¿Hay gas radón en tu piso? Si vives en una planta baja debes saber esto

El radón es un gas radiactivo invisible y sin olor que se libera de forma natural de las rocas, la tierra y el agua. El radón puede entrar en las casas y edificaciones a través de pequeñas grietas o agujeros y acumularse en el aire. Con el tiempo, la inhalación de altos niveles de radón puede causar cáncer de pulmón.

La presencia de gas radón en los hogares está suponiendo una amenaza para la salud pública en Cataluña. Se trata de un gas radiactivo muy preocupante, pues es incoloro, inodoro e insípido.

Es prácticamente imposible de detectar y, en la actualidad, es la principal fuente de radiactividad natural en el territorio. Los municipios costeros del Maresme, las áreas boscosas de la Selva y partes del majestuoso Pirineo catalán son especialmente propensos a niveles elevados de este gas.

La segunda causa de cáncer de pulmón en Cataluña

El radón surge de la desintegración del uranio que hay en las rocas y el granito. Por su cercanía al suelo afecta sobre todo a los bajos y a los sótanos, pero incluso las plantas superiores pueden verse perjudicadas si la radiación alcanza niveles altos.

Se estima que por cada planta construida la radiación se reduce en un 20%.

El radón representa un peligro real porque entre un 3% y un 14% de los casos de cáncer de pulmón en Cataluña están relacionados con la exposición a este gas, una cifra que se traduce en 140 muertes anuales.

Para ser más exactos: es el segundo desencadenante de cáncer de pulmón, solo por debajo del tabaco.

Por este motivo, se recomienda encarecidamente a los fumadores que eviten fumar dentro de casa, ya que la combinación de radón y tabaco puede aumentar drásticamente el riesgo de cáncer de pulmón.

Evitar los espacios cerrados y ventilar, lo más efectivo para combatir el radón

Según el presidente de la Associació Catalana contra el Gas Radó, José Luis Sánchez, el 50% del territorio catalán está en zona 1 o en zona 2, siendo la segunda la más grave.

“Las zonas las hizo el Ministeri de Foment en 2019 para orientar a las constructoras sobre como deberían hacer las casas”, explica Sánchez. También asegura que el gas por sí solo no hace nada, pues es un gas que entra y sale del cuerpo.

El problema, subraya el presidente de la asociación, radica en las partículas radiactivas que emite durante su camino, las cuales se quedan en el pulmón.

José Luis Sánchez recomienda ventilar lo máximo posible; especialmente si nos encontramos en una habitación bajo el nivel de la tierra, planta baja o primera planta.

Además, es muy útil adquirir un instrumento digital que vaya registrando constantemente los niveles de radón para saber qué tan grave es la situación en nuestra vivienda.

La Unión Europea (UE) propone que no pase de 300 becquereles. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que el límite debe estar en los 100 becquereles.

Esta discrepancia en las regulaciones refleja la preocupación global por los efectos perjudiciales del gas radón.

“Francamente, debemos comenzar a preocuparnos a partir de los 200 becquereles”

En respuesta a esta preocupación, el Código Técnico de la Edificación ya exige medidas de protección contra el radón en edificaciones nuevas y rehabilitaciones en Cataluña.