Muere a los 88 años Teófanes Egido, carmelita y cronista de Valladolid, “un maestro de vida”
Ha fallecido 48 horas después de ingresar por una hemorragia cerebral que le sobrevino en plena celebración
Valladolid - Publicado el - Actualizado
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Carmelita, cronista de Valladolid, historiador, pero sobre todo “maestro de vida”. Teófanes Egido ha muerto hoy a los 88 años en el Hospital Clínico de Valladolid donde ingresó este pasado lunes por una hemorragia cerebral en el momento de una celebración religiosa en la Iglesia de San Benito, monasterio al que estaba vinculado en su condición de religioso y en el que continuaba oficiando la misa con asiduidad.
Nacido en Salamanca, pero muy arraigado a Valladolid, ciudad en la que fue cronista oficial durante más 17 años, Teófanes atraía a un gran número de feligreses a la iglesia de San Benito, donde impartía todavía la eucaristía de las 21:00. Sus homilías se caracterizaban por su gran conocimiento de la historia de nuestra ciudad, donde fue catedrático de Historia Moderna, y por su cercanía con quienes se acercaban a escucharle.
Carmelitas descalzos
“Fue un hombre bueno. Un hombre cercano y receptivo, asequible y generoso, cualidades que algunos achacaban a su condición de fraile carmelita”, escribe en un obituario el Padre Luis Javier Fernández Frontela. “Entre los que le conocieron y trataron no faltan quienes piensa que buena parte de su bagaje espiritual y disposición humana se lo debe a un proceso lento de intelectualización de la obra y figura de Juan de Yepes, alias San Juan de la Cruz. Se decía de él que tiene el equilibrio de quien ostenta la verdadera autoridad y se sabe mortal, conscientemente mortal”. Hasta tal punto se consideraba así que, en los últimos años, entre broma y seriedad, solía decir que "estadísticamente soy un muerto”.
Desde el ambón de San Benito también ejerció el poder de la palabra, con sus homilías, donde sabía adaptarse a la gente sencilla, y por eso tan valorado por muchos fieles, que decía de ellas a finales de los años sesenta que “eran, como la minifalda, cortas y enseñaban”. Con el mismo interés preparaba sus clases, una conferencia para pronunciarla en cualquier congreso o acto académico, que para ser dada en una asociación de vecinos o en una humilde parroquia de la periferia de Valladolid, o en las Semanas de formación de los frailes Carmelitas. “Para él los oyentes, todos los oyentes, eran importantes”, relata Luis Javier Fernández.
Como historiador, de lo que ejerció a lo largo de su vida, y no presumió, sintió la obligación de mirar a la ciudad que le albergó y le acogió, ciudad que no es otra que Valladolid, y porque la ha conocido, la ha querido y estimado como no podía ser de otra manera en un hombre dedicado a la historia moderna. La ciudad era para él el centro histórico, la ciudad moderna, y en ella la zona de la calle Platerías, la que más le gustaba. Ese cariño por la ciudad, a Valladolid, lo expresó como solía hacerlo él, en su humilde confesión, al ser nombrado cronista oficial de la ciudad: “No he hecho nada extraordinario para recibir este nombramiento, sólo soy un historiador que ha vivido en Valladolid y siendo bien nacido debía estudiar la ciudad en la que he vivido”, relataba el propio Teófanes Egido.
Un hombre querido y recordado
La red social X se ha llenado ya de mensajes de pésame y condolencia, desde la Archidiócesis de Valladolid, El alcalde, Jesús Julio Carnero, lo ha recordado como un “maestro de vida”. Palabras de recuerdo también del portavoz del Grupo Municipal Socialista, Pedro Herrero, o la concejala de Cultura, Irene Carvajal.
Quienes quieran acercarse a dar un último adiós al Padre Teófanes podrán hacerlo hoy miércoles a partir de las 14:30 de esta tarde, en la sala 5 del Tanatorio de las Contiendas. La misa de cuerpo presente será a las 11:00 de mañana, en la Iglesia de San Benito.