Los mejores planes para pasar un verano en Tarragona

En Tarragona la historia sale de las piedras, de los libros y cobra vida

Los mejores planes para pasar un verano en Tarragona

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

8 min lectura

Seguro que después de estos meses de confinamiento queremos disfrutar de unas buenas vacaciones y os proponemos un destino fantástico para poder venir en familia, con amigos, con tu pareja. Te invitamos a conocer con Cope, Tarragona, una ciudad sorprendente donde se puede descubrir una civilización milenaria. Cenar bajo las bóvedas del circo romano, perderse por los callejones del casco antiguo donde se conserva intacta la esencia de la ciudad medieval o hacer un vermú inmerso en más de 2.000 años de historia. ¡Este es el auténtico Patrimonio de la Humanidad de Tarragona! Un patrimonio hecho de monumentos trascendentales por la historia, de rincones capaces de trasladarnos a épocas romanas, medievales, modernas y modernistas; pero también un patrimonio hecho de personas, de historias humanas, de pequeños momentos, de emociones...

En Tarragona la historia sale de las piedras, de los libros y cobra vida. La ciudad ha ido especializándose en actividades de reconstrucción histórica. Arqueólogos, historiadores, guionistas, narradores y figurantes trabajan intensamente para divulgar y compartir la historia de la ciudad y de nuestra civilización clásica en eventos como el festival TARRACO VIVA, en mayo, la programación de AMFITEATRVM, los veranos, o las jornadas dedicadas a la guerra napoleónica.

Por eso os recomendamos diferentes rutas para conocer a fondo la verdadera historia de la ciudad de Tarragona.

RUTA ROMANA

El objetivo de esta ruta romana es dar a conocer la historia de Tarragona mediante los principales monumentos conservados de aquella época, momento de máximo esplendor de la ciudad, que obtuvo el 30 de noviembre del año 2000 la declaración de Patrimonio Mundial por la UNESCO para el conjunto arqueológico romano de Tarraco.

Tarragona conserva destacables monumentos de su pasado medieval, y a la importancia que logran los restos romanos hace falta sumar el patrimonio artístico medieval, encabezado por la Catedral, que constituye un conjunto muy notable. El objetivo de esta ruta es darlo a conocer, enlazando los diferentes monumentos en una ruta turística.

El patrimonio documental, artístico y arqueológico paleocristiano que Tarragona ha legado es, en su conjunto, el más notable de toda la península ibérica. La ciudad y su iglesia diocesana les invitan a conocer este magnífico patrimonio y a seguir las huellas de nuestros mártires a través de este itinerario.

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Otro de los grandes atractivos para el visitante está en los 15 kilómetros de costa que dan origen a las playas y atractivas calas de aguas cristalinas y de fácil acceso.

Las playas de Tarragona se caracterizan por la arena muy fina y de color dorado que ha dado nombre a la Costa Daurada (dorada). La arena es blanda, suave y se adapta al cuerpo cuando os echáis a tomar el sol con una simple toalla para evitar que se os pegue a la piel. Si eso pasa, sólo tendréis que esperar que se seque y la arena caerá sola, aunque la mayoría de playas disponen de duchas para refrescaros.

El clima templado permite el baño de junio a septiembre y tomar el sol o pasear prácticamente durante todo el año. Las playas y calas de la Costa Daurada tienen una pendiente muy suave que permite caminar dentro del agua o nadar sin riesgos. Debéis tener solamente algunas precauciones elementales, como informaros de la predicción del tiempo, observar si Cruz Roja ha puesto la bandera amarilla o roja, que os alerta del mal estado del mar, y no alejaros demasiado de la costa.

El confort en la playa está garantizado por un amplio abanico de servicios, que van desde la limpieza y los análisis del agua y de la arena, hasta los restaurantes y los alquileres de hamacas y otros elementos para practicar deportes. Además, el Patronato Municipal de Deportes organiza actividades deportivas en verano. Toda esta oferta se reconoce anualmente con banderas azules para las playas urbanas y con la protección del medio ambiente en las playas ecológicas.

Las playas son también un ecosistema muy rico, donde se encuentran los seres vivos del mar con los de la tierra, por eso hay una gran diversidad: plantas adaptadas a la sal, otras que fijan las dunas de arena, aves que aprovechan el agua de los pantanales, etc. En Tarragona podéis encontrar dos zonas muy bien conservadas, que están protegidas por ley:

En el Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) de la Punta de la Móra existen varias comunidades vegetales: en el interior, una maquia de coscojos y palmito, más adelante, un bosque de sabinas y pinos carrascos y piñoneros, a menudo inclinados por la brisa marina y, ya en el mar, algas y una pradera de posidonia, planta que es la base de multitud de peces.

