión en esta vida, la de evangelizar y acercar la Palabra a quienes más la necesitaban. Así respondió Acutis a la pregunta «¿qué quiere el Señor de mí?». Como otros muchos, aquellos que no dudan en contestar «Aquí estoy, envíame».

Una de las personas cuya respuesta al Señor fue “envíame” es Mariano Herrera, un cuellarano que actualmente ejerce de misionero en zona caribeña, en Cuba, más concretamente. Allí lleva los últimos cinco años del casi medio siglo (46 años) que lleva dedicado a la misión. Durante todo este tiempo ha estado en España, también en Roma, y su condición de misionero le ha llevado a visitar países como Zambia, Angola, o la República Democrática del Congo.

De todos es conocida la situación del país caribeño. No obstante, Mariano Herrera cree que el pueblo cubano está lleno de esperanza, que tiene “deseo de Dios”. En su caso, se siente “reconocido, valorado, acogido” por aquellos con quienes colabora ya que desarrolla su labor en las llamadas casas de misión y el seminario.

Para este cuellarano, las palabras «Aquí estoy, envíame» son el sentido de su vida porque aunque en ocasiones no haya querido o pedido estar destinado en algún lugar concreto, siempre ha acudido sabiéndose enviado por el Señor. A sus 72 años, y después de tantos dedicados al sacerdocio y las misiones, Herrera se siente “agradecido a Dios y a la gente” por permitirle continuar con su labor desinteresada. Además, asegura estar “más ilusionado que cuando comencé” porque se siente enviado, que ha aceptado la voluntad del Señor.

A lo largo de toda su trayectoria ha estado en contacto con personas muy diferentes, las cuales también le han ayudado a ser quien es ahora mismo y a las que agradece sus aportaciones personales. Lógicamente, en ese cerca de medio siglo como misionero ha atesorado centenares de momentos que recordar.

Entre todas esas vivencias, Mariano Herrera ha querido destacar una muy graciosa con unos chavales en Cuba. Allí, el cuellarano Diego Velázquez (gobernador de la isla en el siglo XVI) es conocido por todo el mundo. Un día en clase, apareció el cuadro de ‘Las Meninas’, del que Herrera explicó que había sido pintado por Diego Velázquez, a lo que un niño contestó: «no sabíamos que Diego Velázquez pintaba, ¡y que lo hacía tan bien!». Una hilarante confusión que al misionero cuellarano se le quedó grabada.

En todo este tiempo, Herrera asegura que ha ido donde no quería, pero que ha vivido lo más comprometido y entregado posible a su ministerio, encontrando gente extraordinaria en el camino que le ha ayudado a desarrollar su labor con alegría y esperanza.

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