Busca una casa en Madrid y el piso que encuentra en Malasaña por 95.000 hace que salten las alarmas: por esto estaba barato

Todos sabemos que uno de los grandes problemas de las generaciones jóvenes (y de unas no tan jóvenes) de este tiempo es el de la vivienda. Es, cada vez más difícil acceder a una propiedad, y los precios estratosféricos no hacen, sino imposibilitarlo cada vez más.

Por poner algunos datos encima de la mesa: A lo largo del pasado 2024, la compraventa de viviendas ha estado marcada por las subidas y las bajadas en un entorno que inicialmente se vio impactado por el encarecimiento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) para moderar la inflación, por el efecto Semana Santa y posteriormente, desde junio, por el principio del fin del ciclo de austeridad monetaria y las bajadas de tipos.

Sea como sea, y aunque este año la compra de una vivienda está al alza, encontrar una casa que se ajuste a tus posibilidades económicas y a tus expectativas vitales, es una tarea altamente difícil. Por eso, cuando se ven ofertas que tienen un módico precio y que pueden ajustarse a tus necesidades, a nadie se le escapa buscarla.

Y todavía más cuando son viviendas que se pueden encontrar en ciudades grandes donde es, de normal, más complicado comprar una vivienda.

Es lo que le ha pasado en Madrid, más concretamente, en el barrio de Malasaña, uno de los más céntricos de la capital. Tanto es así que una usuaria de Instagram, La Petit Patito, ha decidido enseñar el piso que encontró en la ciudad que ha hecho saltar las alarmas.

Un piso por 95.000 euros con “trampa”

Si tú te paseas por el centro de una ciudad grande o una capital, como Madrid, verás que los pisos que se venden (o se alquilan) son extremadamente caros.

Y es que, evidentemente, son zonas bien comunicadas, con muchos servicios al alcance, y que tiene un poco de todo. Por eso mismo, lo normal es que el precio sea caro, pero no tan estratosférico como está ahora.

Por eso, cuando encuentras un piso en el centro de la ciudad por un módico precio, tiendes a ver dónde puede estar la trampa. Si no, que se lo digan a La Petit Patito, una joven que estaba buscando un piso en Madrid, y encontró una ganga en el céntrico barrio de Malasaña.

Era un piso que costaba 95.000 euros, algo más que asequible pero que, por supuesto, tenía trampa. Se trataba de una vivienda que medía apenas 14 metros cuadrados y era un segundo interior sin ascensor.

Si ya de por sí es pequeño, lo que venía a continuación era de impresionar. El anuncio ya decía que se trataba de una “buhardilla”, pero, al ver las fotos, todo era mucho peor.

Por supuesto, en apenas 14 metros cuadrados no había espacio para nada, y todo estaba junto. El baño y el fregadero estaba en el mismo lugar, apenas contaba con dos ventanas y los armarios empotrados eran huecos que habían quitado del falso techo.

Con mucho humor, esta influencer les instaba a sus seguidores “corred que vuela” porque, como expresaba, no hay un piso peor acondicionado.

Un piso en Albacete por 20.000 euros

20.000 euros. Ese es el precio por el que se vende esta casa que está ubicada a 70 kilómetros del centro de Albacete. Nada mal, en realidad. No solo eso, sino que su medida es de 150 metros cuadrados, con tres pisos y diferentes habitaciones, además de una amplísima terraza.

Por si fuera poco, esta mujer de una inmobiliaria de Albacete detallaba mucho más de qué estancias constaba la casa. Tenía un sótano, un dormitorio, un amplio salón con chimenea, cocina y algo por lo que, todos los usuarios, se han dado cuenta de que estaba tan barato.

Mientras la mujer enseñaba la casa que, seamos sinceros, necesita una buena reforma, se fijaba en un detalle que asustaría a cualquiera que haya visitado ese piso.

Y es que conforme enseñaba parte del sótano y de la parte de abajo de la casa (que vende por ese bajísimo precio) decía, muy sigilosamente, que la casa tenía una cueva.

Sí, ahí mismo, enterrada en el sótano, que decidía deliberadamente no enseñar. Claro, entendemos que la casa está en el pueblo, al lado de una montaña, pero nadie espera tener una cueva en su propio piso.

Tanto es así, que los comentarios no se hacían esperar y comenzaban a avisar de que esa casa daba miedo, y mucho. “¿El espíritu está ya empadronado o hay que hacer el papeleo?” “He estado en calabozos más acogedores” o “¿Pero los 20.000 me los dais por vivir a mí ahí?” eran algunos de los comentarios que se podían ver.