Así es Peratallada, la joya secreta de la Costa Brava

Situado en el corazón del Empordà, a pocos kilómetros de las mejores calas y playas de la Costa Brava, el pueblo de Peratallada se encuentra al este de la provincia de Girona, entre Barcelona y la frontera con Francia. Peratallada forma parte del municipio de Forallac, constituido en 1977, y perteneciente a la comarca del Baix Empordà. Cuenta con 50,63 Km2 de superficie y una población de 1,713 personas (2018).

El pueblo destaca por la facilidad para acceder, el buen clima -típico de la Costa Brava- la singularidad de los festejos populares, la riqueza del patrimonio histórico y cultural, y el atractivo arquitectónico. De hecho, Peratallada está declarada como Conjunto histórico-artístico y bien cultural de interés nacional (BCIN). Reconocida por su importante oferta artesanal y gastronómica, sus callejuelas están repletas de restaurantes de todo tipo, que ofrecen el complemento ideal a una visita con amigos, pareja o familia.

Puedes perderte paseando entre los edificios medievales, donde encontrarás una gran oferta de alojamientos para hospedarse y descansar de actividades como el senderismo, cicloturismo o BTT. Entre las rutas que no puedes perderte están la de los dólmenes, las visitas a castillos e iglesias románicas y góticas -como la de Sant Esteve (principios del S.XIII), la Feria Medieval de Peratallada o las demostraciones de antiguos oficios de la Carbonera o la Cuita dels Forns del Rajol.

En la villa destacan los restos de las murallas que la protegían. Tres recintos de muralla con un foso de 7 u 8 metros resguardaban a los ciudadanos de las amenazas exteriores. Un castillo en el centro, levantado sobre un montículo de 4 o 5 metros y con su característica torre del Homenaje, y otros al norte y levante (s. XI- XIV) dotan de una identidad única al municipio.

Si profundizamos en sus monumentos, debemos destacar: La plaza de los arcos o de las Voltes, llegó a ser el centro del pueblo durante muchos años y fue utilizada también como punto para instalar el mercado. Actualmente sirve de paso hacia el interior de la villa y es uno de los lugares más fotografiados. La Torre del Homenaje es otro de los puntos de interés de Peratallada. Construida en los siglos XI y XII, está ubicada en el interior del castillo. Tiene una planta cuadrada y una altura sobre la muralla de 8 metros, a la que se sumaba el foso que la rodeaba. Y hablando del castillo, su existencia se data en 1065. Era un palacio con toques de la época romana, gótica y visigoda. Se distingue la parte fortificada de la parte más noble donde llegaron a hospedarse los barones de Cruïlles de Peratallada. El último de los monumentos que destacaremos es la archiconocida Iglesia de Sant Esteve. Un templo de principios del siglo XIII, situado extramuros y cuya fachada tiene estilo propio: románico tardío ampurdanés. Cuenta con cuatro torres, dos de ellas con campanas y un rosetón. En su interior, los visitantes podrán observar el secreto que alberga este templo, la sepultura del Barón Gilabert de Cruïlles.

Acabaremos con la recomendación de perderse por esta villa, dejar de lado los mapas y guías para callejear pisando trazados intactos, algunos desde hace cinco siglos. Es precisamente, esta intención de respetar la historia y los orígenes, lo que llama la atención de los turistas que cada año acuden a Peratallada.

Muchos ven en el pueblo un parecido a la Toscana, como si tuviéramos la suerte de contar con la región italiana a hora y media en coche de Barcelona o media hora de Girona. Poblaciones como Pals, muy cercanas a Peratallada, suelen llevarse los elogios y focos de atención del turismo. Esa masificación alejada de nuestro municipio estrella hace que se haya conservado mucho mejor e invita a recorrer algo ‘nuevo’ para la mayoría de españoles. En definitiva, os invitamos a acercaros a este lugar, repleto de enredaderas, edificios medievales y buena gastronomía, la fama mundial de Girona en los fogones lo explica todo.

Y si quiere aprovechar el viaje, a cinco minutos de Peratallada puede visitar los restos del poblado ibérico de Ullastret, visitar las bonitas localidades costeras de Calella de Pafrafugell, Tamariu o Begur y recorrer los miles de rincones por explorar del Baix Empordà.