En el espacio natural de la desembocadura del río Gaià y la playa de Tamarit se han identificado más de 80 especies de aves. En el interior, el bosque de ribera está dominado por los álamos blancos, y más cerca de la costa por cañas y carrizales, que se están sustituyendo por replantaciones de árboles autóctonos, como chopos y sauces. En estas zonas, existe la posibilidad de realizar itinerarios y actividades pedagógicas destinadas a asociaciones, grupos, escuelas, institutos y universidades para dar a conocer las características del espacio natural.

Otra visita obligada es La Catedral, dedicada a Santa Tecla, se encuentra aproximadamente en el mismo lugar que el templo romano. El Foro provincial, sede de la Administración pública de la provincia Tarraconense del s. I, se estructuraba en dos plazas a distintas alturas; la superior (recinto de culto) estaba rodeada de un pórtico, del cual quedan restos notables en el claustro de la Catedral. En posición axial se levantaba un aula, que se ha identificado como la celda de un grandioso templo de culto al emperador. La Catedral se empezó a construir en el siglo XII en estilo románico, se siguió en gótico y se consagró en 1331, pero quedó inacabada a causa de la Peste Negra. La fachada, con la gran portalada y el rosetón, es una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad. Entrando por el claustro podéis visitar el Museo Diocesano y el retablo de Santa Tecla. La escultura del claustro es uno de los conjuntos más remarcables de la plástica románica en Cataluña, data de finales del siglo XII y principios del XIII. En lo referente al Museo Diocesano, destacan especialmente las colecciones de arte religioso de época medieval y moderna procedentes de Tarragona y de su diócesi; retablos, esculturas de piedra o talladas en madera, orfebrería, forja, textil, cerámica, etc.

Tarragona y sus caminos

Desde sus orígenes, Tarragona ha estado conectada con los campos y los pueblos cercanos por caminos, algunos de los cuales son tan viejos como la misma ciudad. La red de caminos públicos de Tarragona está formada por antiguos caminos de carro, de herradura, senderos y también otros caminos más actuales.

Los caminos antiguos son los hilos de la memoria. Los viejos caminos guardan los secretos de la historia, los de la gente humilde, los de los campesinos que bajaban al mercado, los de las muchachas que servían en las grandes masías o los chiquillos que iban a vender el pescado. Caminos por donde llegaba, de madrugada, el hielo de las montañas de Prades que se utilizaba para bajar las fiebres o para preparar granizados mezclados con aguardiente. Caminos por donde también llegaron los soldados franceses, por ejemplo.

Muchos son caminos humildes, sin pavimentar, pero que cuando llueve, huelen a tierra. Caminos que guardan una parte importante de la memoria de la ciudad. Un verdadero y extraordinario patrimonio.

Son caminos adecuados para pasear, caminar, montar en bicicleta, a caballo y relacionarse con los paisajes, los horizontes y el patrimonio de los alrededores de esta ciudad.

Se han señalizado 75 km de estos caminos y se han recuperado sus nombres tradicionales. Algunos son viejos caminos reales que conectaban pueblos, otros llevaban a masías y partidas y otros -como el camino de la costa o camino de ronda- servían para vigilar los peligros que llegaban del mar y el contrabando.

Otra visita obligada si vienes a Tarragona es El Serrallo

El barrio típico de pescadores, donde se subasta por la tarde el pescado que se pesca durante todo el día. Se trata de un área pintoresca, con su propia personalidad y con restaurantes con encanto, donde degustar los mejores pescados y mariscos de Tarragona.

Aunque uno de los encantos de la Tarragona gastronómica es también su casco antiguo, donde saborear ricas tapas en la plaza del Forum, el la plaza de la Font, en el balcón del mediterraneo o en alguno de los rincones de la muralla .

Otra actividad muy tradicional y que desgraciadamente este año no creo que puedas ver si visitas Tarragona por culpa de la pandemia, son los Castellers o Torres humanas.

En Tarragona, los castells constituyen una tradición muy arraigada, declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. En octubre de los años pares se celebra el Concurso de Castells, donde se reúnen las colles (grupos) en la Tarraco Arena Plaça en la actuación más larga, competitiva y emocionante.

La ciudad cuenta con cuatro agrupaciones de castells que levantan también atrevidos castillos en Sant Jordi, Sant Magí o Santa Tecla

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